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"Acá nos juramos amor y nos comprometimos"

El actor, Sebastián Estevanez y la modelo, Ivana Saccani, juntos en la Isla de Caras, hablaron de todo.

Cada noche entra en la casa de millones de argentinos por la pantalla de Telefe: Sebastián Estevanez (41) es el protagonista de la novela más exitosa del momento, "Dulce Amor", la tira producida por su papá, Quique Estevanez, que ha logrado conquistar la atención de un público heterogéneo llegando a medir los puntos de rating más altos de la televisión de este año. En su mejor momento profesional y personal, Sebastián disfruta de unos días de descanso en la paradisíaca Isla de CARAS, acompañado por su mujer, Ivana Saccani (27), y de sus hijos, Francesca (4) y Benicio (2). En ese lugar se produjo una charla íntima con él y su mujer, entrevista que nos hizo descubrir que este actor exitoso sigue manteniendo los pies sobre la tierra y no ha perdido la calidez del chico de la puerta de al lado. "Estoy transitando el momento más importante y feliz de mi vida.

Siento que estoy pleno y maduro: soy consciente del éxito de ‘Dulce Amor’, pero gracias Dios, sigo siendo el mismo de siempre, trato de que el éxito no me maree y de disfrutarlo. El cable a tierra es mi familia, que me contiene y apoya: la grabación de una tira es muy cansadora, son muchas horas. El volver a mi casa después de un día de trabajo, y estar con mis hijos y mi mujer me recarga de energía para seguir adelante", confiesa.

—¿Sacrificaría los afectos por el éxito profesional? —No, en absoluto. Tuve la oportunidad de irme a trabajar a México hace un par de años y la verdad es que resigné esa labor, tal vez la más importante de mi carrera hasta aquel momento, y lo hice por mi familia. Y no me arrepiento.

—¿Qué hay de Sebastián en el personaje de Marcos? —En general, uno aporta siempre algo propio a todos los personajes que interpreta. Marcos tiene varias cosas mías, como tener valores, ser coherente con sus códigos, sus principios y el esforzarse para tratar de ser buena persona. Tal vez se asemeje más a un Sebastián de hace unos años, cuando era más joven, cuando no tenía las responsabilidades de una familia. Marcos es más impulsivo, más inmaduro, no tiene filtros, pero es un personaje muy positivo, tierno y espontáneo.

Sin duda, es uno de los personajes más lindos de mi carrera.

—Es gracias a Marcos que Sebastián se ha consagrado como el galán número uno del momento.

—No soy consciente de ser un galán, cosa que por otro lado no me molesta. La figura del galán hoy en día es una versión actualizada de la tradicional, se podría casi hablar de un anti-galán. Marcos lo es, con sus rasgos auténticos, con sus debilidades y fragilidades que no trata de ocultar. Creo que el galán de hoy es más humano, menos artificial y menos estructurado".

—¿Cómo es trabajar con una hermana, un hermano y un padre exitoso como el suyo? —Sin duda es un placer, sobre todo porque es una oportunidad de vernos más seguido que si traajáramos en otras productoras.

Pero en el territorio del trabajo somos todos primero profesionales, ninguno se mete en el espacio del otro y nos respetamos mutuamente.

No tenemos tiempo de hablar de cosas personales, el horario de trabajo es sagrado. Dejamos lo personal para la noche o para los fines de semanas cuando nos encontramos para comer. Es inevitable que en esos momentos de "familia" a veces surja el tema laburo entre nosotros, es muy difícil cortar, somos muy apasionados con lo que hacemos, le ponemos amor, energía, y convicción. Siendo sincero, en el fondo disfrutamos la charla profesional entre nosotros : con mis hermanos nos criamos en este mundo, nos nutrimos de ficción, producción televisiva, de la pantalla chica.

Mientras Sebastián habla, Ivana, su espléndida mujer, lo mira y sigue atentamente sus palabras. Se conocieron hace 10 años, y por esas cosas de la vida, es en esta Isla que Sebastián e Ivana se comprometieron.

"La Isla de CARAS es muy importante para nosotros: fue testigo de nuestro pacto de amor. Hace 7 años estaba grabando una novela y era prácticamente imposible encontrar un fin de semana libre para poder irnos a algún lado romántico donde pudiera regalarle el anillo y proponerle casamiento. Quería algo mágico, un lugar especial, que tuviese una escenografía única, y no el mismo restaurant de siempre. Fue justo en aquel momento que la revista CARAS nos invitó para hacer una nota en la Isla, y así fue como nos comprometimos acá".

