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Un video muestra al motochorro que mató a una mujer en Ramos Mejía robando cuatro días antes del crimen

Las imágenes muestran al acusado el 14 de marzo arrebatándole una cartera a una mujer con extrema violencia.

El presunto motochorro responsable de la muerte de la psicóloga María Rosa Daglio en Ramos Mejía le había robado cuatro días antes del crimen a otra mujer, con la misma modalidad y violencia, en la vecina localidad de Castelar.

En las últimas horas se conoció el video en el que se observa a una mujer que transitaba de manera tranquila, el 15 de marzo pasado, por una zona de Castelar, en el oeste del Gran Buenos Aires, cuando en un momento dado una motocicleta se sube a la vereda y su conductor le arrebata el bolso. La víctima cae al piso y se golpea con suma violencia contra el piso.

La mujer sufrió fractura de clavícula y pelvis, a raíz de esa caída, confirmaron a TN fuentes de la policía bonaerense.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que se trató del mismo motochorro porque usaba las mismas zapatillas y casco.

El imputado es Alejandro Miguel Ochoa, detenido el lunes pasado en su domicilio de Castelar tras el crimen de la psicóloga. En su casa fue secuestrada una motocicleta que responde a las características de la utilizada en el asalto. El delincuente había sido excarcelado del penal de Batán el año pasado, beneficiado por las liberaciones dispuestas en el marco por la pandemia.

María Rosa Daglio, de 56 años, murió el viernes 19 en la localidad de Ramos Mejía tras ser asaltada por un motochorro. La mujer, que se dedicaba a la psicología social, hablaba por teléfono en la vereda cuando fue abordada por el delincuente.

El hecho ocurrió en la calle Belgrano al 300. En las imágenes, registradas por las cámaras de seguridad de la zona, se puede ver cómo Daglio se encontraba parada en la vereda, mientras hablaba por teléfono. Segundos después, fue arrastrada unos metros por un asaltante y se golpeó duramente al caer.

Tras ser detenido, Ochoa se negó el martes a declarar ante la Justicia. Sólo rompió en llanto y suplicó: “No quiero morir en la cárcel”.

Ochoa, de 55 años, cumplía una condena de ocho años y medio de prisión que le impuso un tribunal de la ciudad de Mar del Plata por otros dos robos cometidos bajo la mima modalidad del que fue víctima Daglio y la mujer de Castelar.

Sin embargo, en mayo pasado la defensa del motochorro solicitó el arresto domiciliario por la pandemia, debido a que Ochoa padecía enfermedades preexistentes (Epoc y problemas urinarios). La Justicia le otorgó el beneficio y así abandonó el penal de Batán y volvió a su casa de Castelar.

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