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Otra exprofesora del femicida de Tucumán lo había denunciado por acoso sexual y amenazas

La mujer compartió su historia en las redes sociales. Tres años después que a ella, Parejas empezó a acosar a Paola Tacacho. La semana pasada la asesinó.

Paola Tacacho sufrió durante cinco años un calvario. Mauricio Parada Parejas nunca dejó de acosarla, perseguirla y amenazarla de muerte, hasta que finalmente el viernes terminó asesinándola. Paola había denunciado 13 veces en la Justicia y nunca la escucharon.

El femicidio de la profesora de inglés conmocionó a Tucumán, pero después de conocerse la noticia otra mujer hizo pública la pesadilla que vivió en manos del femicida tres años antes.

Se trata de Sylvina Bach, profesora de Antropología Filosófica, quien en su red social Facebook compartió la historia de amenazas de muerte y contenidos sexuales de la cual la había hecho víctima un alumno suyo en 2012.

Ese alumno era Parejas, pero en su caso ella hizo la denuncia correspondiente y consiguió una restricción de acercamiento. En 2015, empezó a perseguir a Paola Tacacho y el desenlace trágico de esa cacería es sabido por todos.

El relato de otra historia de acosos y miedo

“En el año 2011 yo enseñaba Antropología Filosófica en la Facultad de Psicología. Tenía un alumno que se sacaba 10 en todos los parciales. Cuando me tocó hablar de Nietzsche me pidió clases de consulta que me asustaron: siempre preguntas enredadas sobre la muerte y sobre Alemania, y la relación entre sus ideas filosóficas y el nazismo. Lo derivé al titular de la Cátedra. A él no quiso hacerle ninguna consulta.

A los pocos meses empezaron a llegarme anónimos con amenazas de muerte y otros contenidos sexuales espantosos. Yo estaba atravesando un momento personal muy difícil. Hice la denuncia sin saber quién era.

Al poco tiempo, yo llevaba tal vez ya seis meses de embarazo, el hostigador escribió en el sobre, a mano, “alemanes y nazis deben morir”. Mi apellido, por supuesto, es alemán. Reconocí la letra. Era mi alumno, quien mató ayer a otra profesora. Lo denuncié esta vez con nombre y apellido, año 2012. La Fiscalía intervino con todo lo que debía hacer. Nunca más tuve problemas.

Estoy pensando si escribir o no todo lo que tengo para decir al respecto. Siento que no puedo dejar de hacerlo, pero tengo miedo de que me salga un escrito demasiado largo”

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