—¿Cómo fue volver ya como familia, con dos hijos? ¿Imaginaban en ese momento que después de 7 años su vida iba a ser la de hoy? IVANA SACCANI: —La verdad que no lo imaginábamos, estaba la esperanza de que fuera así pero en la vida nunca sabés. El volver a la Isla ha sido muy fuerte, una sensación especial, revivir el sentimiento de aquellos días, el recuerdo de esos momentos. Nos ha emocionado mucho.

SEBASTIAN ESTEVANEZ: —Volver con los chicos a la misma playita donde le pregunté a su mamá si quería casarse conmigo, transitar por esos lugares que nos vieron aun solteros, con un proyecto en común pero con el temor de la incertidumbre de lo que nos iba a reservar la vida, son emociones muy fuertes. Miramos a nuestra familia y sentimos sólo agradecimiento hacia la vida.

—¿Qué tipo de matrimonio han construido a lo largo de estos años? I.S.: —Desde el día que nos conocimos supimos que teníamos en común las ganas de formar una familia, ha sido siempre nuestra prioridad, los chicos están en el primer lugar.

Los dos venimos de dos familias muy unidas, que nos han criado con los mismos principios y valores, Seba y yo tenemos la misma base, y tener el mismo objetivo nos une cada día más, somos muy compañeros, muy unidos y nuestra relación está basada sobre la confianza mutua y sobre el apoyo incondicional.

—Los dos son muy lindos y sus trabajos los llevan constantemente a la exposición. ¿Como manejan el tema de los celos? I.S.: —Al principio cuando nuestra relación estaba empezando, obviamente había ciertos celos.

Me llevó un tiempo aceptar su carrera, para alguien que no es del ambiente a veces resulta difícil creer que no pase nada entre los actores. Después el tiempo y el conocerlo me han dado la confianza y la seguridad necesarias para poder apoyarlo y contenerlo en su trabajo, así como él hace conmigo.

El poder frecuentar la productora de mi suegro también me ha ayudado a entender cómo funciona el sistema.

S.E.: —Soy consciente de que mi mujer es muy bella, atractiva y es modelo: en el fondo, estoy orgulloso de estar al lado suyo. Los celos son de la primera etapa del amor, de cuando aún no conocés a la persona de la cual estás enamorado y tenés que lidiar con todos los temores que conlleva ese estado.

Hoy me siento tan unido a ella que no hay espacio para los celos.

Es la madre que soñé para mis hijos, y nos elegimos mutuamente y lo seguimos haciendo cada día.

—¿Cómo logran mantener su espacio de pareja con dos chicos pequeños? S.E.: —Nuestro mayor disfrute es estar y compartir todo con ellos.

No nos cuesta renunciar a una cena de a dos para estar en casa los cuatro. Al contrario, ¡es nuestro mayor placer! I.S.:— Igual de vez en cuando nos tomamos un recreo de los chicos, y salimos a comer ¡no más lejos del restaurant de la vuelta de la esquina!.

Aún nos cuesta despegarnos de ellos. Lo que sí hacemos es salir a comer con amigos, que por suerte tienen chicos de la misma edad de Francesca y Benicio, así que el programa se convierte de nuevo para toda la familia.

—¿Qué te enamoró de Ivana? S.E.: —La primera vez que la vi fue hace 10 años en un desfile. Ella estaba en el sector asignado a las modelos, a unos 20, 30 metros de distancia de donde estaba yo.

Cuando me di vuelta y la vi, quedé impactado enseguida. Fue algo muy fuerte que nunca había probado antes en mi vida: sentí algo en la boca del estómago, las famosas mariposas. Me dirigí hacia ella, y sonriendo lo único que le logre decir fue ¡"hola"! Recuerdo que ella también me sonrió. Teníamos una amiga en común que actuó de Celestina en nuestra historia consiguiendo el numero de Ivana. Obviamente la llamé y de ahí nunca más nos separamos. Lo extraordinario fue que más la iba conociendo, más me gustaba por su forma de ser, por su esplendor interno, por lo linda persona que es. Ahí entendí que finalmente había encontrado a la mujer de mi vida, mi alma gemela. No siempre se tiene la suerte de encontrar a "la compañera" de uno y considero que sea una bendición de Dios. Las cosquillas en el estómago yo la sentí de verdad la primera vez que vi a mi mujer. Me emociona mucho cada vez que lo recuerdo y vuelvo a sentir la misma vibración que me invadió en ese momento mágico.

