Jorobados
*Por Arnaldo Paganetti. Con una oposición que camina jorobada, el escándalo por el caso Schoklender sacudió la modorra del Congreso. No parece, sin embargo, que vaya a modificarse sustancialmente la inclinación de los votantes.
Hubo un pronunciamiento claro en las primarias del 14 de agosto, a pesar de las denuncias de fraude prontamente desactivadas bajo la juramentación de los que se sintieron afectados de conformar un ejército de fiscales que garantice la transparencia de la elección general del 23 de octubre.
Sergio Schoklender, ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, expuso sobre el supuesto desvío de fondos públicos ante dos raídas comisiones parlamentarias (el Frente de la Victoria no se prestó a lo que consideró "un circo mediático" y el socialismo participó con renuencia y reparos) luego de una serie de presentaciones en programas televisivos en las que, como si fuera Mariano Grondona, se permitió abogar por lograr un "equilibrio" legislativo que impida que el proceso encarnado por Cristina Fernández de Kirchner se transforme en "monarquía".
Repartió Schoklender acusaciones contra funcionarios del área del ministro Julio de Vido y la titular de Madres, Hebe de Bonafini, por dineros "malversados" que debían destinarse a la construcción de unidades habitacionales, tratando de no autoincriminarse, ya que en la causa que obra en poder del juez federal Norberto Oyarbide está siendo investigado por haberse comprado aviones, yates, autos y casas.
Si bien el gobierno pretende no hacer olas y mantener acotada la polémica que involucra la avasallante personalidad de Bonafini, promotora del Cristina 2011-2015, hubo respuestas que encresparon el mar. La propia Hebe, quien ya no trata más a Sergio como su ahijado preferido, afirmó que los que le abrieron las puertas de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Vivienda se habían comportado como "ratas" dispuestas a juntarse con "víboras". El amor trocó en odio.
De Vido, en el programa "6, 7, 8" de la Televisión Pública, responsabilizó a Schoklender de "estafar a las Madres y no específicamente al Estado argentino" a través de una "bicicleta financiera" consistente en apropiarse indebidamente de recursos afectados a viviendas sociales para tapar "agujeros" de otras actividades paralelas suyas, ajenas al cometido específico de la fundación.
La peronista disidente Graciela Camaño (intentará ser reelegida como diputado yendo en la lista bonaerense de Eduardo Duhalde) y el radical Hipólito Faustinelli prometieron acercar a la Justicia los dichos de Schoklender, en los que se mencionan también "presiones ilegales" de la Secretaría de Inteligencia y la existencia de "cajas" para dar cobertura a campañas publicitarias, por caso las de Amado Boudou y Abel Fatala.
"La regla en la Argentina es la impunidad, hay una deuda pendiente de los jueces", se quejó el ex camarista y diputado radical Ricardo Gil Lavedra, quien defendió la función del Congreso de controlar a otros poderes. "Más allá de la caracterización moral que pueda merecer Schoklender, no cabe duda de que conoce los entresijos de tramas oscuras", replicó a los cuestionamientos de Margarita Stolbizer, del GEN, aliada del candidato Hermes Binner.
Colgados de diferentes propuestas que batallan no por el premio mayor sino por el segundo lugar, los dirigentes adversarios al oficialismo no actúan como bloque. Es más: se sospechan entre sí y tienen enormes dificultades para presentarse ante la sociedad como miembros de fuerzas homogéneas. La excepción es el Frente Amplio Progresista de Binner, que tiene una actitud de avance, en un camino sembrado de "miguelitos" por sus primos hermanos radicales, hoy enfrentados.
A propósito de la UCR, proliferan los distritos que, sin abjurar de Ricardo Alfonsín, promueven el corte de boletas y reciben las adhesiones más dispares. Ocurrió en Mendoza, Entre Ríos y La Pampa. Recientemente, el aspirante a gobernador en Santa Cruz, Eduardo Costa, no despreció el apoyo de seguidores de Duhalde. Una mezcolanza que licua las chances de los presidenciales no K.
Duhalde mismo no la tiene sencilla cuando debe explicar su proyección. Se distanció de su vice Mario Das Neves y reveló que decidió "volver" para tratar de desplazar a los Kirchner, porque no pudo "convencer" de que se pusieran al frente del emprendimiento al gobernador de Salta, Juan Urtubey, y al intendente de Tigre, Sergio Massa. "Son políticos light, de bajas calorías", los despreció.
Retomando las derivaciones del caso Schoklender, la ex ministra K Graciela Ocaña (aspira a una banca por la Udeso de Alfonsín y Francisco de Narváez) subrayó que el parricida es "parte de una organización (delictiva) mayor", pero dejó claro que "no está en cuestión" la digna trayectoria de las Madres edificada a lo largo de su enfrentamiento con la dictadura militar.
La politóloga Beatriz Sarlo caracterizó a Hebe como una "autoritaria, personalista", pero consideró que "lo de Schoklender va a pasar, porque tiene pinta de chantajista y no despierta simpatía moral".
La autora del libro "La audacia y el cálculo", donde acepta desde una trinchera opositora que el kirchnerismo ganó la batalla cultural, lamentó lo sucedido y le advirtió a Bonafini que "nadie puede hacer currículo de impunidad con su pasado". Aunque esta regla no parece tener vigencia en la Argentina, sí se observa el final de absoluciones en la antigua causa por contrabando de armas a Croacia y Ecuador en la que estuvo involucrado el ex mandatario y hoy senador, Carlos Menem.
ARNALDO PAGANETTI
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