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"Nuestra militancia era más apasionada"

Por Sissi Ciosescu* Es Kowalski en "Un tranvía llamado deseo". Habla de alianzas políticas, inestabilidad profesional, su hija, y el mote de sex-symbol.

No me identifico ni con San Martín ni con George Harrison, aunque hayan nacido el mismo día que yo", responde frente al juego de pensarse más parecido a uno que al otro. Ex médico psiquiatra, Diego Peretti sabe que para su colega, el doctor Carl Gustav Jung, la astrología era un recurso más para abordar al paciente. Pero su formación académica ortodoxa –egresado de la Facultad de Medicina de la UBA– no dio lugar a que se contemplaran signos o cartas natales. Quizá por eso se desconcierta ante esta propuesta lúdica que le parece "rara", aunque pronto se revele como legítimo pisciano del 25 de febrero. "Reconozco mi veta artística y admito mi cuota de idealismo ético, en cuanto creo en los valores morales para guiarme en la vida, en que las cosas se pueden mejorar, en el poder de la bondad, en el arte y en la belleza para beneficiarse con ellos", explica.

Noticias: Y la política, ¿le interesa?

Diego Peretti: Desde el punto de vista político, sin ser alguien que hoy milite, tengo una idea de dónde y cómo me gustaría vivir; estoy interesado en cómo se desarrolla y expande la cultura argentina en el devenir de la historia de América Latina. En cuanto a ideales de este tipo, me identifico más con el Che Guevara porque lo siento más próximo.

Peretti está protagonizando "Un tranvía llamado deseo", de Tennessee Williams, encarnando a Stanley Kowalski, el rudo obrero norteamericano de origen polaco, personaje crucial que Marlon Brando interpretó en Broadway en 1947, con la dirección de Elia Kazan. Musculoso, viril y seductor, Diego es un Stanley irónico, que por momentos hace reír y también tiene actitudes abominables. En escena, el feo irresistible que vimos en "Los Simuladores", parece un gigante; café de por medio, es un hombre con mirada de chico curioso, como aquel que imitaba a Jerry Lewis en Necochea.

Peretti: Fueron mis primeras pruebas intuitivas, porque racionalmente no tenía idea de lo que quería hacer. Tenía 8 años y me probaba frente a la gente imitándolo.Cuando se daban cuenta de quién se trataba, lo sentía como un triunfo. Porque Lewis no era tan conocido como Chaplin.

Noticias: ¿Cómo llegó a la psiquiatría?

Peretti: Estaba en cuarto año de medicina y me sentía muy insatisfecho; hacía la residencia en el Hospital Fiorito y no me inclinaba por ninguna especialidad clínica ni quirúrgica... Entonces elegí la psiquiatría como lo más humanista y menos cientificista.

Noticias: ¿Trabajaba y estudiaba?

Peretti: Sí, en ese momento militaba en el PI (Partido Intransigente) de la Facultad de Medicina –ya había terminado la dictadura– y como había hecho el secundario en el Colegio Nacional Buenos Aires, me llamó la gente de Franja Morada del Colegio para trabajar como ex alumno en un cargo intermedio.

Noticias: ¿Nota semejanzas entre los jóvenes militantes de aquella época y los de hoy?

Peretti: Nosotros teníamos una fuerte expectativa con respecto a la defensa de la democracia y hoy el horizonte es distinto. Me parece bien que militen; creo que éramos más apasionados y vehementes, porque teníamos que llevar el péndulo al otro lado. Ahora es otra cosa. Pero no puedo hablar del tema en profundidad, porque no tengo conocimiento directo de jóvenes que estén militando.

Noticias: ¿Qué opinión le merecen las alianzas políticas actuales con vistas a las elecciones de octubre?

Peretti: No me parece, hasta este momento, que haya ninguna alianza estratégica con ambición de poder para transformar el país, para llegar con armas al Gobierno. Son grupos que se arman para juntar votos.

