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Fernando Sabag Montiel vivía entre suciedad, moscas y desorden

El hombre que intentó asesinar a Cristina Kirchner alquilaba un monoambiente en San Martín. Las fotos del deplorable estado en el que vivía. 


El dueño del departamento que alquilaba Fernando Sabag Montiel contó que el hombre que fue detenido por gatillar en la cabeza de Cristina Kirchner, vivía en un ambiente muy desordenado.

Sergio es el dueño del PH en San Martín del que, hace ocho meses, le alquilaba una habitación al agresor de la vicepresidenta. Después de ver las imágenes por televisión se presentó en la comisaría para declarar que él sabía dónde residía Sabag Montiel.

Incluso, ofreció la llave a la Policía. “Todavía estoy sorprendido”, dijo en diálogo con Telenoche, en referencia al episodio y al estado en el que vivía el agresor.

Se trata de una habitación a la que se accede tras pasar por la entrada principal, un ambiente con cocina y televisor y una lámina con el signo de la paz colgado en la pared.

En un patio interno, delimitado por paredes grises despintadas, se daba un pequeño intercambio. “Por acá nos cruzábamos y era hola y chau”, según relata Sergio.

La puerta del departamento es de madera, pintada de blanco y con sectores devenidos en ventanas. De la misma parece colgar un atrapasueños. En el suelo hay pilas inmensas de bolsas blancas de basura.

Contra una pared, la de la izquierda, hay un parlante de guitarra marca Marshall.

Una caja de medicamentos vacía y desarmada. Según había contado Ambar, su pareja, Montiel padece escoleosis, problemas en la columna vertebral.

También se puede observar una angosta biblioteca vacía y pintada de blanco. A continuación, una mesa que podría ser usada para apoyar la computadora secuestrada en el allanamiento, también repleta de basura.

Hay un plato con restos de polenta y una cuchara adentro aún sucia, junto al que, aseguran, es el único vaso con el que contaba el agresor. Las moscas sobrevuelan esa zona del monoambiente.

Una plata aparece cerca de un lavamanos que está a punto de desprenderse de la pared y que está tapado con basura.

Una despensa cuelga torcida de la pared. No hay adornos. En el piso abundan papeles que parecen ser documentos de alguna entidad y boletas de impuestos a pagar.

Sergio cuenta que Sabag era silencioso y duda que escuchara música. “Si lo hacía, la escuchaba en muy bajo volumen, porque nunca la escuché”, asegura.

“Siempre fue educado”, dice al describirlo y asegura que nada de su comportamiento lo hizo sospechar que fuera capaz del intento de magnicidio.

Sergio cuenta además que era “buen pagador” porque le abonaba con lo recaudado de los tres autos que tenía para alquilar.

Consultado sobre si el desorden era producto de la inspección hecha por las autoridades en la madrugada de este viernes y en la que se encontraron dos cajas con 50 balas cada una, el propietario, aún en “shock”, sentenció: “Vivía así, no es el desorden del allanamiento”.

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