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El día llegó: liberaron a Giselle Rímolo

La célebre ex pareja de Silvio Soldán, a quien arruinó económica y socialmente, y después de cumplir las tres cuartas partes de su condena impuesta, de nueve años de prisión, salió en libertad condicional. Debe cumplir con algunos requisitos que a continuación le contaré.


Por el momento ha de vivir en la casa de unos amigos, hasta que remodele su vieja casa del Tigre. Su nombre completo Mónica Cristina María Rímolo, al cumplir casi seis años de detención y gracias a la Ley de Estímulo Educativo, pudo descontar tiempo de detención y salir en libertad, le faltan seis materias para recibirse de abogada, trabaja como secretaria del estudio de su ex pareja y ex abogado de Soldán, el tristemente célebre Juan Gainedu, quien de milagro no terminó preso.

Como era de esperar, su salida generó un revuelo periodístico y tal repercusión le produjo taquicardia, ataque de pánico y un pico de presión, que pudo ser contenido por los médicos que la asistieron en el episodio. Según gente cercana, es una gran fabuladora. En otras palabras, artista. 

Se quedará en lo de sus amigos hasta que baje la intensidad mediática. Quienes están cerca de ella dicen que verse televisión le genera angustia y pánico. 

En el pasado cuando la conocí, me la presentó su abogado de entonces, Fernando Burlando, estaba en su esplendor con una cabellera rubia imponente, escote generoso, enfundada en un pantalón de cuero negro. Ciertamente impactaba. Tenía el poder que da una gruesa billetera, con la cual compró obscenos privilegios. Privilegios que, por ejemplo, la Dra. Susana Seccardini, a quien defendí, jamás tuvo y además soportó indignas condiciones de detención. Pero el tiempo pasó y la Justicia mandó a Rímolo donde debía: a prisión. No sin antes gritar, maldecir, putear, llorar, pero al fin tuvo que cumplir con la pena impuesta.  

Logró la fama de la mano de Silvio Soldán, quien la presentaba como la “Doctorcita”. Ella muy suelta de cuerpo decía ser nutricionista y homeópata. Se comprobó que era una fabuladora. Una cámara oculta demostró que recetaba medicamentos, con el recetario y el sello de la Dra. Susana Seccardini. Una cámara oculta demostró lo que pasaba en la falsa clínica. Conocida la trampa, Rímolo recibió la denuncia de la familia de una víctima que perdió la vida, Lilian Díaz, que murió por ingerir la medicación indicada por la falsa médica, para bajar de peso. El Tribunal Oral 7 la condenó a nueve años de prisión en 2012, pero hasta 2017 no fue detenida, Los informes del Servicio Penitenciario Federal calificaron su actitud de higiene, conducta y comportamiento “casi perfecto”.

Una vez por mes deberá presentarse ante la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal. Otra condición le fue impuesta: deberá abstenerse de hablar con medios de comunicación, incluidas redes sociales, de su víctima Lilian Díaz o su familia. Quienes comparten su intimidad dicen que jamás volverá a la televisión y que quiere dejar atrás el pasado. El tiempo dirá si aguanta la tentación de las luces de la fama… 

   

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