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Compañías británicas, preocupadas

Por Pablo Wende* Más allá de la sugerencia del Gobierno argentino a los empresarios, la preocupación de los hombres de negocios aquí pasa en realidad por otro lado.

Advierten, concretamente, que en la medida que se mantengan los controles cambiarios y las dificultades para girar utilidades a las casas matrices, será difícil que la Argentina pueda recibir nuevas inversiones.

Así lo aseguraron ayer los principales ejecutivos de CityUK, una organización que agrupa a más de 150 compañías que operan dentro y fuera de Gran Bretaña, pero que además tiene una pata del sector público porque participa la propia City de Londres como corporación. Colin Johnson, chairman del grupo latinoamericano de CityUK, aseguró ayer que «existe un gran interés de empresas británicas por invertir en la región, algo que se hizo mucho más notorio con la crisis que afecta a Europa. Es cierto que Brasil es el punto de arranque, pero no conozco una sola compañía que sólo tenga planes de hacer negocios con ese país sin explorar otras oportunidades».

Pero al mismo tiempo, el ejecutivo advirtió que aquellos mercados que no ofrezcan garantías para las inversiones de largo plazo saldrán perdiendo. Y agregó en referencia a la Argentina: «Esto no tienen nada que ver con la política. Las empresas comienzan a preguntarse si se trata de un destino seguro y rentable para sus posibles inversiones. El capital es como el agua, fluye hacia los destinos que ofrecen mayores garantías».

En la misma dirección, Wayne Evans, director de estrategia internacional de CityUK, indicó a este diario que «México es un buen ejemplo de lo que han conseguido países de la región que decidieron abrir sus economías. En cambio, aquellos países que hacen lo contrario, es decir que ponen restricciones cambiarias o al reparto de dividendos, lo hacen con una visión de corto plazo y será mucho más difícil que consigan atraer capitales».

La presencia inversora inglesa en América Latina arranca especialmente en Brasil, mientras que con México el intercambio en materia de «expertise» para obras de infraestructura lleva más de quince años. Ahora la «estrella» para los ingleses es Colombia, el mercado que ven más estable y con mayor potencial de crecimiento.

El incremento de la relación que Inglaterra procura con América Latina pasa por dos ejes: por un lado facilitar las inversiones de compañías de ese origen en distintos países de la región. Pero sobre todo captar empresas que quieran utilizar a Londres como eje para conseguir fondos frescos, es decir aprovechar los beneficios de esta verdadera capital financiera internacional para conseguir nuevos negocios y acceder a recursos de largo plazo, por ejemplo de fondos de pensión o de los grandes fondos soberanos de China y en general del Sudeste Asiático. Sobre todo ahora que Europa pasó a un segundo plano como destino para invertir por la recesión galopante que atraviesa buena parte de los países que integran el bloque.

* Enviado especial a Gran Bretaña