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¿Adiós a los álbumes? Discos revisitados

* Por Sebastián Ramos. En tiempo digitales y online, las bandas vuelven a sus obras cumbres para presentarlas en vivo.

La cartelera londinense de conciertos de una semana cualquiera confirma la última tendencia rockera: volver a tocar en vivo discos clásicos de otra época. Un miércoles, Roger Waters cierra su ciclo de shows representando The Wall (1979), de principio a fin, con el muro que se desmorona en el final más previsible de la historia de los conciertos de rock; el viernes, sábado y domingo de la misma semana, una banda como Suede promete interpretar un álbum diferente cada noche: Suede (1993), Dog Man Star (1994) y Coming Up (1996); el sábado, en el Roundhouse de Camden, Mercury Rev ofrece volver a escuchar su consagratorio Deserter's Songs (1997), en el marco de un ciclo bautizado con típico humor británico Don't Look Back (No mires atrás), por el que ya pasaron The Stooges haciendo Fun House, Sonic Youth tocando completo Daydream Nation y Spiritualized con su Ladies & Gentleman We Are Floating in Space.

Mientras tanto, las revistas especializadas aún recuerdan los shows que hizo Primal Scream a fin de año repasando su álbum más clásico, Screamdelica (1991); anticipan el regreso de The Cure a los escenarios tocando sus tres primeros discos tal cual fueron grabados (Three Imaginary Boys, de 1979; Seventeen Seconds, de 1980, y Faith, de 1981) y anuncian a Flaming Lips reinterpretando The Soft Bulletin (1999) y al mismísimo Donovan desgranando su álbum Sunshine Superman (1966) en el Royal Albert Hall.

¿Será que asistimos aquí y ahora a una suerte de sentida despedida de los álbumes concebidos como tales, en la que los músicos recuerdan con nostalgia aquellos buenos tiempos cuando los discos tenían un principio y un final? Así parece. De hecho, aquí nomás está la última década, en la que primaron las ediciones digitales, en tarjetitas o calaveras masticables, con temas desperdigados en teléfonos celulares, bonus tracks disponibles online y un código con acceso a "más contenidos" en la Red. Si hasta una artista como Björk -encumbrada en el siglo XX-, por estos días presenta su última obra, Biophilia, que es parte show en vivo, parte álbum y parte aplicaciones para iPad.

"Los álbumes están muertos. El formato está muerto. iTunes los destruyó. La idea de un álbum completo, establecida entre los años 70 y los 90, hace rato que está muerta. Nadie compra discos, es un formato arcaico como lo es un 78 rpm o lo es escribir una partitura para una orquesta", exageró recientemente Ian Astbury, el cantante de The Cult que en 2010 no se privó de tocar completo su álbum Love (1985).

Aquí, en Londres, la escasez de disquerías le da la razón: hay abiertos apenas tres locales de HMV en toda la ciudad y ni rastros de las megatiendas de Virgin o de Tower Records, que a fines de la década del 90 dominaban el mercado. Tampoco Berwick Street es lo que era -de la docena de cuevas para melómanos que había sólo quedan dos- y Camden Town pasó de ser el barrio esencial para hurgar cajas y cajas de vinilos y CD a una exclusiva gran feria de ropa y objetos para turistas con espíritu consumista.

Los tiempos están cambiando y nadie imagina a Lady Gaga, en 2031, montándose en una gira mundial para reinterpretar en vivo, de principio a fin, el flamante Born This Way, en su vigésimo aniversario. Ninguno de sus fans se lo reclamaría. De hecho, hasta se podría decir que el álbum ni fue pensado para que sus seguidores lo escuchen en el orden de un track list en vías de extinción en la era del download por tema.

En esta ciudad, donde en los años 60 el rock y el pop hicieron plop, con los Beatles a la cabeza, los álbumes, como tales, parecen reliquias del siglo XX destinadas a museos discográficos.
O a muestras callejeras, como la maravillosa pared de ReCollection en Portobello Road (que ilustra esta tapa), donde músicos, DJ, historiadores, directivos de sellos y aquellos melómanos con credenciales que compran, venden e intercambian discos en esta paqueta área de Notting Hill, seleccionaron los mejores álbumes de los últimos cien años. Un mural de 100 metros de largo por 2 metros de alto, que muestra los lomos de esos discos en su versión vinílica. "Hay un muro en Notting Hill, cerca del mercado de Portobello, al que me quedaría mirando por horas, mucho más de lo que tardaría en recorrer el Madame Tussaud's. Es totalmente gratis y lleno de historia", dijo Joe Strummer sobre ReCollection y con su habitual lucidez para la síntesis, definió la obra como ningún crítico de arte lo hizo y, al mismo tiempo, ubicó aquella época de la cultura rock, la de los álbumes, en su actual lugar: los museos.

ANTECEDENTESTRES PARA RECODAR

The Cure

La banda de Robert Smith acaba de presentar, dentro de las actividades del festival australiano Vivid Life, tres de sus álbumes, Three Imaginay Boys, de 1979; Seventeen Seconds, de 1980 y Faith, de 1981.

EL GRAN MURO

Roger Waters

Hace unos años volvió sobre The Dark Side of the Moon, ahora es el turno de la fábula de The Wall; durante una de las funciones que acaba de realizar en Londres, Waters recibió la visita de sus dos ex compañeros: David Gilmour y Nick Mason.

VEINTICINCO AÑOS

The Cult

El año pasado, la banda festejó los 25 años de su álbum Love tocándolo en vivo y, de paso, celebró el regreso de Ian Astbury al micrófono tras la gira que realizó con los sobrevivientes de The Doors, poniéndose en la piel de Jim Morrison.