A los pocos meses nos fuimos a vivir juntos I.S.:— Después de lo que ha contado Seba no queda mucho para decir. Fue exactamente lo mismo para mí, sentí enseguida la misma emoción. Ha sido y es el primer y único gran amor de mi vida, él me dio todo, un hogar, una familia, unos hijos que son lo más importante de nuestras existencias.

—¿Qué rol tiene el sexo en su pareja? S.E.: —Cuando tenés chicos, un trabajo demandante, a veces hay que organizarse para que esto se de, pero si hay química, complicidad y amor el espacio para un mimo encuentra siempre un lugar en la agenda. El problema me parece que se presenta cuando no se da y no a causa de factores externos.

Nosotros por suerte sentimos lo mismo el uno por el otro: mi mujer me gusta y me atrae como el primer día y estamos en la misma frecuencia en todos los sentidos. Se dice que hay que echarle leña al fuego para que no se apague: nosotros naturalmente alimentamos el fuego que nos une con compañerismo, cuidado, respeto y sostén. El sexo después viene naturalmente solo.
—¿Es un hombre demostrativo con Ivana? S.E.: —No soy de llevarle flores todos los días, hay regalos para los cumpleaños, aniversarios, para aquellas fechas que tienen significado en nuestra relación. Creo que la demostración del amor no está hecha de cosas materiales sino de hechos concretos, gestos, actitudes, de poner el oído, de atención hacia el otro. Constantemente le digo a Ivana que la amo y lo que más me gusta es que ella lo sepa en cada momento.

—¿Cómo sos como papá? S.E.: — Mi vida pasa por ellos: a partir del nacimiento de Francesca primero y Benicio después el centro de mi vida se ha desplazado hacia ellos. Cualquier decisión que tome lo hago pensando en ellos y me da mucho placer priorizarlos.
Somos padres muy presentes. Ivana es una madre fantástica con los chicos y juntos compartimos su crecimiento. Este año Benicio empezó el jardín y yo a distancia, trabajando, gracias a los llamados de mi mujer me iba enterando de cómo andaba la adaptación, si extrañaba.

Mis padres fueron así conmigo y mis hermanos: tuve una infancia muy linda, y se la debo a ellos, a la educación que me dieron. Una infancia mucho más humilde de la que puedan tener hoy mis hijos, mis padres no tenían muchas posibilidades en aquel entonces, pero nunca nos faltó su amor, apoyo, atención, valores que al fin del día son los que cuentan.
El estar presente no depende del dinero.

I.S.: —Mi marido es un padre que se hace cargo de sus hijos. Cuando nació Francesca, yo empecé a trabajar de a poquito, mientras que Seba no estaba trabajando. Le dejaba a la gorda y él se quedaba feliz con ella, la cambiaba, le daba de comer, la bañaba, se hacía cargo de ella sin problemas se levantaba a la noche, siempre dispuesto, seguro y disfrutando. Un verdadero padrazo. Estuvo presente en los dos partos y cortó el cordón umbilical.

S.E.:—Me gusta la cotidianidad con mis hijos. Además sé que no siempre tendré la posibilidad de disfrutarlos en la totalidad como pasa hoy: los chicos crecen rápidamente y aunque sea muy gratificante y excitante como padre ver a tus hijos cómo se van independizando, por un lado siento que se va perdiendo algo.

—¡Pero aún son muy jóvenes, seguramente vendrán otros chicos! S.E.: —¡Sin duda! pero eso no cambia mis ganas de estar con ellos. Además siento que ellos también lo necesitan.

—¿Qué desean para el futuro de sus hijos? S.E.: —Lo más importante como padres, es que sean buenas personas y logren ser felices con el camino que elijan, sea lo que sea. No importa que consigan el éxito, que va y viene, y no te asegura la felicidad. Creo que el verdadero éxito en la vida es poder vivirla como uno quisiera. Ojalá les vaya bien: Ivana y yo les vamos a dar todas las herramientas a nuestro alcance para que así sea, nuestro apoyo, ayuda, comprensión.
Después la vida dirá. Pero lo más importante es que sean humildes, respetuosos, que tengan códigos en la vida, que sean buena gente, que tengan amigos que los quieran, que sean coherentes consigo mismos, algo propio de Marcos, mi personaje en "Dulce Amor".