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Tributo a marilyn

Norma Jean Baker, nació el 1º de junio de 1926 en Los Angeles. A los 17, cambió el castaño de su cabello por el platinado y se convirtió en Marilyn Monroe, aunque jamás logró revertir su mirada triste y melancólica.

A los 12 años Norma Jean Baker meneaba sus caderas por las calles de Los Angeles y a su paso los hombres suspiraban enamorados. Había nacido el 1º de junio de 1926 sin imaginar que se convertiría en un mito que sobreviviría incluso a su propia muerte. A los 17 ya había tomado consciencia y la candorosa Norma dejó paso a la platinada y despampanante sex symbol rebautizada Marilyn Monroe. Era insegura, frágil, impuntual, caprichosa, egoísta, pero todo se le perdonaba. "Soy todo eso y más pero si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces en el mejor", solía excusarse. Y llegó a ser simplemente Marilyn. "En Hollywood te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma", aseguró con su voz melosa y encantadora. Su figura cautivó al mundo entero en veintinueve películas, "Una carrera es una cosa maravillosa pero no sirve para acurrucarse contra ella en una noche fría", confió en cierta oportunidad haciendo clara referencia a la soledad en la que vivía, a pesar de haberse casado cuatro veces.

"Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer... En Hollywood la virtud de una chica importa mucho menos que su peinado", repitió ante la sorpresa de sus pares.

Bella, detallista y temerosa, Marilyn cuidó siempre su cuerpo como su mayor tesoro.
Se lavaba la cara hasta quince veces al día, por su temor a mancharse el rostro. Usaba Channel Nº 5, se vestía en Bloomingdale’s y su bebida favorita era Dom Perignon

A cara lavada pero con la misma sensualidad. Así la mostró un fan en una foto inédita. En 1953 protagonizó la película "Niágara" y en un descanso de la filmación, posó, inocente, con una sola media Al inicio de su carrera Marilyn es maquillada para una de sus primeras participaciones en el cine. Luego, su melena rubia fue su sello de seducción en las más de 30 películas que hizo.

Una de las últimas fotos en junio de 1962. Lejos de las luces de la gran diva, se la veía saliendo de su casa como una mujer muy solitaria. Hermosa y glamorosa, pero con huellas de cansancio en sus ojos, la mostró Vogue en su producción.

Bert Stern fue el último en fotografiarla al desnudo."Acabo de operarme la vesícula... ¿No se verá la cicatriz?", preguntó Marilyn y él le dijo: "Lejos de romper el mito, es todo un homenaje a la humanidad".

1953. Sobre el final de su vida fue adicta a los somníferos por su dificultad a conciliar el sueño.
"Vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso...

No me importa vivir en un mundo de hombres, siempre que pueda ser una mujer en él. Es mejor esta sola que infeliz junto a alguien...", supo asegurar.

Y fue precisamente en la madrugada del 5 de agosto de 1962 que una sobredosis de barbitúricos le cerró los ojos para siempre.

"El hombre tiene que estimular el ánimo y el espíritu de la mujer para hacer el sexo interesante. El verdadero amante es el hombre que te emociona al tocarte la cabeza, sonreirte o mirarte a los ojos... El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo estoy del lado de la naturaleza", declaró poco antes de su triste final.

Y fue el fotógrafo Bert Stern precisamente el último en retratarla apenas unos meses antes del terrible desenlace.

"Fueron 2571 disparos de mi Hasselblad para extraer todo el desamparo que llevaba dentro, con la espléndida belleza madura a punto de ajarse... Fotografiar a Marilyn era como fotografiar la luz. Joyas, champaña, soledad, Channel Nº5, que era el único pijama con el que dormía... Su bellisima cicatriz de una operación de vesícula que tuvo un mes antes de las fotos... Ahora, aquel aroma a Channel sólo es su alma derrotada", contó Stern cuando dos mil quinientos de las fotografías inéditas fueron publicadas, una semana después de su muerte, en la revista Vogue y luego formaron parte del libro "Marilyn, la última sesión".

"No me interesa el dinero, sólo quiero ser genial, maravillosa", afirmó durante sus últimos días de vida, como adivinando que su vida llegaba al final, y lo fue.