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Otro linchamiento a un ladrón: la sociedad se hace cargo de su seguridad, ¿y el Estado?. ¿Y el Estado dónde está?

Cristina Kirchner expresó sentirse "madre de todos los argentinos", pero lejos está de cuidar correctamente a sus hijos.

El país está desenfrenado, desbordado. Impaciencia, intolerancia y violencia son ingredientes del cóctel que hoy compone al argentino. Que hoy nos compone, a todos.

En los últimos días hubo dos casos ejemplificadores. En Rosario, un motochorro falló en su intento de robarle la cartera a una mujer, no logró escapar y quedó a merced de los ciudadanos, que como lobos feroces atacaron al ladrón hasta cuando estaba en el piso.

¿Conclusión? Tras cuatro días en terapia intensiva, y por haber perdido masa encefálica, murió.

Ayer pasó lo mismo, en Charcas y Coronel Díaz. Gracias a @diegogrillotrub se dio a conocer el caso de otro carterista, a quien le dieron una paliza tras haberle robado a una mujer. Comenzó por la pareja, se sumaron vecinos y terminaron decenas de personas linchando al ladrón.

Sí, que quede claro, es ladrón. Y merece la pena que la Justicia (lenta, perezosa e ineficiente) le imponga. La Justicia legal debe actuar, no los ciudadanos.

Aunque parezca ambivalente, también es entendible el cansancio y la saturación que sentimos por robos, asesinatos y salir a la calle corriendo peligro constantemente. ¿Y el Estado? ¿Dónde están los que teóricamente deben protegernos?

En la última cadena nacional, la Presidente soltó una frase que me quedó rebotando desde ese momento: "Me siento la madre del país, la madre de todos los argentinos".

Una madre protege a sus hijos, los cuida de todos aquellos que les quieran hacer mal, además de prepararlos para el momento de la independencia, para cuando los hijos estén listos para romper el cascarón y salir a recorrer el mundo.

Esta sociedad ya se separó de su ala protectora, pero de golpe. Debió independizarse a fuerza de atropellos, abuso de autoridad y violencia. La sociedad se siente sola, abandonada, y por eso hace lo que nunca debería hacer: justicia por mano propia.

Mientras, su madre come alfajores.