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Un viaje y cuatro dilemas

* Por Eduardo Bocco. En el campamento mestrista, festejaron la decisión de De la Sota de emprender una gira al exterior que lo mantendrá afuera casi una semana. Que no apoye decididamente a Campana es una buena noticia para la UCR.

En el campamento mestrista, festejaron la decisión de De la Sota de emprender una gira al exterior que lo mantendrá afuera casi una semana. Que no apoye decididamente a Campana es una buena noticia para la UCR. Eduardo Bocco.

A dos semanas de la elección del intendente de Córdoba, el gobernador electo, José Manuel de la Sota, está de vuelta en estas tierras. Pero, contrariamente a lo que podría pensarse, no se meterá de lleno en la campaña electoral. El próximo viernes emprenderá una nueva gira internacional, en la que lo esperan reuniones con diferentes sectores de la producción e inversores.

"El destino es Israel", confiaron fuentes empresariales, que dijeron conocer el detalle de la agenda del mandatario electo, quien viajará acompañado por una comitiva muy reducida.

El jueves 15 de este mes, De la Sota regresará de su expedición a Tel Aviv. Ese día, precisamente, se clausura por ley la actividad proselitista y comienza a regir la veda electoral.

Con los datos en la mano, la decisión del ganador de las elecciones provinciales fue tomada como una muy buena noticia en el campamento del radical Ramón Mestre.

Resta saber qué hará desde mañana hasta el viernes, cuando viaje. En su entorno, afirman que tendrá algunas intervenciones en la campaña del candidato de Unión por Córdoba, Héctor Campana.

Existe algún malestar del gobernador Juan Schiaretti con De la Sota, por la decisión de irse dos semanas de vacaciones primero y hacer un viaje institucional de una semana después, todo en medio de la campaña.

Esto lo manifestaron voceros schiarettistas, quienes recordaron con cierto desdén que si el peronismo recuperó espacio en el distrito Capital, se debió "casi exclusivamente al trabajo y a las obras que hizo el actual gobernador en los últimos tiempos".

Voceros del jefe de Gobierno provincial electo son más contemporizadores y tratan de bajarles el nivel a los enojos o planteos probablemente nunca explicitados de manera frontal.

La relación entre Schiaretti y De la Sota siempre fue así y es probable que nada la haga cambiar en los próximos tiempos: las turbulencias se reiterarán casi de modo inexorable.

Nunca tuvo el gobernador electo predilección por Campana. Al contrario. Para este proceso, siempre manifestó su predilección por la peronista disidente Olga Riutort. Algunos de los seguidores históricos del mandatario electo, hoy sin cartel en el elenco que se prepara para gobernar, definen la situación de manera simple pero contundente: "Estamos hartos de votar a no peronistas para la intendencia de Córdoba".

Sin embargo, reconocen que la evolución del actual vicegobernador ha sido interesante, en especial a partir del debate tras el cual manifestaron sentirse gratamente sorprendidos.

Derecho al pataleo. Hay, también, un marcado involucramiento de Schiaretti en la campaña del peronismo, lo cual provoca amargas quejas de los otros candidatos importantes. "Es impresionante la cantidad de dinero que están gastando; nos sextuplican", protestan los mestristas. El juecista Esteban Dómina definió el caso parándose en otro lugar: "Es obsceno lo que hace Schiaretti".

La campaña ha tomado una dinámica especial y, poco a poco, la sociedad comienza a colocarla en la agenda diaria.

La difusión de encuestas también aparece manchada y los resultados suelen variar conforme a quien difunda la muestra o supuesta muestra.

Mestre dice que gana Mestre, Riutort que gana Riutort, Campana que crece Campana y Dómina que puede ganar cualquiera.

Separando la paja del trigo, se puede inferir que el radical Mestre lleva una ventaja módica sobre Riutort, mientras que Campana queda relegado al tercer lugar y Dómina al cuarto.

De todos modos, los consultores coinciden en que se trata de un proceso electoral con final abierto y cualquier error o acierto marcados puede cambiar de manera abrupta el curso de las cosas.

El costado cualitativo de las encuestas indica que el electorado ve a Mestre como el heredero de un apellido que para la ciudad de Córdoba significa mucho, y a Riutort avanzando y logrando opiniones favorables en la clase media, un sector social que siempre le fue esquivo.

Hace cuatro años, la ex esposa de De la Sota tenía una pésima imagen en esas capas y su inserción se reducía a los sectores marginales anclados históricamente en el peronismo tradicional. Hoy la situación cambió, en forma definitiva.

Campana también creció y dejó de ser visto como un deportista vestido con traje. Está aprovechando el formidable apoyo del Gobierno y poco a poco se acomoda.

A su vez, Dómina es visto casi como un catedrático, un hombre confiable y con experiencia.

La pregunta del millón. Pero, si hay cuatro candidatos que acumulan virtudes y la gente los aprueba, ¿quién se queda con los votos?

Allí anida el verdadero problema por resolver, ya que, según los mismos sondeos, el nivel de ciudadanos que todavía no decidió a quién votará está por debajo del 10 por ciento.

Los cuatro principales candidatos, tomados de modo individual, deben resolver un dilema.

Esto es definitivamente así.

Por ejemplo, Mestre tiene que encontrarle la respuesta al amesetamiento en el que entró en el último período y mantenerse o perforar el techo del 30 por ciento de los sufragios, que probablemente asegure la victoria a cualquier candidato. En los comicios de gobernador, el radical Oscar Aguad obtuvo el 22 por ciento de los votos en la ciudad de Córdoba, lo cual localizaría en esa cifra el llamado voto duro de la UCR.

Riutort sabe que comparte la torta con Campana y que su capital electoral se encuentra mayoritariamente en el mismo sector que el del candidato bendecido por Schiaretti.

Si bien pudo mostrarse en otros estratos sociales, hay un caudal de votos mayúsculo para sus chances en los barrios populares. ¿Votarán en esos territorios a ella o al postulante que ofrece la estructura partidaria?

Y Campana, ¿cómo hace para transferir los votos que consiguió De la Sota en Capital en los comicios provinciales?

La misma pregunta le cabe a Dómina respecto de los sufragios que consiguió Luis Juez en la tenida electoral que ganó De la Sota, pero en la que el ex intendente triunfó en Capital por estrecho margen.

Son dilemas centrales a resolver por los candidatos. Quien resuelva el suyo de manera correcta seguramente será el nuevo intendente de Córdoba y reemplazará el próximo 10 de diciembre al destartalado Daniel Giacomino.