"De chica creía que mi abuelo era Freddy Mercury"

Asomó su carita picara en la tele cuando tenía sólo 8 años, y con sus ocurrencias hizo matar de risa a Dady Brieva en Agrandadytos. Luego, tras superar un arduo casting. Cris Morena la eligió para darle vida a Estrella en Rincón de Luz, y desde entonces no paró de trabajar en novelas juveniles: fue Guillermina en Floricienta, Valeria San Simón en Chiquititas sin fin, y se lució como Tefi durante las cuatro temporadas de la exitosa Casi ángeles. Este año, le llegó su primer protagónico con Súper- Torpe, la ficción de la tardes de Telefe en la que divierte al público infantil con la poco habilidosa Poli.

Pero, ¿quién es esta chica de sonrisa tierna y cara angelical? María Candela Vetrano Vega (20), tal su nombre completo, nació el 9 de agosto de 1991 en la clínica Estrada, y colmó de felicidad la casa de Banfield que habitaban sus padres, María Virginia Vega y Héctor Vetrano. "Mi papá tiene una empresa metalúrgica, y mamá trabaja con él, en la parte administrativa. También en la fábrica está mi hermano mayor, Facundo, que es hijo de un matrimonio anterior de mi viejo. ¿Cómo nos llevamos? Bárbaro, porque Facu es más grande, y me cuida.

Somos compinches", cuenta la actriz. De chiquita, Candela era muy inquieta y pizpireta.
"Fui una niña súper extrovertida, y me terminaba transformando en el centro de atención de todos los cumpleaños. Mi mamá me filmó desde que nací, así que toda mi vida está registrada. Incluso mi papá grabó la cesárea de mi nacimiento.

¡Ese tape es medio impresionable!", se ríe la chica. Como sus papás trabajaban casi todo el día en la metalúrgica, ftie su abuela materna, Mavita, quien se ocupó de cuidar a Candela durante los primeros años de su niñez. "A los 3 años ya sabía contar en inglés e italiano, porque mi abuela me atormentaba para que aprendiera.

También por la tarde me ponía discos de Freddy Mercury, y me decía que el que cantaba era mi abuelo. ¡Y yo le contaba a todo el mundo que Freddy era mi nono!", revela la actriz. Y agrega: "Como me aburría bastante y quería tener un hermanito, le pedía a mi abuela que me llevara a la Iglesia a pedirle a Dios que me cumpla el deseo. Se ve que recé mucho, porque en vez de uno llegaron dos". Para alegría de Cande, en 1996 nacieron las mellizas Paulina y Julieta.
"Eran como mis bebotas, pero confieso que Pauli tenía el pelo tan negro y pinchudo, que la primera vez que la vi pensé que era un varoncito. Después la cargábamos y decíamos 'Pochi Peluca"'. ¿Cómo se llevaban las hermanas? Muy bien, casi nunca peleaban. "Yo era la dueña de la batuta: siempre hacía de maestra y ellas de alumnas; o bien inventaba coreografías en las que era la protagonista, siempre en el centro, y ellas detrás de mí", recuerda la joven. Candela fue al jardín Westminster, cursó la primaria en el San Andrés de Banfield, y el secundario en el Modelo Lomas. "Veo que mis hermanas se matan estudiando, pero yo no tengo recuerdos de sentarme a estudiar. Se ve que prestaba atención en clase, porque me iba bien. Nunca me llevé una materia", sostiene. Vetrano reconoce que desde que tuvo uso de razón quiso ser actriz.

De chiquita hizo muchas publicidades, y le pidió tanto a su mamá que la llevara a un casting, que la terminó convenciendo.

"En sexto grado arranqué con Rincón de Luz, me tuve que cambiar de colé, y mis compañeros me hicieron una despedida muy emotiva", expresa. Dice que su veta artística proviene de un tío dibujante y de su papá, que cuando era joven hizo una obra de teatro off, Desconcert, en el barrio.

Además de actuar, cantar y bailar, a Candela le apasiona coser. "Me enseñó mi rpamá, y me paso horas haciéndome carteritas, vinchas y polleras". Cuando piensa a futuro, sueña con viajar por todo el mundo, hacer una película y llegar a ser como Natálie Portman, su ídola.
"Me parece una genia, muero por hacer una carrera como la de ella", concluye.