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Asaltan a un ex juez en su casa

Un ex juez fue asaltado en su casa, ubicada en pleno centro de la ciudad mendocina de San Martín, por dos delincuentes armados, quienes tras golpearlo le robaron dinero, joyas y otros objetos de valor.

Apenas 9 días atrás, el mismo magistrado había sufrido otro robo, pero en este caso en su bodega, de donde los delincuentes se llevaron un cuantioso botín de alrededor de 350.000 pesos.

El nuevo asalto se produjo ayer por la tarde, a las 17:15, cuando dos sujetos armados ingresaron a la vivienda del ex juez laboral Héctor Garabaglia, de 70 años, ubicada en la calle 9 de Julio al 300, de la ciudad cabecera del departamento San Martín, según lo señalado por el diario Uno de esta ciudad.

Enseguida, los dos sujetos redujeron al ex juez a su esposa Ana María Viñolo, de 68 años, y a una empleada doméstica que en ese momento se encontraba en la vivienda.

Los delincuentes, según lo señalado, golpearon a Garabaglia para que les entregara el dinero en efectivo que pudiera haber en la vivienda.

De esa manera, se apoderaron de 5.000 pesos, algunas joyas y teléfonos celulares, para luego abandonar la casa por la puerta delantera.

Un vecino observó salir a los desconocidos que despertaron sus sospechas y por eso llamó a la puerta de la casa de Garabaglia.

Como el ex magistrado no respondía, llamó a la policía para dar el alerta.

Como antecedente, en la madrugada del pasado miércoles 9 de este mes, la misma familia había sufrido el saqueo de su bodega, ubicada en El Ñango, en Carril Costacanal Montecaseros y Calle 4, del departamento de San Martín.

El atraco se produjo entre la noche y la madrugada del día siguiente, luego de que el hijo del ex juez, Sebastián Garabaglia, dejara la bodega y activara el sistema de alarmas.

A las 8:30 del día siguiente, cuando el encargado llegó al lugar, se encontró con que el cerco perimetral había sido cortado en tres lugares diferentes, el portón de ingreso al edificio había sido forzado con una barreta y adentro las maquinarias habían sido arrancadas de cuajo y cargadas a un camión que dejó sus huellas marcadas en el terreno.

El botín de ese momento superó los 350.000 pesos en materiales pero además le produjo una pérdida mucho mayor a la familia ya que quedó privada de continuar la vendimia.

En tanto, se informó que hasta el momento no había detenidos por ninguno de los dos hechos.