Sociedad
El Obelisco cumple 89 pirulos: conocé la historia del guardián de Buenos Aires
Este 23 de mayo, el Obelisco sopla 89 velitas. Para celebrarlo, te invitamos a redescubrir los secretos de este ícono vertical que marca el pulso de Buenos Aires.
Hoy celebramos el cumpleaños del ícono que nadie pidió y que todos aprendimos a querer. Dicen que Alberto Prebisch, el arquitecto detrás del Obelisco, no dejó pistas claras sobre su filiación masónica -si es que la tuvo- pero lo cierto es que el monumento se inscribe en una larga tradición de símbolos masónicos: la forma obeliscal, la orientación precisa, la elevación solitaria hacia el cielo. Como si en pleno centro porteño se hubiera clavado, más que un hito urbano, una señal cifrada que desafía a la mirada distraída.
Cuando apareció, no generó precisamente aplausos. Hubo quienes lo vieron como una promesa de modernidad y quienes lo sintieron una excentricidad fuera de lugar. No faltaron las burlas, claramente. Lo apodaron desde “ridículo adefesio” hasta "símbolo fálico del machismo porteño”. Así somos los porteños: intensos, dramáticos y algo sarcásticos.

Dicen también las malas lenguas que se levantó para llenar el vacío del cruce entre las flamantes avenidas Corrientes y 9 de Julio. Pero el tiempo hizo lo suyo, y este faro urbano se volvió parte de nuestra fisonomía emocional.

Mide 67,5 metros y se construyó en un tiempo récord de 31 días. Fue inaugurado en 1936 para celebrar los 400 años de la fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza.

Tres años más tarde, en 1939, quisieron tirarlo abajo pero no lo lograron porque el mismísimo intendente frenó la demolición. Y desde entonces, está ahí, imperturbable, siendo testigo de goles imposibles, movilizaciones multitudinarias y abrazos colectivos.

¡Feliz cumpleaños Obelisco querido!


¡Feliz cumpleaños Obelisco querido!

Dejá tu comentario