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El interminable drama europeo

*Por Germán Fermo. Los capítulos que se escribieron de esta interminable historieta trataban de países europeos al borde del colapso, pero con una ciudadanía casi indiferente.

A partir del domingo pasado, con los resultados electorales en Grecia y Francia, probablemente un nuevo capítulo se escribe para Europa, en el que los ciudadanos europeos se están expidiendo contra los planes de ajuste y la coyuntura recesiva que los mismos han generado.

Europa está desde el último trimestre del 2011 nuevamente en recesión y con un desempleo del 10,90%. El enfoque actual se está quedando sin apoyo político, lo cual es gravísimo: el "no apoyo" deja potencialmente a un mercado altamente inestable sin la base de resolución de crisis propuesta por Alemania que ni en un sólo instante pareció tener la mínima chance de éxito.

El Euro quebró 1,30 dólar, un nivel que no se animaba a pasar desde Enero del 2012. Probablemente, la razón sea la conjunción de dos eventos: a) un contexto europeo que cada día se complica más, y b) una Tercera Ronda de Flexibilización Cuantitativa que lejos está todavía de concretarse. Los shocks de los últimos días probablemente tengan un efecto que supere lo intradiario y, a menos que aparezca la FED o el Banco Central Europeo (BCE) a insinuar algún tipo de renovada monetización, la aceleración recesiva en Europa, la nueva desaceleración en USA y el nuevo mapa político europeo le darán un tono pesimista a estos mercados que desde enero tradean totalmente despreocupados.

Con los resultados electorales del domingo 6 de mayo, la ciudadanía se pronunció claramente contra el plan de "achique fiscal a ultranza" diseñado por Alemania y apoyado principalmente por Francia. No es que achicarse esté mal, el problema es cuándo, cuánto y cómo. Si en medio de la peor crisis financiera, con una Europa en acelerada recesión y con desempleos superando a veces el 22%, se quiere ajustar fiscalmente, lo que ocurre es un rotundo rechazo social tal como las elecciones en Francia y Grecia del pasado domingo han demostrado.
Europa hace dos años que se equivoca en lo siguiente: "Al achique fiscal hay que comprarle tiempo y ponerle un amortiguador monetario estilo Ben Bernanke". El poco tiempo que compraron los dos rondas de LTROs (financiaciones del Banco Central Europeo a bancos al 1% y por tres años) ya se gastó y Europa enfrenta una viejísima historieta: otra vez a cuestionar la viabilidad del plan para los PIIGS.

Francia eligió nuevamente a un gobierno socialista en casi tres décadas, uno de los pilares de la campana de Hollande fue el "no a la austeridad fiscal". El desafío del nuevo Presidente francés será: si la decisión es "no" a la austeridad, ¿cuál es el plan alternativo? Porque decir que "no" puede servir para ganar una elección, pero no para solucionar una crisis.

El mercado hace mucho tiempo que viene escuchando a una Alemania preocupada incomprensiblemente por la inflación y es esa la razón por la que no hace de una vez por toda política monetaria expansiva como la FED ha venido haciendo desde el 2008. Si con un desempleo en 10,90% para la Zona Euro, el BCE no se torna agresivamente laxo, ¿cuándo va a hacer política monetaria contracíclica? ¿Qué sentido tiene preocuparse de inflación cuando se enfrenta un bache deflacionario gigantesco? ¿Qué sentido tiene preocuparse de la inflación cuando la mismísima existencia del Euro está en juego?

¿Qué es más importante: una inflación al 2%, al 3% o al 4%, o el colapso político y social de un pacto que parecería cerrarle a un sólo miembro?

A dos años del inicio de la crisis en Europa, se hace absolutamente inaceptable que todavía tengamos que escuchar que se "está trabajando para la resolución de la crisis". Cualquier emergente que hubiese manejado el problema con semejante torpeza hubiese sido borrado del planeta tierra.

Europa sigue sin tener una sola respuesta a su crisis y la incoherencia de un ajuste fiscal inaplicable ha sido claramente rechazada por ciertas ciudadanías en Europa. Europa perdió dos años anunciando una secuencia de promesas imposibles de efectivizar.

Europa se equivoca proponiendo una inaplicable política fiscal y otra monetaria articulada por un BCE que en su última conferencia de prensa volvió a sonar restrictivo monetariamente. El BCE ni siquiera insinúa una baja de tasas de 25 puntos básicos cuando lo que realmente debería estar discutiendo es la Primera Ronda de Flexibilización Cuantitativa para la Eurozona.
De una vez, Europa necesita empezar a sincerar que en el 2012 es mucho más pobre de lo que era al inicio de la crisis. Una forma de hacerlo es tornarse muy agresiva a nivel monetario, comprar tiempo en serio con una Ronda Histórica de Flexibilización Cuantitativa en Euros y que el BCE comprenda que es el segundo banco central más importante del mundo y por lo tanto debe también convertirse en ancla de expectativas tal como es la FED. La resolución de este problema depende en altísima medida del BCE, ya no sirve "tener miedo a ser laxo monetariamente". Una Flexibilización Cuantitativa en Europa devaluaría el Euro fácilmente a la zona de 1,20. A ese nivel, Europa medida en dólares sería más barata sincerando la sub-realidad en la que vive y empobreciéndola frente al mundo.

La ciudadanía europea debe comprender que "decirle que no al ajuste fiscal" no soluciona de ninguna forma la tragedia que Europa tiene en frente. Por el contrario, el "no" al ajuste obliga a encontrar una solución alternativa. Si Europa le dice que no al achique fiscal entonces le deberá decir que sí a una histórica licuación monetaria por parte del BCE que la empobrecerá medida en otras monedas. Lo que no queda claro es si la ciudadanía europea entiende que esta crisis le pertenece y que decir que no a un plan no sirve a menos que inmediatamente se defina otro alternativo. Lo que sí parece ir quedando más claro es que otra vez Europa se queda sin estrategia de mediano plazo para la resolución de su crisis. Plan A, plan B, o plan C, la ciudadanía europea pagará carísimo las consecuencias de esta crisis. Como argentino, se aprende que de una crisis nunca se sale sin enormes cicatrices y como evidencia hay una secuencia enorme de eventos ocurridos en emergentes que incluso trascienden a la Argentina.

Esta renovada preocupación comenzó a ser descontada por los mercados. Se continúa observando un Yen tradeando sub-80 ajustándose a una nueva realidad global caracterizada por desaceleración y crisis política en Europa. Tampoco es casual ver a la tasa de bonos estadounidenses a 10 años operando en 1,83%. En septiembre del 2011 esta tasa tocó mínimos en 1,71%. Se está solamente a 12 puntos básicos de su mínimo, después que el mercado se animó a tradearla en 2,35% hace sólo semanas atrás.

No hay una sola razón fundamental para que el S&P pueda sostener sus niveles actuales. Sin embargo, la razón sigue siendo la monetaria. Y es en estos momentos en donde la percepción del Put Gratis de Bernanke se hace más relevante que nunca. Si Bernanke no aparece, la ansiedad del mercado va a aumentar. La pregunta es si el Yen, la referida tasa a 10 años y el Euro están en franco proceso de corrección rumbo a niveles de inicio del cuarto trimestre del 2011. Lo único que no está ahí todavía es el S&P en USA y otros mercados de acciones. ¿Cuál será el mercado que se equivoca esta vez?