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El presente de Roberto Giordano: exilio en Uruguay y acorralado por la Justicia argentina

La causa abierta por esconder bienes en sociedades fantasma fue elevada a juicio oral. Desde el vecino país, se defiende y despotrica contra la Argentina.

Lejos de los flashes y las tapas de las revistas hoy, la realidad de Roberto Giordano, al borde los 76 años, es totalmente distinta a la de aquel esplendor de pasarelas e invitados VIP. 

Hoy Giordano vive con bajo perfil en Uruguay, comparte sus días con su hijo Luciano y sus dos nietas y no quiere saber nada de Argentina, aunque las noticias a veces se le vuelvan inevitables, sobre todo las malas.

Hace una semana, el lunes 13 de diciembre, el juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky elevó a juicio la causa en la que el 5 de junio de 2020 el peluquero ya había sido procesado por el delito de "insolvencia fraudulenta".

Básicamente se lo acusa de crear sociedades "fantasma" usando testaferros para luego meter en ellas los bienes que no quería que le fueran embargados. Así evitaba pagar decenas de juicios laborales que les iniciaron ex empleados por pagos "en negro" y falta de aportes jubilatorios.

Giordano, que siempre se declaró inocente y ajeno a estas sociedades, arriesga una pena de entre dos y seis años de prisión. Es dificil que el juicio sea pronto ya que la pandemia de coronavirus demoró todo y los juicios con prioridad son los que tienen detenidos y este no es el caso.

Según explicó a Clarín su abogado, Diego Carbone, tampoco es probable que, de ser condenado, Giordano vaya preso, posibilidad que se sugirió en algunos medios en los últimos días luego de conocida la resolución de Aguinsky.

"Es verdad que mi cliente tiene una condena anterior a dos años y cuatro meses de prisión en suspenso. Se dictó en 2014 en un juicio abreviado. Pero esa sentencia está apelada a la Camara e Casación porque los delitos por los que se juzgó a Giordano ya no están comprendidos en la ley. Para nosotros, debería caerse esa condena por el principio de la ley más benigna".

"Las investigaciones llevadas a cabo permiten atribuir a Roberto Giordano haber llevado una contabilidad clandestina para ocultar pagos de haberes de empleados y prestaciones de servicios de peluquería hechos a título oneroso, con las que habrían resultado evadidas obligaciones provisionales y tributarias", había dicho en 2007 la Cámara en lo Penal Económico cuando confirmó su procesamiento en la causa que termino en condena.

El argumento de para voltear ese antecedente penal es simple, aunque el éxito no está asegurado: a Giordano se lo condenó por una conducta (evasión fiscal) cuyos parámetros luego cambiaron. Ahora la conducta que se le reprochaba no es delito, por lo que su condena -argumentan los defensores- no es válida. 

Mientras Carbone estudia los caminos a seguir, Giordano se muestra tranquilo en su intercambio de mensajes con Clarín, aunque no pierde oportunidad de envolverse en la bandera uruguaya y mirar con recelo lo que ocurre del otro lado del charco.

El diario Clarín pudo contactarse con él el fin de semana. No se concretó una entrevista. No hubo preguntas ni repreguntas. El peluquero envió un audio de WhatsApp con sus impresiones y contando un poco su presente.

"Yo tengo bajo perfil, hace mucho que no hablo con la prensa. Después de todo esto dejé de hacer los desfiles. Hago una vida más tranquila, estoy por cumplir 76 años", cuenta en el mensaje en el que la palabra "tranquilo" se repite más que ninguna otra.

"Viví una vida muy intensa, muy linda, divina. Le di trabajo a 500 familias, hice un emporio y me retiré a tiempo. Mirá si no... vino la pandemia, vino el caos, vino el kirchnerismo nuevamente", arranca el mensaje bajando línea política de entrada.

Y sigue: "Todo esto es producto de un país en el que no hay seguridad jurídica. En Argentina no hay. Yo te digo: por suerte en este momento estoy en Uruguay. Acá estoy bajo tratamiento médico porque tengo un problema cardiovascular muy delicado, estoy con tratamiento permanente. También tengo problemas con la próstata".

"Trato de estar lo más tranquilo. Mi hijo está viviendo acá con las dos nenas. Y estoy con él. Él es distribuidor de la parte peluquerías y yo acá estoy tranquilo", repite Giordano con esa voz tan característica, esa cadencia que fue marca registrada de la moda durante décadas.

"Uruguay me permite caminar, estar tranquilo. Acá para la gente Giordano es una persona querible pero nadie te molesta, nada, la gente es muy respetuosa. Uruguay es un país en serio, lamentablemente Argentina no. En Argentina a los emprendedores los matan", agrega haciendo obvia referencia las denuncias de la AFIP por no pagar impuestos, que terminaron acorralándolo.

Para Giordano, los grandes empresarios "se tienen que venir vivir a Uruguay. A mí el sindicato me paró el crecimiento. Alentó los 70 juicios laborales porque los votaban. Los juicios están inventados, pero así es Argentina". Y apuntó contra Hugo Moyano, líder de los camioneros.

Puesto a pensar en un regreso a la patria, el peluquero de las famosas, el "number one" de los '90, no se ve entrando a los Tribunales de Retiro.

En su horizonte argentino su postal es la Bombonera: "Amo Boca Juniors, mi pasión es Boca. Y yo digo siempre que cuando vaya voy a ir a la Bombonera a dar otra vuelta olímpica", aventura. Aunque esto, al igual que el juicio oral en su contra, no parece que se vaya a concretar en un futuro próximo.

 

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