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La casa de los espíritus: ¿se viene "la gran Fariña" de los dos ex SIDE, Stiusso y Larcher?

Quieren venganza, se fueron por la puerta de atrás y están dispuestos a contar todo lo prohibido. ¿Hasta dónde llegarán?

"¿Qué queda al fin del día? / Una botella de whisky y una sarta de mentiras / Temor por la vida no indemniza / Investigaciones privadas". Dire Staits (Investigaciones privadas).

Oscar Parrilli se pregunta ¿qué?  Le están diciendo que no se exhiba visitando las bases operativas de la Secretaria de Inteligencia ("la casa") y tarda en reaccionar aunque después entiende de qué se trata. "El tesoro de un espía es el misterio, si te ven en todas partes perdés el misterio y se te licua el poder".

En realidad, el nuevo jefe llega casi por descarte. La Presidente se la había ofrecido a uno de sus operadores en las sombras, quien le explicó que si accedía al cargo debía resignar otras operaciones especiales encomendadas por la Casa Rosada. Cristina entendió pero le pidió que supervisase a Parrilli, quien sigue siendo de su absoluta confianza pero no entiende mucho del negocio (sí, negocio) del espionaje.

Hace días hubo una comida discreta en una cantina de La Boca, en las que participó  el ex "Gran Hermano" Antonio Stiusso ("Jaime") y el nuevo jefe de operaciones especiales de la sección 84, Contrainteligencia, conocido como Allan ("el francesito").  Jaime lanzaba espuma rabiosa y se aprestaba a perder su anonimato de décadas dispuesto a ofrecer entrevistas a los medios a partir de enero y contar todo lo inconfesable.  Quiere hacer "la gran Fariña", hacerse mediático y así estar algo protegido. Se granjeó dos enemigos de peso. Los fundamentalistas islámicos lo acusan de haber comprado el libreto de la CIA en la causa AMIA, y los pesados de la bonaerense le apuntan los dardos por una disputa histórica. El mentor de Jaime (el coronel Rubén "Pichi" Visuara") murió hace un par de años y ahí comenzó a declinar su estrella, definitivamente opacada este diciembre que se va.

El otro sangrante por la herida es Francisco"Paco" Larcher (quien conocía y mucho a Mariano Benedit), sólo que éste no es un espíritu de "la casa" sino un paracaidista llegado de la mano de Néstor Kirchner. Larcher brama porque se siente desplazado por una conspiración ajena. No se va con los bolsillos vacíos, prueba de ello es su mansión en el Country Abril, uno de los más suntuosos del país.

Otro que quiere contar todo, que se monta en "la gran Fariña", pero no para salvar el pellejo sino por rencor. Larcher jura que él no jugó para Sergio Massa ni traicionó al kirchnerismo, y dice no tener miedo a represalias si habla. Y lo hará a poco que pasen las fiestas.

Cristina Fernández al menos sabe algo más que Parrilli de qué se trata la "casa". Le dijo a un nuevo director, hombre de su confianza: "Ahora no sigas mintiendo... bah, tu trabajo es mentir".

¿Cómo funcionarás las nuevas divisiones de terrorismo y narcotráfico de la Secretaría? En enero llegan las instrucciones y ahí comentaremos esas instancias.

Ahora "Operaciones Especiales" se ganó su primer round volteando a poco de asumir "el francesito" una cueva narco peruana en Flores (y de dólares falsos, la causa de la muerte de Mariano Benedit).