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"Redrado en la cama me sigue el tren"

Mitad sirena, mitad amazona, Luciana Salazar deja atrás su adrenalina urbana y se desplaza por la selva y el mar de la Isla de CARAS como si un alma salvaje la hubiera poseído.

Nota extraída de la revista Caras

La versión 2012 de Luciana Salazar (31) parece de "alta gama" y, en el paisaje de Angra dos Reis, sus curvas ofrecen "un efecto 3D" que amplifica la seducción. "Me pasa algo similar a lo de Madonna que se reinventa a lo largo de los años y sigue vigente. No lo hago para copiarla, sino porque es mi filosofía de vida. Me gusta ponerme desafíos y superarme día a día, pero con ‘armas’, porque para cada cosa que encaro me preparo, estudio, me perfecciono... No digo: ‘Hoy quiero cantar’, y tomo el micrófono. Esos desafíos hacen divertida mi vida, ya que siempre estoy encarando proyectos muy diversos —afirma la modelo de Life Chekka—. A veces me cuesta reaccionar porque estoy viviendo una etapa soñada, en la que el amor y el trabajo congenian a la perfección. Siento que he conseguido una tranquilidad y un equilibrio que tal vez antes no tenía", agrega.

Termina de presentar "Give me love", la nueva canción que realizó con su banda llamada "Main Out", conformada, además, por dos cantantes cubanos. El trío tiene más temas grabados pero los irán lanzando progresivamente. Además, Salazar dice que analiza una propuesta para protagonizar una ficción en TV Digital. "Tengo proyectos muy lindos que me tienen súper motivada porque no me ocuparán la totalidad del tiempo. Me va a dar placer hacerlo porque podré atender mi profesión sin descuidar mi pareja", confiesa refiriéndose a Martín Redrado (50), de quien se enamoró en 2010. Desde febrero de 2011 al 14 de septiembre, atravesaron una profunda crisis que terminó en reconciliación. Hubo un viaje romántico a París que consolidó la relación, y desde hace siete meses la modelo y el economista son inseparables.

"Lo que más me llama la atención es la convivencia que tenemos con Martín, sobre todo en los viajes, donde estamos mucho tiempo juntos. Yo soy una chica brava, exigente, medio quisquillosa y, de todos modos, convivimos sin roces. Martín, si bien es introvertido y la gente lo ve como un tipo serio y aburrido, saca su ‘lado B’, y conmigo es todo lo contrario —dice Luciana, antes de comentar que Redrado es así desde que está con ella—. Según él, yo estimulo sus ganas de divertirse, porque soy muy chispita... Hasta lo subí a una montaña rusa, las más rápida del mundo, en el ‘Ferrari World’, en los Emiratos Arabes, ¡y en el primer asiento..! Le hago hacer cosas con mucha adrenalina. Él no estaba habituado a todo eso, pero demuestra que es un tipo súper adaptable. Este verano también hizo paracaidismo; él se prende y se recopa... Viajamos por todos lados y la pasamos muy bien. Me dijo que es la primera vez que una mujer lo acompaña cuando tiene misiones y compromisos internacionales.

En cambio, a mí no me gusta que me acompañe en mis viajes, porque pienso que se va a aburrir, no quiero que sea el típico novio que hace de muñequito siempre al lado.
Una mujer es diferente y está bueno que acompañe a su pareja para mimarla, es una actitud más femenina...

¡A la Isla de CARAS no hubiera venido porque no le gusta posar para las fotos! (risas)", agrega.
—¿Cree que Redrado es su "alma gemela"? —Buscar el hombre perfecto es frustrante, porque es muy difícil hallarlo. No es posible que tenga todo lo que una quiere. Martín tiene muchas cosas que me gustan, a pesar que siempre hay cuestiones que me encantaría que cambie, aunque eso lo volvería a mi imagen y semejanza, lo cual tampoco es bueno (risas).

—¿Discuten bastante? —Él me llama "torbellino", porque sabe que soy indomable. Martín no es de tomar decisiones en caliente, más bien decide tomarse un par de días para pensar. Yo me enojo y todo se termina, digo no te quiero ver más. No tengo punto medio. Ahora Martín aprendió a manejar la situación, si me enojo me dice: "Pará, pará, vení, sentate, baja un cambio, calmate un poquito". De esa manera me contiene y logra que no nos peleemos tanto.

