El peronismo busca cerrar la unidad mientras se agotan los plazos para definir candidaturas

El peronismo transita una semana decisiva en el camino hacia las elecciones legislativas. En los próximos días se deberán definir las alianzas, las listas de candidatos y la estrategia de campaña. En medio de un escenario marcado por la desconfianza entre los distintos sectores, la principal incógnita sigue siendo si competirán unidos o divididos.

Cristina Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner se encuentran en el centro de las negociaciones. En once días vence el plazo para la presentación de alianzas y, diez días más tarde, el de las listas para la elección bonaerense. El margen para la especulación se agota.

El clima de negociación dista de ser óptimo. La Cámpora no acepta del todo el protagonismo que Kicillof asumió dentro de Unión por la Patria, ni la posibilidad de que encabece una nueva etapa del espacio. La relación personal y política entre el Gobernador bonaerense y Máximo Kirchner sigue siendo muy mala, lo cual dificulta los acuerdos.

Sergio Massa intenta posicionarse como mediador entre las partes. En el entorno del exministro señalan que busca bajar la confrontación para evitar una fractura que podría debilitar al Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires. Varios intendentes de ese sector podrían migrar hacia el Movimiento Derecho al Futuro si no se llega a un consenso.

Desde el entorno de Kicillof aseguran que el Gobernador está dispuesto a sentarse a negociar, pero que hay trabas del lado del kirchnerismo duro. Funcionarios cercanos a él consideran que Máximo Kirchner retrasa las definiciones para llevarlo al límite de la ruptura. Desde el cristinismo, en cambio, acusan al mandatario provincial de querer concentrar demasiado poder.

Una primera señal de distensión fue la reunión que se realizó en la sede del PJ Nacional, con participación de dirigentes de distintas vertientes. Allí se acordó que el eje de la campaña será “Cristina libre” y que se marcará una fuerte confrontación con el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, algunos sectores del peronismo bonaerense cuestionan esta línea por considerarla alejada de las preocupaciones de la ciudadanía.

Durante el fin de semana se esperan nuevas reuniones para intentar avanzar en el armado de listas conjuntas. La negociación seguirá siendo día a día, sin garantías de estabilidad. Cada gesto, cada frase y cada ausencia se leen como señales dentro de una interna que se mantiene tensa.

El Congreso del PJ bonaerense, que encabezará Máximo Kirchner la semana próxima, será otro escenario clave. A pesar del clima enrarecido, todos los sectores coinciden en que un acuerdo es necesario, aunque cada uno llega con condiciones propias y reservas sobre el rol del otro.

La campaña ya tiene un lema y una hoja de ruta inicial. Pero el verdadero desafío del peronismo será ordenar su interna antes de que los plazos electorales impongan definiciones por sí solas.