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Hay que transformar la Ciudad de Buenos Aires

*Por Abel Fatala. Gobernar es conocer, localizar, vivir y sensibilizar lo que le ocurre a los vecinos. Establecer pautas de organización, dossier de trabajo, propuestas y realizar en obras ese planteo.

Un encuentro se define, entre otras cosas, por la alegría que produce imaginarlo. Esto es justamente lo que siento cuando me reúno con las compañeras y los compañeros a organizar lo que va a ser el acto del 22 de diciembre. Ahí, el colectivo que represento y que es parte del Encuentro de la Militancia Kirchnerista va a proponer de modo formal que sea el precandidato de Red por Buenos Aires (y una serie de organizaciones amigas) a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Me animo a decir sin embargo, que lo importante no es eso sino el hecho de unir las voluntades de todos nosotros, el encontrar un objetivo común donde pongamos nuestros sueños, nuestras propuestas y nuestra alegría.

Los que me conocen saben que soy un dirigente de pisar la calle, de comunicarme con las personas, los amigos, el barrio. Y mi idea para gobernar es en parte, una experiencia que hago todos los días desde que me levanto y tomo un café a la vuelta de casa. Gobernar es conocer, localizar, vivir y sensibilizar lo que le ocurre a los vecinos de la ciudad, a los ciudadanos. Y sobre eso establecer pautas de organización, dossier de trabajo, propuestas y realizar en obras ese planteo general que compartimos.

No es difícil en Buenos Aires saber que tenemos que actuar frente al problema de la basura, una de las fugas de la realidad de Macri que no gestiona casi nada (recordemos que no hizo ni tres metros de extensión del subterráneo cuando proclamaba en sus consignas, que iba a hacer diez kilómetros por año). Sé que tenemos que convertir a la basura en un recurso, que tenemos que contar con sistemas de clasificación diferentes para lograr alcanzar la basura cero. Soy conciente que hay que realizar un esfuerzo en educación que va desde la mejora edilicia (lo de Macri en este terreno es francamente un desastre) a la reformulación de planes de estudio. Tenemos que incorporar un plan de lectura acorde con el que el gobierno nacional realiza en todo el país.

Y pienso en el acto del 22, cuando tenga que hablar ante vecinos y compañeros, y pienso que vamos a compartir hasta en la emoción el hecho de que hoy podemos contar con el gobierno nacional. Con su esfuerzo de estos siete años, con sus mil escuelas construidas en todo el país, la infraestructura, los créditos, la descentralización en la ejecución. Vamos a contar entonces, con experiencia previa que podemos incorporar a nuestra tarea, vamos a contar con profesionales y técnicos que ya conocen los emprendimientos que vamos a proponer. Entonces, me digo una y otra vez cuando pienso en lo que significa ser jefe de gobierno, que me toca trabajar en este proyecto con un grupo de vecinos y compañeros maravillosos, que ponen su energía al servicio de una idea común, de una tarea que nos abraza. Por eso, sintetizo en la palabra alegría el camino que hemos emprendido y que vamos a simbolizar en un acto público al están invitados los vecinos y ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires.

De ningún modo estoy planteando que este camino sea fácil. Tenemos como contrapartida, la inoperancia de gestión que deja Macri a su paso como si todo lo que tocara se convirtiera por efecto de la irresponsabilidad, en desierto. Ese hecho tiene dos caras, deja una ciudad con una cantidad de problemas a resolver. Marcos legales relativos a obras (tenemos el caso de las edificaciones que se derrumban), tránsito (Macri cree que con 100 bicicletas soluciona la falta de estacionamientos y circulación), educación, salud, economía (cuidado con el presupuesto en el que quiere aumentar la deuda externa para hacer negocios), aumento innecesario del ABL, cultura, etc. Si el Teatro Colón es un caos, no resolvemos los problemas de la cultura convocando a una reinauguración invitando los amigos del "jefe". Buenos Aires es una ciudad seria, no la estancia de papá.

Frente a eso, la contundencia de las obras que proponemos va a ser la respuesta. Reformas en el Estado a nivel de sus estructuras donde sea necesario, replanteo total de lo hecho en el Teatro Colón donde se han cerrado archivos históricos que corren peligro de perderse, anulación de todo aumento que se proyectó en el ABL por razones concretas. Vengo repitiendo frente a los vecinos que la recaudación en Buenos Aires es histórica y que no es necesario cargar a los vecinos con más impuestos sino con mejores y más eficientes mecanismos de recaudación. Además, la alta actividad económica producto de las políticas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, deriva en mejores recaudaciones fiscales. No debemos permitir que la inoperancia y los negocios de Mauricio, estén por encima de las políticas de Estado que se fijen según los acuerdos que nosotros establezcamos con los vecinos, con los legisladores y los actores de cada situación.

 
Está claro que planteo un gobierno abierto y participativo. Me tocará en suerte gobernar la ciudad sin olvidar los intercambios, las propuestas que acordamos llevar adelante, ese cúmulo de sueños que cada uno de nosotros pone en palabras cuando siente en lo profundo que está planteándose algo para compartir, un acto, una obra que va a ser buena para muchos en particular y para toda la ciudad en general. Se acabaron los gobiernos de uno solo para rodearse de amigos y jugar a la luna de miel en Europa. No va más, se acabaron los giles en Buenos Aires. Aquí todos y cada uno queremos participar, ser escuchados, sentir que lo que deseamos y acordamos, se cumple. Eso es lo que me propongo a realizar como jefe de gobierno. Y de eso vamos a hablar cara a cara, en ese intercambio que haremos en el acto del día 22. Un acto para la construcción y la alegría de saber que vamos por el cambio.