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El multifacético Maradona le hace mal al fútbol argentino tanto como los dirigentes

Fue el mejor adentro de la cancha, pero no está en condiciones de encabezar un proyecto deportivo. ¿Qué lugar quiere ocupar?

Gustavo Rodríguez
grodriguez@diarioveloz.com
@GusLRodri


Aunque genere dolor en los más nostálgicos, hoy Diego Maradona no le hace bien al fútbol argentino. Pasó de ser entrenador, de subestimar a Alemania, de intentar ser vicepresidente de FIFA, de abrazarse con Infantino, de postularse como veedor de AFA y hasta el último intento de meterse en el cuerpo técnico de Julio Olarticoechea.

Haber sido el mejor futbolista de la historia no lo habilita a hacer lo que quiere, que a esta altura parece traducirse en un "hacer todo". Lo intentó como entrenador de la Selección, donde dijo que el equipo era "Mascherano y 10 más", para luego decir que se trataba de un "Mascherano, Jonás Gutiérrez y 9 más". De alguna manera, estaba tapando a Juan Sebastián Verón, y a Lionel Messi, que ya era el mejor del mundo. Incluso, en los entrenamientos buscaba, quizá de manera inconsciente, llevarse los flashes pateando tiros libres al final de la práctica.

Esa Selección fue decepcionante y recibió la última gran cachetada en una competencia oficial. Se quedó afuera de Sudáfrica 2010 con una derrota categórica ante Alemania por 4-0. Aquella fue la consecuencia de un pésimo planteo táctico y de la mayor ridiculez al haber subestimado al rival. "No nos comamos el chamuyo de Alemania", había dicho en la previa.

Maradona no estaba preparado para ser el técnico de la Selección Argentina. Esa generación, que hoy sigue cargando con el karma de las frustraciones, tuvo su primer gran tropiezo en aquel Mundial que, por calidad de futbolista y en una edad ideal, podrían haber dado más. Diego no los supo conducir y la Argentina se volvió tras sufrir una paliza futbolística.

Cuando volvió al país, intentó seguir en el cargo, pero cuando quisieron hacer cambios en su cuerpo técnico decidió dar un paso al costado. Salió a defender a Mancuso, con quien actualmente está peleado. Al mismo equipo de trabajo había querido sumar a Oscar Ruggeri, con quien había estado enfrentado durante muchos años. Se terminó yendo de AFA repartiendo críticas para todos lados: Carlos Bilardo y Julio Humberto Grondona, sus blancos, dos con quienes había estado muy cerca unos meses antes.

El problema también está en quienes le hacen sentir que puede hacer lo que quiera por el sólo hecho de haber sido el futbolista más brillante de la historia. Eso no lo convierte en el mejor entrenador ni en un dirigente capacitado. Tampoco debería darle crédito la ineptitud de los dirigentes actuales, que además están manchados por la corrupción en muchos casos.

Cuando Infantino fue elegido presidente de la FIFA, Maradona salió al cruce y lo criticó por "seguir como si nada mientras su jefe (Joseph Blatter) estaba contra las cuerdas". Además, había dicho: "Pasó de revolver pelotitas (por los sorteos) a ser presidente de la FIFA. Está todo muy mal". Meses después, con el estallido en AFA, Maradona posó para la foto junto a él y prometió que juntos iban a hacer que volvieran los visitantes en la Argentina. Salió en la foto con el mismo que había criticado y vinculado con Blatter.

En las últimas horas expresó sus ganas de formar una dupla con Olarticoechea para los Juegos Olímpicos, probablemente sin haberlo hablado con él previamente. Antes, había dicho que quería refundar la AFA. Todo no se puede, Diego. Por suerte, Luis Segura, otro que debería estar lejos de Viamonte 1366, le bajó el pulgar. Maradona fue a una reunión en AFA en condición de vaya uno a saber qué. Se fue pataleando y enfurecido. En el tornado de furia se la agarró con Verón. "No es serio Maradona", respondió La Brujita.

Es indudable que Maradona tiene buenas intenciones, pero primero debería resolver desde qué lugar quiere aportar al fútbol argentino. ¿Quiere ser entrenador? ¿Ayudante de campo? ¿Dirigente? ¿Veedor? ¿Presidente de AFA? ¿Vicepresidente de FIFA? Recién cuando lo tenga claro, Diego deberá plantearse si está capacitado. A partir de ahí, prepararse. Lo concreto es que un Maradona polémico y sin preparación no le hace bien al fútbol argentino.