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Informarse antes de operarse

La muerte de Silvina Luna sacudió a la sociedad. La modelo sufría de insuficiencia renal aguda y estaba internada desde el 13 de junio.


La muerte de Silvina Luna, de 43 años, se
produjo este jueves, en el Hospital Italiano donde estaba internada desde el pasado 13 de junio. 

La modelo padecía una insuficiencia renal aguda, se dice,  producto de mala praxis, en una operación estética realizada por el doctor Aníbal Lotocki en 2011. Se encontraba esperando un trasplante de riñón que se demoró tras haber contraído una bacteria que derivó en su internación durante dos meses y medio. 

Desde su internación, la actriz permaneció sedada y con respirador artificial hasta el jueves 29 junio, cuando experimentó una leve mejoría. Su estado de salud siempre era oscilante, con avances y retrocesos. El último parte médico oficial que emitió el hospital, se dio el 17 de agosto, y manifestaba una evolución dentro de la gravedad general del cuadro. “Se encuentra respirando por sus propios medios, con rehabilitación kinesiológica, nutricional y psicológica”, decía el escrito. 

Sus problemas de salud comenzaron luego de una intervención estética que se realizó en 2011 a cargo del médico Aníbal Lotocki, quien por ese entonces, le inyectó biopolímeros en sus glúteos, como parte del tratamiento que terminó produciéndole hipercalcemia y una insuficiencia renal en su organismo. Por ese hecho, el médico fue condenado por el Tribunal Oral y Correccional N°28, de la Ciudad de Buenos Aires a cuatro años de prisión -y cinco de inhabilitación para ejercer la medicina- por el delito de lesiones graves en una causa que le iniciaron de manera conjunta Silvina, Stefy Xipolitakis, Gabriela Trenchi y Pamela Sosa. Lotocki fue condenado a cuatro años de prisión y cinco sin ejercer la medicina, en la actualidad continúa libre. A la actriz, le terminó costando la vida.

Las exigencias sociales y personales, sobre la perfección de los cuerpos, nos llevan a pensar en salidas rápidas, y así arrancamos las charlas internas: "¿Por qué no me opero la nariz?", o "Estoy gordita/o, tendría que bajar de peso, ¿por qué no me hago una lipo?". Es bueno hablar de estas cosas, la sociedad y nosotros  mismos, somos muy exigentes y no siempre uno está psicológicamente bien, y ahí es donde buscamos soluciones milagrosas, que por cierto no existen.

La salud y la apariencia tienen relación directa con hábitos de vida sanos, comer poco y bien, descansar, entrenar, ser sociable, amar, entre otras cosas. A veces, aún así no alcanzamos a estar satisfechos, y allí podemos recurrir a la tan ansiada cirugía estética, que por cierto es maravillosa,  pero antes de operarse, hay que informarse, de quién es el médico, su especialidad, conocimientos,  y de las instituciones donde atienden. Pero en el apuro, o por conveniencia económica, caemos en las manos menos indicadas, con lo pueden sobrevenir los problemas de salud. NO ESTÁ MAL OPERARSE POR ESTÉTICA, PERO SIEMPRE HAY QUE INFORMARSE… 

Un párrafo aparte, el Estado, tiene la obligación de controlar a las clínicas y a los consultorios médicos, difícilmente lo vaya a hacer, por eso consulte, antes de decidirse  por una operación estética. 

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