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El Senado le dio media sanción al proyecto para pagarle al FMI con un impuesto por bienes en el exterior no declarados

El proyecto de Cristina Kirchner fue aprobado por 37 a 31. Ahora será enviado a Diputados, donde es más difícil para el oficialismo conseguir los votos.

En una sesión alterada por discusiones ajenas al tema de debate, el oficialismo del Senado -con ayuda de aliados- le dio media sanción anoche al proyecto impulsado por Cristina Kirchner que crea un fondo para pagar la deuda con el FMI con un tributo sobre los bienes no declarados en el exterior.

El texto se aprobó con 37 votos a favor y 31 en contra. Ahora deberá pasar a la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene dificultades para conseguir los votos. El proyecto complementario, que pretende levantar el secreto bancario, sigue frenado en comisiones.

La vicepresidenta no estuvo presente esta vez porque está reemplazando a Alberto Fernández -que está de gira por Europa- al frente del Ejecutivo. El arranque de la jornada estuvo marcado por el insólito episodio que se desató después de que la senadora Clara Vega denunciara que otra senadora del PRO, la puntana Gabriela Riollo, le había ocupado su silla cuando fue a izar la bandera.

La iniciativa estipula que el "aporte" que deberán realizar quienes reconozcan que tienen bienes no declarados en el exterior y se presenten ante la AFIP en los primeros seis meses de entrada en vigencia la ley será de un 20%. Después de ese tiempo, del 35%. Si detectado por parte de la AFIP, la persona acepta pagar dentro de 15 días de la notificación, abonará el 50%.

Los pagos se hacen siempre en dólares, se pueden hacer hasta en 12 "cuotas" y el Fondo estará vigente solo hasta que se termine de pagar la deuda con el FMI. Además, el texto crea la figura del "colaborador"; un denunciante anónimo que también se beneficia al delatar.

El oficialismo defendió el proyecto planteando que la deuda "no la pague el pueblo" sino "los que la fugaron". La oposición, en cambio, sentencia que se trata de un "blanqueo encubierto".

"Hay muchos que no nos van a acompañar porque defienden a los evasores", disparó Oscar Parrilli. El radical Luis Naidenoff lo cruzó: "Este proyecto no es más que retórica. Se tienen que apegar al relato porque no pueden exhibir nada más que desorientación, falta de rumbo, ausencia de conducción, fracturas internas, y desde lo social, mayor pobreza e indigencia".

Otra gran parte de las discusión giró en torno a definiciones técnicas sobre qué es "fuga" de capitales y qué "evasión". "Es una cuestión semántica. Que no les dé asco el lenguaje popular. Si no es hablarnos entre nosotros", se quejó la cristinista Juliana Di Tullio.

Previamente, el miembro informante del oficialismo, Ricardo Guerra, había negado que sea un impuesto o un blanqueo. "No estamos frente a la creación de un nuevo impuesto, ya que lo que se pretende es recuperar una porción de los recursos no ingresados al fisco y radicados en el exterior originados en la evasión de tributos ya existentes. Tampoco es un blanqueo, puesto que no implica una convocatoria voluntaria a exteriorizar fondos", apuntó.

El senador radical y economista, Martín Lousteau, lo contradijo. "El título es gradilocuente pero es lisa y llanamente un blanqueo. ¿Qué hace este proyecto con aquellos que incumplieron con la ley argentina e impidieron que el Estado tenga recursos? Le regalan un blanqueo. ¿Por qué los vamos a premiar? Es una burla a todos los que cumplimos. Además, va contra el acuerdo con el FMI.

La cordobesa Alejandra Vigo, que responde al gobernador cordobés no alineado al peronismo, Juan Schiaretti, consideró que la iniciativa "tiene intenciones que se contradicen" y que es "inconsistente e inconstitucional", más allá de las "buenas intenciones". "Este proyecto expresa una gran puja dentro del oficialismo sobre cuál es el rumbo que debería tener la política económica", señaló.

Los discursos del oficialismo reavivaron las diferencias de opinión dentro del Frente de Todos respecto a la negociación de la deuda con el FMI.

"Está bien que se exteriorice aquello que hoy está oculto. Y el segundo elemento bueno de la ley es pagar la deuda al FMI, que justamente la generó el espacio que hoy se opone", planteó el misionero Maurice Closs, quien había votado a favor de la refinanciación. 

"Las deudas se honran, pero las estafas se denuncian, investigan y condenan. Hoy proponemos continuar con las políticas de recuperación de la soberanía, la independencia económica y el reconocimiento de la deuda interna", aseguró, en cambio, Nora Giménez, quien en esa discusión había ido por la negativa.

"Se dice que es un proyecto de un sector del bloque, pero todos coincidimos en que no queremos que nos gobierne el FMI", sentenció Parrilli.

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