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Peor que las milanesas en la cárcel son las flores en el cementerio

El tratamiento que se le da a la noticia del asesinato de Fernándo Báez en algunos medios, indigna. La caradurez de los padres, vuelve a matar a Fernando.

Con la llegada de los rugbiers al penal de Dolores, salen a la luz las miserias humanas y los intereses asoman. Ya el audio que circuló hace unos días en el que el familiar de uno de los asesinos de Fernando Báez aseguraba que "la vida les había jugado una mala pasada", generaba repudio. Ahora, los padres de los acusados lanzaron, en la primera visita a la cárcel, frases irresponsables tales como "No son asesinos", "Quiero que se haga justicia" o "Esto es injusto". 

Ahora bien, la definición de asesino en el diccionario de la Real Academia Española es: "Que asesina". O sea, es quien comete el "Delito consistente en dar muerte a otra persona con la concurrencia de circunstancias especialmente graves como la alevosía, por medio de precio, recompensa o promesa, con ensañamiento, o su realización para facilitar la comisión de otro delito o para evitar que se descubra". Entonces sí son asesinos. Le dieron muerte a Fernando, lo patearon con ensañamiento, le rompieron la mandíbula, le dejaron una zapatilla marcada en la cara, lo patearon incluso estando tirado en el piso indefenso, inconsciente. A Fernando lo atacaron de atrás, como atacan los cobardes. 

"El fiscal Walter Mercuri, de la UFI N° 8 de Madariaga, tomó como agravante 'la circunstancia de que cuando la víctima se encontraba indefensa, inconsciente, en el piso, continuaron pegándole en la cabeza', por lo que el delito en este tipo de casos tiene 'una pena de reclusión perpetua'. 'La víctima no se podía defender', agregó", se describe en una de las tantas noticias sobre el caso. 

El detalle de la autopsia duele aún más: Fernando murió por un "shock neurogénico", que según explicó el médico neurólogo Roberto Rey, se trata de una lesión en “una parte del sistema nervioso central llamado tronco encefálico y es la que domina las funciones involuntarias (respiración, presión arterial, temperatura corporal, sudoración, ritmo cardíaco). Un traumatismo de cráneo o golpe en la cabeza puede generar un daño cerebral que directa o indirectamente lesione al tallo cerebral y, en consecuencia, todas sus funciones podrían fallar al instante”. 

Los papás de Fernando, son los que quieren que se haga Justicia. Justicia por haberles arrebatado la vida de su único hijo. La novia de Fernando quiere que se haga justicia. Como ella dijo le sacaron "al amor de su vida". Además, le destrozaron los sueños. La ayudaron a perder un poquito más la fe en la humanidad. 

"Injusto" es que un joven de 19 años haya ido a pasar un fin de semana a la playa con sus amigos y su novia y haya terminado muerto, con la cabeza destrozada mientras tomaba un helado. Injusto es que a esos padres le devuelvan a su hijo en un cajón. Que esos padres "ya no tengan ganas de vivir", tal como lo declararon. Su dolor es el dolor de todos. No es de todos el miedo que tienen los diez cobardes que golpearon salvaje y cobardemente a Fernando. 

En algunos medios se escuchan frases tales como: "Hay que entender el dolor de los padres que habían planeado otra vida para sus hijos y tal vez, por los próximos 35 años, deban llevarles milanesas a la cárcel dos veces por semana". Peor, muchísimo peor y más doloroso, es que los padres de Fernando no volverán a ver a su hijo nunca más y deban llevarle flores al cementerio. Porque un grupo de "no asesinos" lo mataron porque sí.  

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