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Alperovich y los huérfanos del poder

Por Fernando Stanich* El que pensaba que el tercer mandato alperovichista sería más de lo mismo se equivocó. En realidad, el hasta hoy último período de José Alperovich será una profundización del ejercicio unipersonal de poder. Al menos, por las señales que envía el mandatario.

Los primeros indicios son los cambios en el gabinete. Alperovich está decidido a rodearse de los puros y a despolitizar el Ejecutivo, para diluir cualquier traición. Se apura a tomar decisiones y a cubrir vacantes con el fin de bloquear el acercamiento de la decena de heridos que dejaron los comicios, en quienes nunca confió. A la Secretaría General de la Gobernación, reservada para Jorge Gassenbauer, se le sumó el arribo del joven David Mizrahi, un ex secretario privado suyo, al Instituto de Acción Cooperativa y Mutual, el órgano por el que pasa el plan social más politizado que se conozca: Argentina Trabaja. Al Ente de Infraestructura -botín político apropiado por el sector del "Tano" Alfaro, según la queja oficial- podría desembarcar el ex radical Gustavo Usandivaras. Y para la Secretaría de Gobierno suena con insistencia un nombre, con el que se topó ayer el ministro de Gobierno, Edmundo Jiménez, apenas regresó del descanso: Matías Sanjuán, hijo del presidente de la Cámara Federal de Apelaciones. También se anotan para este despacho el alderetense Aldo Salomón y el letrado Carlos Cattáneo.

Alperovich siente que los casi 600.000 votos son de él y nada más que de él, y así se lo hace sentir a los huérfanos del poder que deambulan por Casa de Gobierno pidiendo una frazada. Por eso se dio el lujo de soltar la lista de convencionales con la que sueña para reformar la Constitución: Juan Manzur, por el Oeste; Beatriz Rojkés, por el Este; y el mismísimo Domingo Amaya, por la Capital. ¿Amaya aceptará? El intendente es consciente de que no es momento de adelantar peleas, lo que no es lo mismo que resignar la lucha para 2015. Incluso, es probable que el amayismo no dé ahora la batalla por la presidencia del Concejo. En el alperovichismo destacan que el propio Amaya se ofreció para encabezar la patriada reformista. "No sé si la voy a usar, pero si no la saco esto va a ser un quilombo Colora'o". "Sacala José; si querés, para que dejen de hablar yo encabezo la lista", es el diálogo que, pretenden, mantuvieron Alperovich y Amaya.

Pero aunque suene con insistencia, la reforma no será inmediata porque los plazos no cierran. El diputado Alfredo Dato y el legislador Sisto Terán ya analizan la redacción de la convocatoria, pero nunca podrá reeditarse la solitaria batalla de febrero de 2006. Apenas la Cámara sancione la ley de necesidad de la reforma, quizá en noviembre, se requerirán de 60 días para dar a conocer los puntos sobre de la convocatoria. Luego, de otros 90 o 120 días de proceso electoral hasta llegar a los comicios para elegir convencionales.

El tironeo de las togas

Donde también comenzaron los movimientos es en los Tribunales. En el primer piso de ese edificio la política desplazará a la discusión judicial por los próximos 20 días: hasta la medianoche del miércoles 12 de octubre, ese poder debe renovar su conducción.

Antonio Estofán está dispuesto a sostener el poder, pese a las aspiraciones de Antonio Gandur y de Claudia Sbdar. A priori, el ex fiscal de Estado alperovichista parte con el respaldo de René Mario Goane, a quien socorrió hace meses cuando el vocal decano debió escabullirse de los embates feministas. Aunque Gandur también aspira, la mayor insistencia es de Sbdar. De ahí que el voto de otro ex alperovichista, Daniel Posse, cobre relevancia. El hombre que militó en el bettismo deberá zurcir con firmeza los hilos de su toga para superar sin magulladuras los tironeos que se avecinan.