Uno de los colaboradores de Miguel Russo contó la última frase que le dijo al entrenador de Boca Juniors antes de su muerte

Juvenal Rodríguez fue uno de los colaboradores más fieles de Miguel Ángel Russo. El ayudante de campo colombiano, que lo acompañó en sus últimos años como entrenador de Boca Juniors, mantuvo una relación muy cercana con el DT, a quien definió como “un maestro de la vida”.

En diálogo con Super Deportivo Radio (Villa Trinidad), Rodríguez relató: “Desde que conocí a Miguel, he disfrutado la vida. Miguel me enseñó a disfrutarla. Se llamaba Miguel Ángel, tenía el ángel hasta en su nombre. Para él, el silencio era una expresión de sabiduría. Con Miguel uno sabía cuándo callar”.

El asistente confesó que durante los últimos días del técnico pensó en cómo sería su partida: “Obviamente lo tenía que pensar en esos días duros, antes de su fallecimiento”.

Rodríguez recordó una de las frases más características de Russo: “No me preguntes por qué, pero va a pasar esto”. Y agregó emocionado: “Generaba tanto amor en las personas… El amor es eso, se expande. Y lo vimos en su partida. Era tan sabio que, cuando te decía ‘no’, no te daba tiempo a pensar. Si decís ‘no’ y después ‘sí’, quedás bien y le das un respiro al alma a la otra persona. Pero si decís ‘sí’ y después ‘no’, generás un conflicto”.

El ayudante también destacó el rol de la esposa de Russo, Mónica, durante los últimos años del DT: “Para ella, su vida era Miguel. Le entregó su vida. Si ella no hubiera estado, no hubiéramos disfrutado así de Miguel estos últimos años. Fue una extensión de él en todo”.

El bogotano de 55 años, que actualmente integra el cuerpo técnico de Claudio Úbeda, contó cómo se unió al grupo de trabajo de Russo y qué cree que el DT vio en él: “Lealtad. El día que fuimos al cementerio, recibí el mensaje de un chico que tuvimos en Arabia Saudita y le enviaba saludos a Miguel. Cuando lo leí, pensé en mostrárselo. Es muy fuerte cuando no lo ves y sabés que no lo vas a volver a ver”.

Sobre su vínculo personal con el entrenador, expresó: “Miguel siempre fue un sitio seguro para mí. Cuando tenía cualquier problema, me bastaba con que me respondiera o hablara. A veces ni le contaba lo que me pasaba, y él ya me daba la solución”.

Rodríguez también recordó el espíritu incansable de Russo, quien atravesó momentos difíciles en su vida personal y profesional: “Vivió tres vidas en una. Nunca lo escuché quejarse. Él decía ‘dale, dale, dale’, hasta en los entrenamientos. La belleza del juego, decía, estaba en su simpleza”.

Y añadió: “Cuando pasábamos por Rosario, mostraba las canchas de barro donde jugaba de chico y se emocionaba. Era un hombre de barrio. A Miguel siempre le gustaba el quilombo. Era un guerrero prudente, esa era su esencia”.

Finalmente, Rodríguez reveló cuál fue la última frase que le dijo al entrenador antes de su fallecimiento: “Le dije que lo amaba. Fue el último día. Estoy seguro de que habrá dicho: ‘pelotudo, dale’. Para mí es un antes y un después. Es el final de algo y el inicio de algo. Es como partir mi vida a la mitad”.

Y cerró con una dedicatoria cargada de emoción: “¿Qué me gustaría regalarle? Sonrisas. ¿El título con Boca? Sería una de las mayores sonrisas”.

Fuente: Infobae