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¿Cuánto vale el dólar?

*Por Dario Epstein. Uno de los puntos más escuchados en las conversaciones con empresarios es que el valor del dólar se esta depreciando en la Argentina y esto afecta las exportaciones y promueve las importaciones.

En esa frase hay dos afirmaciones, por un lado que el peso argentino se fortalece contra la divisa americana. En este punto creo que la mayoría de los analistas (y actores económicos) están de acuerdo ya que, a pesar de una paridad nominal bastante estrecha entre las dos divisas, la inflación local, medida como se quiera, supera ampliamente la de los EE.UU.

Recordemos que mientras que el país del Norte sigue luchando para encausar su economía, todavía enfrenta graves obstáculos en la falta de empleo, el consumo, la confianza del consumidor y por lo tanto tiene capacidad ociosa y una política monetaria totalmente acomodaticia, con tasas de corto plazo de "0" por ciento.

La Argentina, por otro lado, está creciendo muy fuerte, con poca o nula capacidad ociosa (casi cuellos de botella), tremendo consumo, y alto empleo, con aumentos de salarios interanuales por encima del 20% y altas tasas de interés. En síntesis: lo lógico sería que la moneda local se apreciara contra el dólar en virtud de las distintas realidades de los dos países.

Sin embargo, la segunda parte de la frase genera más dudas. Como consecuencia de la gran depreciación del dólar contra todas las monedas del mundo, la Argentina todavía tiene un tipo de cambio razonable contra el euro, las monedas latinoamericanas y las asiáticas. Esto implica que las exportaciones fuera de los EE.UU. deberían mantenerse robustas. Sobre todo si tenemos en cuenta que hay una alta correlación inversa entre el valor del dólar y el de los commodities: cuanto más se deprecia el dólar, más aumentan de precio los commodities.

Pero cuidado: este análisis es una fotografía del presente, pero la película muestra nubarrones en el horizonte. Principalmente en el valor de la divisa estadounidense.

Hay un dólar bajo en la Argentina y nuestro país ha ido perdiendo competitividad en los últimos años. La inflación se ha ido acelerando y afectando al negocio exportador, debido a la suba de los costos en términos reales en dólares, hecho que no fue acompañado de un incremento en la productividad de las empresas, que vieron sus márgenes de ganancias reducidos en los últimos años.

Pero un dólar bajo no es un factor particular de la economía argentina, sino que debe enmarcarse en el actual contexto mundial de una moneda que ha perdido terreno en casi todos los frentes y que ha producido fuertes cambios en el recorrido de las distintas clases de activos financieros. El dólar está bajo en el mundo, no sólo en Argentina.

La debilidad del dólar en los mercados internacionales impulsa el precio de todos los bienes primarios en forma artificial. Tanto los commodities energéticos como los metales preciosos, encabezados por la plata y con otro excelente quiebre y recorrido el oro, han resultado una vez más una jugosa alternativa para los inversores en el acumulado de este 2011. El complejo agrícola también se mantiene firme en su recorrido iniciado el año pasado.

¿Cuáles son las causas de la suba de los commodities? Hay que mirar principalmente la búsqueda de un refugio en activos "duros" debido al resurgimiento de la inflación y del aumento de las expectativas de inflación en encuestas y también, en forma implícita, en el rendimiento indexado de los treasuries norteamericanos y de otros países centrales.

Pero el mayor impulso lo da la debilidad del dólar frente a todas las monedas. El dólar multilateral (Dólar Index, o DXY) volvió a tocar valores que no se veían hace mucho tiempo. Frente a la moneda única europea pasó a cotizar en menos de 5 meses de u$s1,29 por euro al actual nivel de 1,48 dólar.

En el año, el euro se apreció el 11,5% hasta el 4 de mayo. Pero otras monedas se apreciaron mucho más, como el yen japonés, el franco suizo o el dólar australiano.

¿Cuáles son las causas de la baja del dólar? A la ya conocida ampliación de la hoja de balance de la Reserva Federal de los EE.UU. luego de la frenética emisión de dólares para salir de la última crisis, debemos sumarle en los últimos meses la expectativa (materializada a posteriori) del aumento en las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).

