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Votar en una escuela de Provincia, una tristeza

Las elecciones nos hicieron ver el estado de los establecimientos escolares, que dejan demasiado que desear.

Ayer en las urnas se celebró la democracia, la oportunidad que tenemos todos los argentinos de elegir nuestro futuro y cambiar las cosas que no nos gustan. Pero hay algo que lo opacó: las escuelas.

Votar en una escuela del Estado, en provincia de Buenos Aires, no es tarea fácil y a decir verdad, me entristeció bastante. No entiendo como entre tanta campaña, nadie repara en las condiciones en las que algunos chicos tienen que estudiar, realmente paupérrimas.

Tal vez sea una señal y ver paredes descascaradas, techos rotos y suciedad por doquier nos haga pensar a la hora de poner la boleta... un llamado de atención.

Nos que me sorprenda. No es la primera vez que voy a una escuela pública de Avellaneda, de hecho estudié en  dos de ellas, pero lo de ayer "superó mis expectativas" por decirlo de alguna forma y no entiendo cómo podemos esperar que chicos y adolescentes puedan estudiar, aprender y relacionarse en esas condiciones. ¿Acaso no es injusto?

A pesar de que se trate de una escuela vieja, podría estar en condiciones. ¿Cuántas escuelas hay que tienen muchísimos años y a pesar de ello se encuentran bien? Pero este no era el caso.

Para describirla, se trata de una antigua y amplia casa chorizo convertida en escuela, con patios internos.  Lo cual hace más complicada la cuestión ante las inclemencias climáticas. Inclusive, el patio tiene un toldo que calculo, ante las lluvias quedará obsoleto debido los agujeros que lo invaden.

Las puertas de las aulas (en este caso cuartos oscuros) no cerraban o tal vez sí... pero en ese caso habría que ver cómo se abre después, porque no tenían picaporte. Como no podía ser de otra forma, las paredes  descascaradas y los techos rotos.

Como además era de esperar, la suciedad estaba a la orden del día y las paredes de afuera de la escuela llenas de pintadas. No pude seguir recorriendo la escuela para ver el resto de las instalaciones: baños, salón de actos, gimnasio, etc.

Sólo estuve allí un par de minutos, lo que duró mi votación, y no me gustó. Por eso no entiendo como los chicos pueden estudiar así. Más allá de lo lindo o lo feo que pueda resulta el lugar, de lo cómodo o lo incómodo, están también las cuestiones relacionadas a la seguridad, tanto de los alumnos como de los docentes.

No creo que esta escuela a la que me tocó ir ayer sea representativa y refleje el estado de todos los establecimientos escolares de Buenos Aires o de Avellaneda, pero tampoco creo que sea un caso aislado.

Esperemos que nuestra decisión en las urnas sirva para cambiar esta triste realidad que se ve en tantos colegios.

¿Cómo viste la escuela donde te tocó votar?