DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

¿Querés una ciudad sustentable?

Todo comienza por uno: te contamos de qué se trata esta nueva movida ambiental que planea cambiar el mundo; cómo lograr un equilibrio entre los intereses sociales, económicos y ecológicos

Fijate en estos datos: según Naciones Unidas, las ciudades absorben dos tercios del crecimiento demográfico en los países en desarrollo y se espera que para 2030, más del 60 por ciento de la población mundial vivirá en áreas urbanas.

Con un mal planeamiento, esta explosión demográfica hará que las ciudades no puedan dar respuesta a las necesidades de sus habitantes ni proveerlos de los servicios adecuados.

Entonces, la degradación ambiental provocará que el aire y el agua pierdan calidad, la gente viva hacinada, surjan problemas de salud, aumente la pobreza y se deteriore la calidad de vida.

¿Qué hacer? Crear "ciudades sustentables" o "verdes", que soporten el crecimiento urbano, pero respetando el medio ambiente. La idea es lograr un equilibrio entre los intereses sociales, económicos y ecológicos, y promover así una nueva forma de vida que tiene en cuenta a las generaciones futuras.

¿Cómo conseguir una ciudad sustentable? El proceso de construcción de una "nueva ciudad" debe ser sí o sí de un modo participativo: es el ciudadano quien la reconstruye activamente, interviniendo en su planificación, la toma de decisiones y la aplicación de políticas ambientales.

¿Qué debe contemplar este tipo de urbanización? Desde la intalación de espacios verdes hasta los recaudos necesarios para sobrellevar los efectos del cambio climático. Fijate, tomá nota:

Espacios verdes . La clave es incorporar mayores espacios naturales en el paisaje urbano, ya que son de gran valor social y actúan como amortiguadores de la contaminación atmosférica vehicular, mejoran la calidad del aire y le bajan unos grados al sofocante cemento. Un ejemplo interesante es la ciudad de Curitiba, Brasil, que ante las frecuentes inundaciones que sufría, adoptó la política de reservar terrenos para facilitar el drenaje natural y prohibir la urbanización en zonas bajas, que destinó para lagos artificiales y recreación, lo que permitió solucionar el problema y, a su vez, incrementar los espacios verdes de la ciudad.

Agua potable . Esto implica planes integrales de ahorro de agua, el saneamiento de los recursos hídricos y una adecuada protección e infraestructura para el tratamiento de aguas residuales. Algunas ciudades ya implementan canales que recolectan el agua de lluvia para distintos usos y lugares de la ciudad.

Residuos . Los ambientes urbanos generan grandes cantidades de desperdicios, y en la gran mayoría de las ciudades de países en desarrollo no existe una buena gestión de los residuos. Por el contrario, proliferan los basurales a cielo abierto. ¿Qué hacer? Reducir y separar residuos en origen (tu casa, por ejemplo) dándole prioridad al reciclado, pero, claro, en el marco de una gestión integral de los residuos urbanos. No sirve de nada que vos separes y los recolectores la junten.

Transporte público . La idea es evitar sacar el auto a la calle (una de las principales fuentes de contaminación). Las que se transforman en ciudades sustentables invierten tiempo y dinero en construir sistemas de transporte público eficientes, con intensa frecuencia y recorridos amplios. Y promueven el uso de la bicicleta: saludable ejercicio y vehículo no contaminante (tanto a nivel atmosférico como sonoro).

Industrias menos contaminantes . La ciudad tiene que contemplar un nuevo modelo de producción y consumo, que esté basado en la responsabilidad social empresaria. Pero también el consumidor debe asumir un rol responsable apoyando el comercio justo y consciente.

Energías renovables . El uso de energías tradicionales agrava el problema de la contaminación atmosférica y contribuye al calentamiento global. Por eso, es fundamental el fomento de las energías renovables y también ser inteligente con el uso eléctrico.

La energía solar es la opción que mejor se adapta a una ciudad sustentable. De esta manera, las casas no sólo producen su propia energía, sino que además proporcionan su excedente a la red eléctrica general y obtienen beneficios económicos a cambio. Por ejemplo, una práctica habitual en Alemania es el alquiler de grandes superficies de techos para la instalación de paneles solares: es un instrumento de crecimiento económico y bienestar social que contribuye a la sostenibilidad ambiental.

Cambio climático . Los centros urbanos -particularmente en países en desarrollo- se encuentran más propensos a la amenaza del cambio climático por su posición más vulnerable: temperaturas extremas, desestabilización e imprevisibilidad del clima, mayor frecuencia de lluvias, aumento del nivel del mar, entre otros desajustes naturales. Sus consecuencias dependerán de diversos factores, como la capacidad de adaptación, la infraestructura adecuada, los planes y medidas de salud necesarios y la concientización de los ciudadanos.

Al mismo tiempo, se deben tomar medidas para reducir los gases de efecto invernadero. Un excelente ejemplo son las ciudades "carbón-neutral", que invierten en tecnologías de bajo carbono y realizan esfuerzos en las áreas de residuos, transporte y energía, donde existe un gran potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y al mismo tiempo, generan una amplísima gama de "empleos verdes" y mayor competitividad para la ciudad.

Tanto en el ámbito local como en el internacional, existen múltiples iniciativas y redes de colaboración para la realización de actividades en conjunto, con el objetivo de compartir experiencias e información.

Por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires y Berlín cuentan con un "Acuerdo de Hermanamiento" que contempla diversas áreas de cooperación. Entre ellas, el área de gestión ambiental urbana.

El resultado . Una ciudad sustentable no sólo implica una ciudad consciente de su progreso y recursos, sino que también promueve ciudadanos responsables. ¿El gran beneficio? Una mejor calidad de vida.

El acceso a un medio ambiente sano es fundamental para el desarrollo de la economía, alcanzando soluciones innovadoras, creativas y sustentables, donde además se promueve la dignidad humana y el progreso social, con lo que se logra una sociedad con mayor justicia y equidad en el marco de un nuevo paradigma de desarrollo urbano.

Es cierto: para alcanzar este nuevo paradigma urbano, es necesario modificar prioridades en las administraciones locales, que exista una firme voluntad política y aplicar una legislación ambiental adecuada. Pero sobre todo, hay que contar con la voluntad de los ciudadanos, para que incorporaren nuevos hábitos de desarrollo y se conviertan en verdaderos agentes del cambio