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Caso Cecilia Strzyzowski: encontraron manchas de sangre en la cama matrimonial de los Sena

Tras el crimen de su nuera, se la donaron a una embarazada. Analizarán con una muestra de ADN de Gloria Romero si pertenecen a la joven desaparecida.

En plena búsqueda de Cecilia Strzyzowski (28) en Resistencia, Chaco, sus suegros, los líderes piqueteros Emerenciano Sena (58) y Marcela Acuña (51), donaron sospechosamente varios muebles de la casa de la calle Santa María 1460.

Uno de ellos fue la cama matrimonial, que se la dieron a una embarazada que vive en el Barrio Emerenciano. Ahí los investigadores encontraron una pista que podría ser relevante para el caso: manchas de sangre.

Ahora buscarán determinar, mediante una muestra de ADN de su madre, Gloria Romero (53), si corresponden a la joven desaparecida desde el 2 de junio, cuando entró a esa casa con su esposo, César Sena (19).

Hoy él está detenido por el femicidio de Cecilia, junto a sus papás y cuatro estrechos colaboradores de los líderes piqueteros.

La fiscal Nelia Velázquez aseguró que primero intentarán corroborar si esa sangre "se trata de una genética femenina".

La declaración indagatoria de Fabiana Cecilia González (36) aportó datos de suma importancia para la investigación por el hecho y complicó todavía más al clan Sena.

Según pudo saber Clarín, aseguró que mientras el cuerpo de Cecilia estaba en la habitación matrimonial la familia seguía su vida normalmente.

"Vi un bulto envuelto en una manta marrón y salí corriendo", sostuvo González, esposa del chofer José Gustavo Obregón (42), otro de los imputados.

La mujer dijo que en ese momento entendió que lo que acababa de ver podía ser un cuerpo, aunque no aportó detalles de lo que luego hicieron con él, como hizo su marido, quien fue el que indicó dónde fueron descartadas dos bolsas con objetos y lo que serían restos óseos de Cecilia.

Al ser preguntada si conversó al respecto con Obregón, González respondió que casi no se hablaba con él, que estaban peleados y que después de ver el bulto discutieron.

La imputada dijo a los fiscales que teme "por su seguridad" y, tras la indagatoria, fue trasladada bajo un fuerte operativo del Servicio Penitenciario de Chaco hacia la alcaidía, donde continuará detenida, según Télam.

Por eso, la querella -a cargo de los abogados Fernando Burlando, Juan Arregin y Gustavo Briend- le reclamó seis medidas de prueba al Equipo Fiscal Especial (EFE) a cargo de Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez.

Una de ellas tiene que ver con el hallazgo de tres fragmentos de falanges en el Río Tragadero el pasado 20 de junio. Se trata de partes de dos dedos de un pie y de un dedo de una mano.

Estas partes fueron trituradas y quemadas. Este martes comenzaron a ser analizadas por los integrantes del Equipo de Antropología Forense del Poder Judicial de Córdoba.

La querella solicitó entonces la ampliación de la búsqueda de restos óseos y pertenencias de la víctima, en una zona de 200 metros en ambas direcciones de su lecho.

Además, reclamó, como anticipó Clarín este lunes, que de estos operativos participen perros especializados y que también colaboren los seis perros que pertenecieran a Cecilia y que se encuentran en poder de su madre.

Otro de los puntos es la posible intervención de la empresa argentina de telecomunicaciones estatales ARSAT, o de la oficina que corresponda, para obtener fotografías satelitales de los lugares y horarios determinados, correspondientes a los meses de marzo, abril, mayo y junio, a fin de establecer cambios o modificaciones en los sitios investigados.

Así podrían corroborar la existencia de humo por la quema de los restos de Cecilia, quien habría sido asesinada en la mañana del 2 de junio en la casa de sus suegros, Emerenciano Sena (58) y Marcela Acuña (51), tras llegar con su esposo, César Sena (19), e incinerada en el campo, donde criaban 246 chanchos.

En cuanto a esos restos óseos hallados, solicitaron la extracción de placas fotográficas de los bordes, es decir un estudio antropológico macroscópico, para determinar la forma en que fueron seccionados.

También la querella ofreció la colaboración de la madre de la víctima, Gloria Romero, con un extracción sanguínea con carácter de "urgente", para realizar pericias de ADN sobre las muestras óseas y de presunto tejido hemático que se secuestró en el marco de la investigación.

Otro de los aspectos a los que apuntan los abogados es a las comunicaciones telefónicas, ya sea de líneas fijas o de celulares, pertenecientes a los siete imputados.

Por eso, requirieron el detalle completo de llamadas entrantes y salientes, con geolocalización, ampliando el rango temporal a cuatro meses antes del inicio de la investigación, como también el entrecruzamiento de llamadas.

El objetivo de esta medida es establecer rutinas de comunicaciones, frecuencias y movimientos que resulten de interés a la investigación.

Según la querella, en reiteradas ocasiones se tomó conocimiento, durante la etapa de juicio, que con los informes y/o diligencias incorporadas en la etapa de investigación no se acompañan la totalidad de las fotografías obtenidas, tanto sea oficiales como personales.

De esta manera, reclamaron que se exija a todos los organismos que realizaron diligencias periciales o procesales, como allanamientos y secuestros, se remitan en forma urgente la totalidad de las fotos, a fin de ser incorporadas en forma legal a la investigación fiscal.

En caso contrario, advirtieron que si se retiene ese material podrían incurrir en incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Y sumaron el pedido de tomar declaración testimonial a toda aquella persona que aporte nuevas fotografías de interés.

Respecto de las imágenes, pidieron al Gabinete Científico Pericial, a través de la División Cibercrimen, usar tres software para mejorar la nitidez y aumentar la resolución.

"En otro tiempos, cuando no existía el ADN, medio Chaco estaría preso", advirtió Burlando sobre las pruebas en el expediente.

 

El caso

La sospecha de los investigadores es que Cecilia fue asesinada el 2 de junio en la casa de los Sena, ubicada en la calle Santa María de Oro 1460, y que sus restos fueron triturados y quemados en el campo.

Por el caso permanecen detenidos su esposo, César Sena; los padres del joven, Emerenciano Sena y Marcela Acuña. A los tres se los acusa como coautores.

Los otros imputados son el chofer y asistente del matrimonio, Gustavo Obregón; su esposa, Fabiana González; el casero del campo de los principales sospechosos, Gustavo Melgarejo, y su pareja Griselda Pereira.

La declaración de Obregón fue la clave para encontrar en el Río Tragadero los restos humanos y objetos pertenecientes a la víctima, entre ellos un dije y un anillo.

A esto se sumó su esposa este lunes, quien sostuvo que alrededor de las 17 del 2 de junio vio "un bulto envuelto en una manta marrón" en una habitación de los Sena y salió "corriendo".

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