—¿A simple vista se nota que son bastante diferentes? —Martín me suele decir que ve- nimos de dos mundos distintos, pero yo le explico que, aunque sea economista, por los cargos públicos que asumió, la gente también lo ve como un político. Intento explicarle que la política y el espectáculo estuvieron relacionados toda la vida. Lo que tenemos son dos perfiles diferentes. Él es introvertido, yo más extrovertida, él se toma su tiempo para tomar decisiones, y yo soy más impulsiva. Pero logramos complementarnos muy bien.

—¿En qué la cambió el amor? —Todo el mundo me dice que el amor me da un brillo especial, que hace que me vea mucho más linda.
A Martín también le dicen lo mismo, que se lo ve más jovial desde que está conmigo.

—¿"Luly Pop" es romántica? —Súper romántica, me gusta jugar con lo sensual y sorprender a mi pareja todo el tiempo. Martín dice que conmigo nunca se aburre.
Con la cosa más loca con que lo sorprendí no se puede decir en una entrevista, es demasiado fuerte, mejor lo dejamos para la intimidad.
Siempre fui dulce, pero con él lo soy más. Martín me genera admiración desde lo que construyó como persona.

—¿La admiración la seduce? —Totalmente. Lo veo cómo se desenvuelve en el exterior, la admiración que le tiene la gente afuera, es impresionante. Yo lo miro haciendo eso, y me siento orgullosa.

¡Cómo habla en francés, de qué manera se maneja con las personas!, lo veía hablando con el presidente del Banco Central de Francia y no sabes cómo lo respetan.
Admirarlo me genera todo tipo de sensualidad; alguien tan respetable me seduce, me parece re sexy, me atrae. Además, físicamente me parece muy lindo.

—Parece un hombre frío, ¿en la intimidad es pasional? —En la cama "me sigue el tren", y soy demasiado fogosa, de modo que con eso dije todo (risas). Es un hombre que en la intimidad responde muy bien. Con Martín soy como una geisha, me encanta complacerlo y darle placer. Así como soy loquita cuando me enojo, también soy muy cariñosa. Siempre le tengo preparada una sorpresita.
Suele decirme: "¡Esta fue la mejor!", y yo le digo: "¡Pero, gordo, el otro día me dijiste lo mismo!". Y contesta: "Sí, esa también estuvo muy buena" (risas). Él se prende en el juego de seducción súper bien.

—¿Proyectan casarse? —A veces, él me dice: "¿Cuándo pensás que nos casemos?". Y yo, en broma, le respondo: "Dentro de tres meses". Pero la verdad es que aún no está en nuestros planes.
En caso de hacerlo, por Iglesia no podría ser, porque él es divorciado.
En una oportunidad, Martín me preguntó: "¿Te vendrías a vivir conmigo?". Me dejó helada, pero le respondí que si no me caso no me voy a vivir con nadie. Creo que sólo casada o embarazada aceptaría convivir.

—¿Se imagina convirtiéndose en mamá? —Soy "re susanita", me encantaría estar casada y tener un hijo, no muchos, con uno estaría súper agradecida. Y sería la mamá más sexy del mundo. Lo criaría sin dejar de hacer lo mío, porque para mí es muy importante conservar mi actividad para sentirme completa.
A mí, los niños me buscan, los atraigo, no sé si es porque les llama la atención el pelo rubio, pero las madres me dicen que sus nenes están locos conmigo. Tengo un público infantil importante.

—¿Lo ve a Redrado como padre de su hijo? —Si tiene que ser tener un hijo con Martín, será, y si no, no me hago drama. No me trastorno con ese tema. Si Martín fuera el hombre de mi vida, trataría de tener un hijo ahora, porque él ya tiene 50 años, y los lleva muy bien, pero me coparía que pudiera vivir una paternidad con la satisfacción de la madurez. Sé que sería un papá súper dulce y mimoso (el economista ya es padre de dos hijos con su ex esposa). Todavía no sé si Martín es el hombre de mi vida, el tiempo dirá. Espero que lo sea.