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¿Biden y Harris, son de izquierda?

“Nicolas Maduro es un dictador represivo y corrupto responsable de una insondable crisis humanitaria” declaración de Kamala Harris en el Council of Foreign Relations.

La fórmula demócrata para competir en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre en los EEUU, crece en todas las encuestas en los Estados pendulares y en consecuencia la posibilidad que la Casa Blanca tenga un nuevo inquilino, aumenta en igual proporción.

A partir de eso, se escucha en la clase dirigente argentina, oficialismo y oposición, algunas opiniones que ubican a una eventual nueva administración norteamericana en una posición de “progresista”.

Esto es así, dentro de los EEUU, donde las propuestas económicas y sociales apuntan a mejorar la situación de los sectores de menos recursos, luchar contra la discriminación, contra la violencia policial y contra el abuso de sectores dominantes.

Conviene no confundir. Desde la óptica de la relación de esta superpotencia con el resto del mundo las cosas son distintas.

Las conductas más probables si ganara Biden, serían las siguientes.

Continuar la guerra fría con la República Popular China, con menos declaraciones altisonantes y la búsqueda de acuerdos comerciales puntuales con un reparto de zonas de influencia sobre temas claves como el 5G.

La relación con Rusia, más lejana aún, con posibilidades de tensión en Oriente Medio.

 Seguir siendo un firme aliado de Israel y tratar de que el acuerdo de este país con Emiratos Árabes Unidos se amplíe a otros países árabes sunnitas para contrarrestar la amenaza de Irán y aislar a Palestina.

Volver a mejorar las relaciones con los países históricamente amigos, especialmente la India, los miembros de la Unión Europea, Gran Bretaña, Canadá, México y Brasil.

Tratar a Nicolas Maduro y su régimen, como a un enemigo, pero sin propiciar una salida militar. Desconocerá la legitimidad de las elecciones parlamentarias previstas para diciembre en ese país.

Seguir utilizando la influencia del voto de su país en el FMI, donde podría desbloquear los Derechos Especiales de Giro (DEG) para ayudar a los afectados por la Pandemia.

En este tema, sostendrá que esa ayuda en el caso venezolano será a través de Juan Guaidó.

Buscar influir más cercanamente en las decisiones del BID y Banco Mundial.  

Es de esperar el retorno al Tratado de París sobre cambio climático o al acuerdo comercial Asia Pacifico dentro de una política exterior menos espasmódica pero que, siempre pondrá los intereses norteamericanos por encima de cualquier otra consideración.

Los gobernantes argentinos también deben defender los intereses de nuestra Patria y desde políticas de Estado acordadas entre la Nación y las Provincias para enfrentar el mundo en crisis que nos espera.

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