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Detuvieron a un hombre que llevaba a un paramilitar ucraniano en el baúl de su auto

Había entrado por Paraguay y el comerciante dijo que lo levantó cuando hacía dedo. Iba a Rosario.

El Chevrolet Corsa llegó al Paso Telégrafo, que a través de la ruta 12 comunica la provincia de Corrientes con el norte de Entre Ríos, adonde la Policía le requirió al conductor la documentación del auto y el permiso de circulación en medio de la pandemia de coronavirus.

"¿Qué lleva en el baúl?", le preguntaron al armero Juan Manuel Clucellas (46), uno de los dueños de la firma "La Escondida", con un local en Paraná y otro en la ciudad de Santa Fe, donde vive.

"Si vos conocés, llevo un ciervo axis", respondió, en referencia a los animales que se cazan en la zona.

"A ver", replicó el agente. Cuando abrió el baúl, se topó con una sorpresa: con las piernas flexionadas estaba un hombre de 1,90 metros de altura y más de 100 kilos de peso.

En su documentación figuraba el nombre Viktor Melnyk, ucraniano, de 47 años, con residencia en Marbella, provincia de Málaga, España.

Además, contaba con una credencial como "teniente" de Reales Tercios, una organización paramilitar en la que se encuadran todos aquellos que juran mantener "fidelidad absoluta a la Corona, sea cual fuere la forma o sistema de Gobierno", según sus principios.

Melnyk, del que ahora se investiga si es realmente su verdadera identidad, había entrado ilegalmente al país desde Paraguay, aparentemente tras llegar a Brasil. En perfecto español, le dijo a la Policía que iba a Rosario para asistir al parto de su esposa, quien llegó desde España antes que él.

El juez federal de Paraná, Leandro Ríos, le imputó la violación de la cuarentena y lo dejó demorado en una comisaría de la capital entrerriana, hasta que cumpla los 14 días de aislamiento.

El armero declaró que lo vio hacer dedo en la ruta y lo levantó. Pero hay un par de situaciones sospechosas, entre ellas su relato de que había ido a pescar a Itá Ibaté (Corrientes) en su camioneta, pero que se volvió en el Corsa, prestado por un amigo, para decirle a su esposa que se había roto su vehículo y que debería volver a buscarlo.

"Para no venir solo, yo venía en el Corsita, le dije que suba", señaló sobre Melnyk.

Clucellas, que está en libertad, afronta la imputación por la violación de la cuarentena y otra por un delito migratorio: facilitar la entrada o traslado de un extranjero que ha ingresado ilegalmente, penado con 1 a 6 años de cárcel.

Según las fuentes consultadas por Clarín, el armero se ufanaba de tener contacto con policías y por eso no pensó que lo iban a parar en la ruta.

Respecto de Melnyk, ahora investigan si es un sicario que se dirigía a Rosario o si se trata de una persona que realmente dice la verdad.

Los investigadores pidieron la intervención de la Dirección Nacional de Migraciones para conocer los antecedentes del extranjero, aunque en principio no tenía pedido de captura de Interpol.

Según Aire de Santa Fe, Melnyk perteneció al grupo militar de elite Titan en Ucrania, entre 1994 y 2000. Su pareja vive en el centro de Rosario.

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