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Retiro de la Policía en las villas: el testimonio de los vecinos desprotegidos

Luego de que el Gobierno Nacional decidiera desplazar a oficiales de algunos barrios porteños, la incertidumbre en los ciudadanos se volvió inevitable.

"No queremos causar pánico a la sociedad", expresó Sergio Berni, luego de confirmar que la Policía Federal se retiraría de algunos barrios porteños, en donde cumple funciones la Policía Metropolitana. Sin embargo, nadie se encarga de garantizar que el derecho a la seguridad será respetado. La situación, como es de suponer, se torna peor en los sectores más vulnerables de la sociedad. Para entender esta realidad, DiarioVeloz decidió recurrir al testimonio de Juan "Jala Jala" Romero, emblemático vecino de la villa 31, para entender cuáles son los verdaderos alcances de una decisión polémica.

"Si hoy ya se mata y se roba, ¿qué va a pasar si sacan a la (Policía) Federal?", se pregunta Juan Romero, mejor conocido como "Jala Jala". La duda acerca de lo que va a pasar se la plantea un vecino de la villa 31. Sin embargo, no se trata de un habitante más del barrio: el hombre es fundador y director de la primera radio comunitaria de la villa y se encuentra comprometido con la difusión de las causas más relevantes de su barrio. Y, aunque la pregunta es retórica, "Jala Jala" sabe qué es lo que va a pasar: "Va a quedar el 20 por ciento de la Policía acá".

Para entender el porvenir de este conjunto de barrios de Retiro, es importante, primero, saber qué está pasando en la actualidad. "Entre las calles 6 y 4 no hay luz. Esas calles la utiliza mucha gente que va a al trabajo. A 100 metros están las luces de la terminal, con eso te podés guiar", cuenta Romero. Los vecinos de la villa 31 caminan la oscuridad, con todos los peligros que eso quiere decir. Las luces de la terminal, un foco ajeno, les sirven como referencia para ubicarse.

Según Romero, lo que pasa en el barrio desprovisto de luz es una situación violenta. "Los robos son mucho golpe, mucha violencia", explica y destaca un detalle: "Usan eso de pichar". El referente del barrio aclara que "pinchar" significa usar un elemento cortante para hacerle "perder la estabilidad" a los asaltados. De esta manera, explica Rome: "Les das hasta lo que no tenés".

"Yo tengo que laburar todos los días. No todos somos delincuente acá. La gente sale a poner el pecho todos los días", se sincera Romero y remarca: "Si te robaran nada más, no sería nada. El golpe, la acuchillada. Es innecesario". Además, el hecho de denunciar un episodio delictivo lleva más tiempo que el que pasa en la cárcel el delincuente. Romero cuenta si experiencia, su día a día. "Si no modificamos las leyes penales... estamos esperando que nos violen a todos", se exacerba.

La falta de personal de efectivos es un problema ya existente. "Salen a recorrer la villa con 4 personas", detalla "Jala Jala". Los días en los que hay partidos de fútbol, la agentes se retiran de la villa para brindar la seguridad durante los eventos. La gente no puede salir de sus  casas porque la desprotección es total. "Cada vez hay menos luz", recuerda el vecino. Y el panorama se ve todavía más oscuro.