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Coronavirus: el Gobierno respondió a las críticas por las millones de vacunas en stock sin aplicar

Para el asesor del Presidente Eduardo López se trata de una “barbaridad”. El Ministerio de Salud le contestó al especialista y detalló cómo funciona el sistema en la Argentina.

El infectólogo Eduardo López calificó de “fracaso” la campaña de inmunización de la Argentina por “tener cinco millones de vacunas en heladeras” que aún no fueron aplicadas y el Ministerio de Salud le salió al cruce: “Este tipo de afirmaciones es desconocer las complejidades de llegar desde Ushuaia a la Quiaca”, afirmaron desde la cartera encabezada por Carla Vizzotti y aseguraron que “lejos de ser un fracaso, es un gran logro del sistema”.

“No es que las están guardando, lleva un proceso muy complejo de distribución” sumado a que “ahora el Estado debe ir en busca de aquellos que por distintos motivos tienen alguna barrera de acceso”, añadieron.

La ministra regresa este martes de Rusia, a donde viajó para acelerar el envío de los segundos componentes de la Sputnik V, y tiene previsto realizar una conferencia de prensa en la que se prevé vuelva a hacer referencia a los duros dichos de uno de los principales asesores presidenciales.

De acuerdo con los datos del Monitor de vacunación del Ministerio de Salud, ya se distribuyeron 44.473.034 vacunas, de las cuales se aplicaron 39.507.845, es decir que hay 4.965.189 dosis que aún no fueron utilizadas y a esa cifra es a la que apuntó López.

En declaraciones a TN, el infectólogo reconoció que no sabe si se trata de una demora en la carga de datos al monitor o de problemas logísticos, pero insistió en que “la vacuna que no se aplica es una vacuna que deja de proteger al individuo”.

“Hay casi 5 millones de dosis que todavía no se aplicaron, no sé si está vinculado a una demora de carga de datos o de logística”, dijo y agregó que sus dichos buscan ser un “aporte frente a un número de vacunas que no se aplican” en momentos en que “tenemos altísima chance de que la variante Delta comience a circular de forma comunitaria”.

“Sin hacer algo político, tenemos que vacunar los más rápido posible con dos dosis a la mayor cantidad de gente posible”, insistió, porque “la variante Delta evade el sistema inmune” y se necesita “mayor cantidad de anticuerpos para inmunizarnos”.

La respuesta del Gobierno

A través de un comunicado de prensa, la cartera sanitaria emitió una “respuesta al doctor López”, en la que aseguró que “lejos de ser un fracaso, el proceso de sacar las vacunas de Ezeiza, controlar la temperatura, volver a empaquetar, mandar a las provincias y que las provincias lo distribuyan a todos los vacunatorios de su territorio, es un gran logro del sistema”.

“El stock de vacunas no es inamovible, está vivo, en permanente llegada y distribución. Y este tipo de afirmaciones es desconocer las complejidades de llegar desde Ushuaia a la Quiaca, que se hace en tiempo récord”, agregó.

En diálogo con TN, Sonia Tarragona, jefa de Gabinete del Ministerio de Salud, detalló los distintos pasos que se deben seguir desde que las vacunas llegan a Ezeiza hasta que se aplican y aseguró que el Gobierno es el que más quiere utilizar los sueros recibidos.

Para Tarragona, López “desconoce cuáles son todos los procesos logísticos que implica la distribución de vacunas” y que “desconocer esa complejidad es lo que hace plantearse por qué no estamos vacunando”.

“No hay nadie más que todos nosotros que quiera aplicar todas las vacunas que tiene; es raro pensar que no se quieran aplicar las vacunas, no tiene racionalidad ninguna”, agregó.

En cuanto los datos respecto de la campaña, precisó que a la Argentina “llegaron 47,5 millones de vacunas, tenemos 44,5 ya distribuidas y 39,5 ya aplicadas, el resto está en tránsito hasta las provincias y en cada provincia hasta todos los lugares que tienen que llegar”. “Hay lugares a los que no se puede llegar ni siquiera por vehículo, hay que llegar o a lomo de burro, o a pie, o en bicicleta o en moto”, detalló.

Además, dijo que cuando los sueros llegan a Ezeiza se controla el stock y que no haya desvíos de temperatura; luego se desarman los embalajes y se embalan en cajas más pequeñas que van destinadas a cada provincia por tierra. Una vez llegan a destino, allí nuevamente controlan la temperatura y vuelven a desarmar las cajas para arman otras más pequeñas adaptadas especialmente para el tamaño de la población de cada uno de los vacunatorios a los que se deben distribuir. Una vez completado ese proceso se convoca a la gente a vacunarse.

“No es que las están guardando, es que lleva un proceso muy complejo de distribución. Nunca antes jamás en la historia de este país se distribuyeron tan rápido”, aseveró Tarragona.

En el comunicado oficial, el Ministerio de Salud señaló que la aplicación de los sueros “es competencia de las jurisdicciones” y reconoció que “si bien el promedio en el ritmo de vacunación es bueno, no es homogéneo en las distintas jurisdicciones del país, ya que cada territorio presenta diferentes complejidades”.

“Una cosa es vacunar en centros urbanos donde el ritmo de vacunación es mucho más rápido porque la gente está cerca y puede acercarse a los vacunatorios más fácilmente, y otra cosa son los territorios más alejados, con menos densidad poblacional y dificultades de acceso, donde los vacunadores tienen que llegar casa a casa, con las heladeras al hombro. A lo que se suma las disparidades de conectividad que en algunos casos del país enlentece la notificación inmediata de las aplicaciones”, aclaró al respecto.

Además, remarcó que actualmente no se tiene “la misma dinámica que al inicio de la campaña de vacunación donde todo el mundo estaba esperando para ir a vacunarse, sino que ahora el Estado debe ir en busca de aquellos que por distintos motivos tienen alguna barrera de acceso”.

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