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Babasónicos: culpables

Por Germán Arrascaeta* Adrián Dárgelos revisa "A propósito", el nuevo disco de Babasónicos. Confiesa haber abandonado viejos vicios literarios y confirma que mantiene su alianza con el caos.

Adrián Dárgelos habla desde México y se queja por la suspensión de la visita promocional a Córdoba prevista para este lunes. "Consideraron que no tenía sentido hacerla un día después de las elecciones. Hay una sobrevaloración de los actos eleccionarios, ¿no?", dice el cantante de Babasónicos, fastidiado por la oportunidad perdida, no por el ritual democrático.

Defensor a ultranza de las obras de su grupo, Dárgelos cree en las entrevistas, las considera un intercambio simbólico necesario para que un disco "cierre". Y ahora el eje está puesto en A propósito, que llega 10 años después del bisagra Jessico y con otra sugerencia inquietante: "dejate influenciar por el caos". "Es un consejo para los que temen que los demás se diviertan –afirma–. Cuanto más reaccionaria es la sociedad, más miedo le dan las manifestaciones, el aglutinamiento de gente, la fiesta popular. El otro día vi en la tele algo tremendo. 20 uruguayos festejaban en Miami la obtención de la Copa América y 50 policías salieron a reprimirlos. Eran familias. Imaginate una protesta".

Dárgelos sostiene que la Argentina no se queda atrás en materia de gestos reaccionarios: "Siempre hay muertes en la grandes manifestaciones populares. Por algo murió gente cuando se fue De la Rúa, o Kosteki y Santillán. A esto no sólo lo motorizan gobiernos; la gente que maneja los capitales y cierta ideología tienen su cuota de responsabilidad".

Hay un nivel no social del caos que también lo afecta. Es la dimensión estética. "Vivo influenciado por el caos. La concepción de las canciones es caótica en sí misma. Escribo en cuadernos, no como un escritor que hace un libro de 700 páginas. La escritura de la canción es condensada. Escribís mucho pero necesitás poco. Lo que me pasa es que las ideas me llegan desordenadamente. No digo: ‘Uy, este es un estribillo’ o ‘Uy, esto es una estrofa’. Me llegan retazos de letras con retazos de melodías. Me encuentro con un montón de ideas desordenadas, difíciles de rescatar", revela.

"Debería poder escribir en una especie de esfera. En un cuaderno es caótico. Mi tarea es ponerle orden al caudal de fantasía... Y esa es una búsqueda más allá de la inspiración", completa.

En la canción En privado, Dárgerlos linkea con Spinetta cuando emplea la palabra barlovento. "El Flaco" la usó en Pleamar de águilas, en tiempos del trío Invisible. La utilización también es legítima en términos literarios. El líder de Babasónicos, admirador de Fogwill, ha tomado del autor de Muchacha punk esa tendencia a anexar universos aparentemente incompatibles que en sus textos, por resonancia poética, terminan pareciendo naturales. "Tampoco creía ser el único que había usado ‘barlovento’... Pero te cuento que me surgió espontáneamente. De chiquito navegué. Sé que el lado de la vela en la que empuja el viento es barlovento y el otro, sotavento. Me baja la palabra porque... ¿estuviste alguna vez en Necochea o Quequén? Quequén es un lugar con un viento enorme... Esa era mi visión".

"Así como tiene metáforas náuticas, el disco tiene otras bursátiles –observa a continuación–. La idea es aunar universos distintos para cada disco, reinventarse. Me desplazo mucho de la primera persona. Voy y vengo de diferentes formas narrativas. De la primera persona paso a la tercera en una misma canción. Y me deshice de algo".

–¿De qué te deshiciste?

–Por lo menos hasta aquí, nadie me dijo que en este disco hay ironía y sarcasmo. Me gusta que esas cosas se hayan perdido a cambio de cierto cretinismo y cinismo. En el disco hay un heroísmo urbano que reacciona ante el foco que pone la realidad en la estupidez. La construcción simbólica es: como los interlocutores se quedan sin nadie que los escuche, terminan hablando con faunos, zorros o lobos. El disco está atravesado por la fantasía, la locura y la mutación. Nunca sé de qué voy a hablar. Incluso ahora, tampoco me interesa saber de qué tratan las canciones. Quiero que las canciones mantengan una especie de ausencia. Hay una parte de la historia y otra está ausente para que, en complicidad, la complete con su imaginación quien escucha.

–Aquí vuelven a las canciones con partes yuxtapuestas. Es evidente que ustedes zapan en la previa.

