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Juzgan a un ginecólogo que interrumpió el aborto de una chica violada

Se trata de un médico de Río Negro, que le suministró medicación sin su consentimiento a una joven que había tomado misoprostol.

El ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra que se negó a practicar una interrupción legal del embarazo de una joven de 19 años que había sido víctima de una violación en abril de 2017 está siendo juzgado en Río Negro. En la puerta de los tribunales, grupos autodenominados "provida" instalaron un altar con una bandera argentina y una virgen.

El juicio oral, que finalizará mañana en Cipoletti, se inició como consecuencia de una denuncia presentada por la diputada provincial Marta Milesi.

La joven, cuya identidad se mantiene en reserva, declaró a puertas cerradas. Ratificó angustiada que había tomado misoprostol para abortar, y que el médico del hospital Pedro Moguillansky la internó hasta que se completó la gestación. La fiscal Anabella Camporesi detalló los hechos y señaló que el médico le había suministrado a la chica medicación para interrumpir las contracciones que le habían provocado las pastillas abortivas.

El ginecólogo está acusado de mal desempeño de sus funciones públicas pero asegura que se trata de "una persecución ideológica "en su contra. El ministerio público intentará demostrar que el médico interpuso su moral, su ética y su religión por sobre la ley.

La chica había sido violada por un familiar y acudió al hospital de la localidad de Oro, donde se verificó el embarazo. Accedió en la casa de una amiga a las pastillas abortivas y, como se descompensó, llegó en una ambulancia al hospital donde se hizo cargo de su caso el jefe de Ginecología, precisamente Rodríguez Lastra.

La psicóloga Viviana Cufré que había atendido a la joven y le había informado que en la provincia exite una ley de aborto no punible, declaró que la joven tenía una actitud firme de rechazo al embarazo. “Nos dijo que si no la ayudábamos iba a recurrir a otro lado, e incluso se iba a matar. Que no quería vivir con eso adentro”, relató la profesional.

“No había aborto. Dijo que había tomado nueve pastillas de misoprostol en un lugar no médico. Para un embarazo avanzado, eso es mucho. Le expliqué que no se podía acceder a lo que ella quería. El feto estaba vivo y decidí inhibir las contracciones para evitar un parto que podría agravar el cuadro”, sostuvo el acusado,que había dicho ante medios locales que había decidido "salvar las dos vidas".

La referente del grupo feminista La Revuelta Ruth Zurbriggen sostuvo que la chica "fue sometida a torturas. estuvo internada durante meses hasta que se le practicó una cesárea". En efecto, la cesárea fue praticada en el hospital de Cipolletti cuando Rodríguez Lastra consideró que el feto era viable. El bebé fue dado en adopción y la madre tuvo varios intentos de suicidio.

La interrupción legal del embarazo en casos de violación es legal en la Argentina desde hace un siglo, gracias a una ley cuyos términos fueron precisados por el fallo FAL de marzo del 2012 de la Corte Suprema. No es necesario judicializar un aborto, ni es requerimiento que la mujer haya hecho la denuncia de la agresión sexual. Si todos los profesionales de una institución son objetores de conciencia, la embarazada debe ser derivada de inmediato a otro centro de salud.