Hijo de inmigrantes –del matrimonio entre Aldo, italiano y Margarita Venegas, española– Peretti cumplió con el mandato de obtener ese título universitario "que te daba seguridad". Pero su papel de El Tarta en "Poliladron" le produjo un clic y abandonó la psiquiatría. Muchacho de barrio –criado entre Balvanera y Constitución– ahora vive en Las Cañitas, sin embargo, se declara "poco gourmet y nada consumista". Echa mano a su viejo celular, cuenta de su traqueteado y querido jeep "que le compré al flaco Menotti", de su afición a la lectura de historia contemporánea y su pasión por Mora, su hija de 9 años, que en el verano lo ayudaba a pasar letra: "Le encanta el teatro".

Noticias: ¿Cuándo empezó a estudiar teatro?

Peretti: Mientras hacía la residencia, un amigo me habló de Raúl Serrano, un gran docente. ¡Tenía que pasarme algo extraordinario para que faltara! Me sentía feliz, era una esponja absorbiendo la experiencia actoral. Podía manejar mi expresión, veían lo que yo quería que vieran y las devoluciones de Serrano eran buenas. Es muy difícil ser actor; uno depende de ese otro que tiene que captar lo que uno expresa. Vas pisando a ciegas, hasta que se da.

Noticias: ¿Cómo repone la energía que gasta?

Peretti: Hago mucho deporte, me voy de viaje con mi mujer Natalia (34), y nuestra hija. Me gusta manejar y hacer turismo aventura. Preservo mi mundo privado a rajatabla, por eso: porque es privado. Por otra parte, no es que haga un esfuerzo, no me asaltan los periodistas ni la gente. No hay un acoso... Y si me hacen una pregunta que no quiero contestar, no respondo.
Noticias: ¿Le importan los premios?

Peretti: Son un estímulo porque representan un trabajo bien hecho; pero a un actor no lo convocan porque haya sido premiado.

Con dos Martín Fierro por "Culpables" (2001) y "Botines" y "Mujeres asesinas" (2005), y un premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de Lérida, por el film "No sos vos, soy yo", dirigido por Juan Taratuto, Peretti incursionó en la televisión española, en la serie "Cuestión de sexo" y en "Fuera de juego", un film que aún no estrenó.

Noticias: ¿Cómo fue trabajar en España?

Peretti: Es muy parecido lo que hacemos acá. Para grabar la serie viví en Madrid y para el rodaje de la película, en Madrid y Valencia. ¡Qué ciudad, Valencia! ¡Muy hermosa, con un clima más benigno, más tranquila, te podés mover en bicicleta!

Noticias: ¿Pensó que la actuación no le daría plata para vivir?

Peretti: Creo que tuve suerte de entrada; hice una obra producida por Lino Patalano, "Juegos a la hora de la siesta" y después otra, "El enemigo de la clase" y Adrián Suar estuvo en el estreno. Me llamó para un piloto en "Poliladron", Pol-ka empezó a crecer y Adrián me fue ofreciendo trabajos interesantes... La tele me colmó de popularidad y no tuve la angustia de no tener dinero en la realidad... ¡pero en mi cabeza, la idea existe!... Y sí, la medicina es más previsible (hace silencio y piensa). Siendo actor, cuando no te llaman, das como un salto al vacío. Pero soy equilibrado, no me gusta pedir crédito, no tengo tarjetas.

Noticias: ¿Cuál es su mayor debilidad?

Peretti: Mi hija. Haría cualquier cosa por ella.

Noticias: Cuando está muy estresado ¿qué cosas lo serenan?

Peretti: Hacer mucho deporte y estar en soledad; es mi espacio para tomar distancia y reflexionar.

Noticias: Sin pretensiones de estresarlo, leo: "Diego Peretti, un galán atípico de nariz prominente con fama de sex symbol". ¿Se siente galán y sex symbol? ¿Alguna vez pensó en hacerse una rinoplastia?

Peretti: Lo único objetivo del texto es la nariz prominente. Lo de galán y sex symbol, debe ser porque me tocaron papeles con historias muy románticas y eso sedujo...Y no hubo una mujer que me dijera "no te doy un beso por tu nariz"... Mi nariz atrae, para bien o para mal, pero atrae.