–Claro que sí. Cuando se termina el ciclo de un disco, tenemos que enfrentarnos a lo más tedioso, que es mirarnos a la cara y ver qué hacemos (y cómo lo hacemos) después de 20 años de trabajar juntos. Porque es tedioso mirarnos y que no se nos ocurra nada. Unas semanas antes nos juntamos con Mariano (Roger) para hacer protocanciones. De las más cerradas, sólo llegó Deshoras. Al principio salen canciones con estructuras que no nos sorprenden tanto, o que se parecen a otras que ya hicimos. Cuando pasás el día 7 u 8, empezamos a ganarle al tedio, nos soltamos y arriesgamos más. En privado, por ejemplo. Estábamos buscando una tercera parte para otro tema que se llama La bata puesta, pero a Diego (Uma) se le ocurre un piano, llegamos a En Privado y abandonamos La bata puesta. ¿Entendés? Flora y fauno sale de una zapada. Lo grabamos en vivo. Si hay un error está ahí. Hay un problema con la producción de la música actual.

–¿Cuál?

–Las computadoras cuantizan (sic) y tienden a perfeccionar los golpes. Eso es lo que te permite el (programa de edición) Pro tools. Nos parece música de mierda cuando está manipulada así. El swing es una especie de error en el tiempo, una caída no exacta en el tiempo. Si dominamos el swing, logramos que todo suene como las bandas californianas de productores. Tienen 10 mil tatuajes y creen que hacen rock.

–¿Y Babasónicos es rock?

–Ya no me importa. Esa discusión pasa sólo en Argentina. Acá (México) jamás nadie me preguntó qué tan rock somos. Y hago 17 entrevistas por día.

–Como sea, siempre se espera que Babasónicos sea genial. ¿Asimilás esa presión?

–La asimilé, no me quejo por tenerla. Porque sé que es así. Es como si le diésemos combustible crítico a ciertos sectores. Debe ser culpa nuestra. Tenemos esa autoexigencia de reinventarnos. Es la única forma de ser coyuntural, tener un mínimo de riesgo. ¡Hacemos esto a propósito, no somos inocentes! ¿Qué quieren? ¿Qué haga otra cosa? Me importa un carajo si les gusta o no. Tengo 20 discos, elegí el que te gusta. Voy a seguir haciendo discos. Hay una constancia en la frecuencia en la que opinamos. Porque hacer discos es entregar un punto de vista sobre lo que pasa. Y Babasónicos debe ser una de las bandas que más grabó.

–¿Quién de ustedes quiere estar a la vanguardia en materia de edición? Lo pregunto por eso de adelantar ediciones por teléfono y conseguir la certificación notebook de oro.

–Son opciones en un momento en el que el disco pierde formato físico, pierde orden y diseño. En contenido de computadoras los discos son carpetas. Hay cada vez menos circulante. Firmás contrato por el uso total de la obra, por otra parte. Tenemos la suerte de que las generaciones avanzan con nosotros. Los chicos de 12 años no saben que hay disquerías, creen que la música es un brote que germina en la PC. Y en la Argentina no hay lanzamientos fuertes de rock nacional. Así, los suplementos de espectáculos plantean el boludeo de pelea televisiva mientras el resto se enfoca en el año electoral. Al salir en otros formatos, logramos mayor difusión para nuestra música.

¿Contradictorios?

Semanas atrás, Babasónicos cerró el festival Ciudad emergente, que organiza la secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En la ocasión, tocaron completo Jessico, que entre sus temas tiene a Soy rock y su "soy muy puta y no trabajo para vos". La situación, en algunos sectores, se interpretó contradictoria. Le consultamos a Dárgelos si considera "haber tocado para Macri". "El gobierno de Macri me parece deplorable y no toco en shows políticos. Íbamos a tocar en Tecnópolis, ponele. No se dio porque nuestra agenda no lo permitió", contestó el cantante.

Luego especificó: "Nos convocaron para un show sorpresa y eso hicimos. No apoyamos ningún tipo de gobierno ni nada. La secretaría de Cultura es la misma que estaba con Telerman. Es una idea muy parcial. No explotamos comercialmente un show, lo regalamos. Se cumplían 10 años de la edición de un disco considerado el mejor de la década; bueno, lo toco y encima, gratis. No sé si hay una actitud más punk; no sentí que toqué para nadie. No me saqué ninguna foto con nadie".

Debilidad Orfeo

Adrián Dárgelos siempre reivindicó las ventajas del Orfeo Superdomo para armar un espectáculo de nivel. Y eso es lo que promete para el 3 de septiembre: "Montaremos una superestructura y ofreceremos un show espectacular, con iluminación y vestuario pensado para ese día. Habrá reversiones, mash up, todo lo que te imagines y más".

En cuanto a la banda, el cantante reveló que Babasónicos sumó un músico invitado más, ya que quieren liberar a Carca (hasta aquí bajista invitado) para que toque cosas sutiles con todos los instrumentos. "Convocamos a Tuta Torres (Los Látigos) como bajista".

En vivo

Babasónicos tocará el 3 de septiembre en Orfeo (Cardeñosa 3450). $ 80, $ 100 y $ 150.