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Por primera vez, cara a cara

En una audiencia prevista para hoy, Adalberto Cuello se cruzará por primera vez con Leonor, tras el crimen de Tomás, su hijastro de 9 años.

El juez de Junín José Luccini realizará hoy una audiencia para analizar el pedido de prisión preventiva de Adalberto Cuello, acusado del crimen del niño Tomás Dameno Santillán, cometido el 15 de noviembre último en Lincoln.

La audiencia judicial, que está prevista a las 12 y para la cual fueron convocadas todas las partes, podría colocar cara a cara al principal sospechoso y a su ex pareja y madre de Tomás, Leonor Santillán, si es que decide presentarse con su letrado, como particular damnificada.

El propósito de la diligencia es que el juez Luccini escuche los argumentos que fundamentan el pedido de prisión preventiva de Cuello realizado el viernes último por el fiscal de Junín Javier
Ochoaizpuro.

También, que escuche la posición de la defensa del acusado y de los representantes de la familia de la víctima, para luego resolver si dicta o no su prisión preventiva en el marco de la
causa.

Tomás, de 9 años, fue asesinado a golpes en Lincoln el 15 de noviembre último, tras salir de la escuela y cuando caminaba rumbo a su casa.

Luego de dos días de búsqueda, el niño fue hallado asesinado en el predio rural "La Vieja", en las afueras de la ciudad, donde según afirmó el fiscal, Cuello lo mató y lo dejó abandonado.

En la resolución, Ochaizpuro sostuvo que Cuello se aprovechó de "resultar conocido de la víctima, por ser hijo de su ex concubina" y lo mató "valiéndose de la pequeña contextura física del menor que impedía la posibilidad de defenderse".

En base a la autopsia, aseguró que le aplicó golpes contundentes en las zonas craneal, abdominal, lumbar y en extremidades, que le provocaron fracturas, todas con el niño aún con vida "con intención de causar sufrimiento innecesario y extraordinario inhumanos y prolongados de dolor".

El pedido de prisión preventiva se basó especialmente en declaraciones de testigos que describieron la mala relación entre el imputado y su ex concubina y madre se su pequeño hijo, de la cual Cuello culpaba a Tomás.

Para el fiscal Ochaizpuro, Cuello "puso en marcha el iter criminis (camino del delito) tiempo antes de la consumación, toda vez que se ha comprobado que durante días anteriores había seguido a Tomás y su primo desde la salida del colegio y manifestó públicamente su intención de secuestrar o matar a Tomás".

Varios familiares de la madre de Tomás ilustraron los celos de Cuello hacia el niño, que "concluían en un trato agresivo psíquico y físico contra el menor, a punto tal que en reiteradas ocasiones le ha roto juguetes, ropas, calzados y hasta una consola de juego Play Station por considerar que el mismo no era agradecido con él", subrayó Ochaizpuro.

Sobre el mismo punto, destacó que "los testimonios coinciden en que Tomás le tenía mucho miedo a Cuello y que cuando lo veía se paralizaba" y que, a su entender, el imputado no quería al niño "por los celos que en él despertaba la criatura" y porque era "un obstáculo".