Eso produce en cada rincón un mayor apetito por el riesgo. Como la FED emitió en su último comunicado que el plan de estímulos (denominado QE2) se mantendrá inalterado hasta junio del 2011 y que las tasas de interés están lejos de subir, a corto plazo urge a los inversores seguir saliendo del dólar ya que el escenario no va a cambiar a corto plazo.

Es una realidad que en la Argentina hay un dólar bajo, lo que equivale a decir que el peso estaría demasiado caro y que debería depreciarse. La suba de costos en dólares atenta contra la exportación de bienes primarios, productos manufacturados y servicios.

La suba de los commodities agrícolas y de los commodities "blandos", como el azúcar, ha mantenido la rentabilidad del campo en niveles muy elevados, beneficiando a provincias como Tucumán, que ha visto un efecto "derrame" en otras actividades como la inmobiliaria y el consumo, que no se mantiene ajeno a la tendencia evidenciada en el resto del país.

Pero menos beneficiados resultan tanto las exportaciones industriales como la de servicios de todo tipo (servicios informáticos por ejemplo): se resiente la capacidad de generar divisas por la inflación de costos. Se suma, en el caso de la industria, la estrangulación de la oferta por insuficientes inversiones en capacidad industrial, lo que redunda en más inflación generando un círculo vicioso.
Para colmo de males, la tasa de interés doméstica de referencia (Badlar) es muy negativa en términos reales, lo que impulsa artificialmente la compra de bienes de consumo duraderos pero sin efectos en la productividad de la economía. Y precisamente una de las maneras de luchar contra un dólar bajo, que como dijimos debe enmarcarse en un contexto mundial de dólar bajo, es incrementando la productividad.

Para beneficio de la Argentina, el gran flujo de fondos hacia Brasil hizo que su moneda se apreciara, y un real caro es un alivio para los exportadores locales y para los hacedores de política económica que buscan mejorar la competitividad de las exportaciones domésticas. Hay que mirar más al real: si se deprecia en relación al dólar y al peso, como ha sido de público conocimiento y uno de los objetivos de estado encarado por Dilma Rousseff, la Argentina sufrirá las consecuencias.

La posible suba de tasas en el futuro (estimamos a fin de año) beneficiaría al dólar en relación a todas la moneda, presionando hacia la baja al precio de algunos commodities. Como un euro tan elevado perjudica las relaciones comerciales de la eurozona con el resto del mundo y sus técnicos ya comienzan a preocuparse en el tema, creemos que en algún momento del segundo semestre se revertirá la actual debilidad del dólar.

Hasta ahora la supercosecha, los elevados precios de los commodities en general, sumado al crecimiento robusto del PBI da margen como para amortiguar en parte el efecto de un dólar bajo. Pero la inflación en dólares es un tema complejo, difícil de resolver con un tipo de cambio con una pequeña senda bajista que no alcanza a cubrir el aumento de los costos, si es que no se trabaja en una mayor competitividad.

En síntesis, hay un dólar bajo en la Argentina y la pérdida de competitividad en los últimos años se dio porque la inflación se ha ido acelerando, produciendo una suba en los costos en términos reales en dólares que no fue acompañado de un incremento en la productividad de las empresas, que vieron sus márgenes de ganancias reducidos en los últimos años. Pero por el fuerte crecimiento económico y la suba de los precios de los commodities se creó un marco que bien podría continuar dándole un empuje importante a la economía argentina en los próximos dos años. El dólar bajo es un hecho mundial y muchos países sufren algunos de los síntomas que evidencia la economía doméstica.

Un factor de riesgo a monitorear será si se revierte la tendencia y el dólar empieza a apreciarse o fortalecerse contra otras monedas mundiales, lo que reduciría los precios de los commodities. Nosotros creemos que el dólar se fortalecerá contra el euro, y es ahí donde el peso argentino (y el resto de las monedas) empezará a sentir la presión.