Alertan por la caída histórica en la vacunación infantil: cuáles son las causas y los riesgos para la salud
La Sociedad Argentina de Pediatría advirtió que ninguna vacuna del Calendario logró en 2024 la cobertura recomendada del 95%. Especialistas señalan que la desconfianza, las barreras de acceso y la falta de recomendación médica están impulsando un descenso que favorece la reemergencia de enfermedades ya controladas.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió esta semana un comunicado en el que alertó sobre la caída histórica en las tasas de vacunación infantil y adolescente en la Argentina. La entidad remarcó que las bajas coberturas de inmunizaciones esenciales ponen en riesgo la protección comunitaria y abren la puerta al regreso de enfermedades eliminadas como la hepatitis A, la tos convulsa, el sarampión y la poliomielitis.
La doctora Alejandra Gaiano, infectóloga pediatra y prosecretaria del Comité de Infectología de la SAP, explicó en diálogo con Infobae que el descenso se debe a múltiples factores. “La desconfianza, la falta de accesibilidad y que algunos médicos ya no recomiendan vacunar agravan una situación crítica”, señaló. Además, destacó que revertir esta tendencia requiere una política activa del Estado basada en prevención y comunicación clara.
El panorama es especialmente preocupante si se considera que en 2024 ninguna de las vacunas del calendario oficial alcanzó la cobertura ideal del 95%. Para Gaiano, esto constituye una señal de alarma: “Cada dosis aplicada representa años de investigación y logros colectivos. Defender la vacunación es defender los mayores avances de la salud pública”.
Entre los factores que explican esta caída, la infectóloga mencionó la influencia creciente de discursos antivacunas que, según advirtió, incluso llegaron al ámbito legislativo. La pandemia de COVID-19, afirmó, generó un punto de inflexión que normalizó la desconfianza y amplificó mensajes erróneos. “Antes eran grupos marginales; hoy ese discurso se expandió y llega al debate público”, indicó.
Otro aspecto clave es la disminución de la recomendación médica. Según la SAP, muchos profesionales dejaron de sugerir la vacunación de manera rutinaria, especialmente en enfermedades cuya circulación disminuyó. “Ese relajamiento es peligroso. Cuando bajan las coberturas, las patologías reemergen”, sostuvo Gaiano.
El impacto también es desigual según el nivel socioeconómico. En los sectores más vulnerables, la baja vacunación está asociada a problemas de acceso: falta de recursos para trasladarse, horarios laborales que dificultan asistir a los vacunatorios y campañas insuficientes. “La mitad de los niños del país vive bajo la línea de pobreza. Esos chicos tienen menos chances de completar el calendario”, lamentó.
En los hogares de mayores ingresos, en cambio, predomina la reticencia vinculada a la desinformación y a mensajes antivacunas. Esa combinación explica, según la especialista, que la caída de coberturas sea transversal a todos los grupos.
Gaiano también señaló fallas en el control escolar: “Antes había un monitoreo más estricto. Ahora el proceso está burocratizado y muchas veces se pierde la posibilidad de intervenir a tiempo”.
Pese a este escenario, la infectóloga valoró avances en el sistema de registro, que pasó de planillas manuales al sistema nominalizado, lo que permite identificar zonas con baja cobertura y diseñar estrategias locales. Sin embargo, insistió en que la comunicación debe ser sostenida y segmentada: “No alcanza con campañas nacionales. Hay que ir a los barrios, hablar con las familias y entender los motivos particulares”.
La especialista también expresó su preocupación por la vacunación en embarazadas, especialmente la baja aplicación de la triple bacteriana celular, fundamental para proteger a los recién nacidos contra la tos convulsa. “Si el equipo de salud no la recomienda, esa oportunidad se pierde”, remarcó.
Por último, Gaiano enfatizó el carácter solidario de la vacunación: “Cuanto más alta es la cobertura, más protegidos están quienes no pueden vacunarse”. Y destacó que la responsabilidad es compartida entre familias, escuelas, médicos y autoridades sanitarias.
En un mensaje final, instó a revisar los carnets durante el fin de semana largo y recordó que quienes hayan perdido la documentación o no tengan DNI igualmente pueden acercarse a los vacunatorios. “Es una emergencia silenciosa. Si no actuamos ahora, la situación seguirá empeorando. Hablen de vacunas en sus casas, en la escuela, en los clubes. La vacunación salva vidas”, concluyó.
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