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Cristina angustiada: no puede ir al sepelio de Mandela y pasará la Navidad en Buenos Aires

Un diciembre convulsionado que recuerda aquel "diciembre negro" del 2001 no es la mayor preocupación de la Jefa de Estado. 

"Todo concluye al final, nada puede escapar. Todo tiene un final,  todo termina" Presente ("Vox Dei")

Las exequias de un personaje de fama mundial en el tema anti discriminación y en  derechos civiles como lo fue Mandela es la cita obligada de los líderes del Planeta que levantan esas banderas (y hasta quienes no la levantan pero lo disimulan llorando frene al féretro del líder negro).

Allí estarán todos los que conforman la élite terrícola, pero Cristina masca rabia porque todo lo que sea levantar altura le está vedado. La foto deseada junto a los líderes de las potencias y la oportunidad de meter bocadillos como tanto le gusta en esos encuentros mundiales quedará para otra ocasión, o para nunca.

Otra noticia que la deprime es que no podrá pasar las fiestas de fin de año en el Calafate, ni en otro lugar del sur como tanto le gusta aún después de la muerte de Néstor.

Máximo Kirchner la quiere llevar a toda costa, el pibe ya padre de familia no quiere Navidad en Buenos Aires; pero Florencia en cambio banca todo lo que quiere su madre, o al menos la cuida como nadie. Aún suenan los gritos en la Favaloro de Flopy contra el Chino Zanninni: "Si hubiera sido por vos mi mamá estaría muerta".

Pero no sólo los viajes frustrados a Sudáfrica o a la Patagonia desvelan a la Presidente.

La pérdida de amigos, o el recelo contra ella en la geografía latinoamericana,  no es el mejor panorama para Cristina.

Primero, Uruguay está ideando un método para emitir tarjetas de crédito con mínimos requisitos a ciudadanos argentinos y así eludir los tremendos impuestos al turismo exterior que se cobran con tarjeta. Lo que se conoce informalmente, es que Mujica no dará información a la Argentina sobre estas operaciones, con lo cual ya la fuga de divisas del país está siendo traccionada por el propio "amigo" Mujica.

Segundo problema. El Ecuador de Correa comienza a tomar distancia de la Argentina, porqué el líder de ese país encabeza una campaña de denuncia mundial contra la petrolera Chevrón (mas un juicio multimillonario), y ha expresado que tomará distancia de los países que acepen negociar con esa multinacional  que hace estragos ecológicos por donde pasa.

Ya sabemos que Cristina-Chevrón, un solo corazón. Correa está disgustado, siente que su aliada la traicionó. Con Mujica y Correa ninguneando a la Argentina, y la Presidente brasilera que se disgusta con el proteccionismo que impulsó Moreno y nadie cambió aún que le hace perder exportaciones al Brasil, el frente de adversarios (no enemigos, pero cuando te dejan de querer estás a un tris del divorcio), se suma un culebrón impensado.

Parece que al país le quedaba como premio consuelo la amistad con Venezuela. Pero también allí hay un problemita: Nicolás Maduro parece que perdió la cordura, y eso es literal, no metáfora.

Y no te rías (al menos de nosotros) con lo que te contamos ahora. Paolo Manzo es un periodista italiano corresponsal de varios medios en Latinoamérica.

Hace unos días pasó por Buenos Aires, y estuvimos con él más por una vieja amistad que para hablar de política (charla de licores y mujeres a las que ambos somos aficionados). Pero cuando por ahí salió el tema de los presidentes de este continente, Manzo contó algunos detalles de su encuentro con Maduro. Aún estaba sobrio cuando hizo los comentarios de su paso por Venezuela.

Resulta que Maduro se hizo devoto de Sai Baba, el gurú hindú muerto hace pocos años. Y Sai Baba le envía a Maduro esos pajaritos que le hablan trayéndole instrucciones de Hugo Chávez desde el más allá.

No seguimos contándote excentricidades del sucesor de Chávez para que no nos tomes por demente, pero el mismo Paolo Manzo nos decía que dudaba de publicar todas sus experiencias con el Presidente venezolano porqué los italianos están acostumbrados a los Berlusconi, pero las payasadas del venezolano le suenan historias de extra terrestres.

Por eso Maduro  ya tiene parte del Ejército venezolano en su contra y algún "caracazo" en puerta se ve venir. Si Venezuela está gobernada por un gabinete de pajaritos de Sai Baba que le llevan instrucciones de Chávez desde el más allá, no le conviene a Cristina tener amigos desvariados. Vaya uno a saber con qué pueden salir estas extravagancias de Maduro.

Obvio que deprime todas estas situaciones, pero al final de cuentas -salvo el imprevisto cerebral-, el resto de las situaciones responde al viejo lema siempre presente: Se cosecha lo que se siembra.