Bruto pero millonario
El chico de esta foto fue castigado desde que cumplió siete años. ¿Su pecado? Era disléxico. Por eso fue analfabeto. Pero aún así ganó millones. Este es su secreto.
Jeff Pearce sufría de dislexia, no sabía leer ni escribir su propio nombre y la angustia que todo eso le provocaba no le ayudaba a salir a buscar empleo. ¿Quién se animaría a contratarlo? Por eso, a la edad de 17 años, puso su propio negocio de ropa de segunda mano en Liverpool, Inglaterra. Y le fue bien. Tanto que pronto le dio trabajo a 40 personas.
Jeff comenzó a trabajar apurado por los infortunios, no por el deseo del éxito social: tenía cinco hermanos, una madre ama de casa y un padre alcohólico. Él, por su enfermedad, tampoco podía acudir a una escuela regular. "Palabras simples como 'gato' yo no las podía aprender.
Las leía y después de diez minutos las deletreaba al revés. La profesora creía que era necio y quería hacerme el chistoso, todo porque los chicos se reían. Me ponían un gorro y me dejaban mirando hacia la pared", cuenta Pearce.
Su dislexia hizo estragos en su vida y esto fue para él un vergonzoso secreto. Para ocultar su analfabetismo necesitó de su esposa, Gina, quien completaba formularios por él para evitar que contadores, abogados y colegas notaran el "detalle".
El asunto le causó infinitas frustraciones. Gina le podía leer el menú en los restaurantes, pero él no podía leer un cuento a sus hijas. El engaño se desveló cuando una de ellas le pidió que le leyera un cuento y no pudo. Trató de improvisar, pero la niña lo desenmascaró. Jeff se retiró y lloró. "Habría dado todas mis riquezas para leerles un cuento a mis niñas", dice hoy.
Pearce vivía en una casa de campo con caballos y ganado e ingresaba más de lo que podía llegar a gastar. Si bien ganaba el dinero honradamente, se sentía un estafador. En 1992 la recesión económica golpeó su negocio y perdió todo. "Pensé que ese era mi castigo", sollozó con desesperación. En ese momento Jeff conoció Gina. Ella se convirtió en su cómplice de todo y fue quien en definitiva lo ayudó a recuperar su imperio comercial.
Con el tiempo, el millonario analfabeto pudo aprender a leer y escribir. Así pudo contar la historia de su vida, un libro al que tituló "A Pocketful of Holes and Dreams" ("Un bolsillo lleno de agujeros y sueños").
Ya retirado, Pearce sigue sumando. Ahora enseña a cómo hacerse rico, a cómo recuperar la fortuna cuando tuviste todo y quedaste en cero, y cómo imaginar los cuentos que no podés leer.
Es decir, Jeff sigue facturando, pero ya no escribe sino que da conferencias. Tal vez, podría haber seguido siendo un hombre rico sin haber aprendido jamás a leer y escribir. Eso lo hace un caso único. ¿O también es tu caso? No: leés y podés dejar un comentario. En suma, tenés más recursos que Jeff Pearce para ganar tu dinero.
¿Qué estás esperando?