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"Necesito saber que los hombres mueren por mí"

*Por María Eugenia Pintos. La sexóloga más famosa al desnudo. Más flaca, con nuevo look y recién divorciada, se confiesa: • "Con John nos separamos porque no éramos felices, ni el uno para el otro" •"Intenté el camino del sexo que pregono, pero un buen sexo no puede salvar un matrimonio". Una charla de alto voltaje

Palermo. Tarde fría y húmeda: un clásico del mayo porteño. En jogging y una remera adolescente con la imagen de Kitty, Alessandra (37) mira cada tanto por la ventana del hotel boutique donde se aloja, y de a ratos la pantalla de su Blackberry.

Un batallón la prepara para el primer programa de Susana 2011. Suena Ednita Nazario, su cantante-ídolo portorriqueña, "por las canciones de amor y desengaño con las que cualquier mujer puede sentirse identificada", decreta.

Alessandra hoy: treinta kilos menos vía un by pass gástrico, un divorcio recién salido del horno, y lanzada a duplicar o triplicar su carrera. Veamos: sábados, programa en Canal 10 de Uruguay); negocia la versión latina de Universo Alessandra-, en agosto o septiembre, guía práctica de sexo para padres, con ganas de entrar en la tele criolla... Y unos cuantos etcéteras más.

-Sos insaciable.
-¡Tengo fuego por todas partes! ¡Estoy en llamas! ¡Soy tremenda! -¿Es la marca de tu signo? -Por supuesto: soy Aries con ascendente en I^o, y Tigre en el horóscopo chino. ¡Pólvora pura! -¿Sos la mejor alurnna de tu enciclopedia sexual -¡No! Si hay una verdad, es que el sexo no es el secreto para mantener unida a una pareja. Si fuera así, los sexólogos jamás nos separaríamos.

-Pruebas al canto: acaba de pasarte a vos. ¿Por qué no duró tu matrimonio con el músico John Hernández? ¿Palló la cama, o qué? -No, nada que ver...
-¿Qué pasó? -Nos queremos mucho y bien, pero si seguíamos juntos podíamos terminar como la pareja del film La guerra de los Roses.

-Quererse y llegar a matarse aplastados por una araña... Es muy raro.
-Yo no era feliz y él tampoco, por motivos que no tienen que ver con lo afectivo.

-¿Por qué te casaste? ¿Por qué corriste el riesgo? -Creí que era una decisión correcta. Y lo mismo creí al separarme. Fue lo mejor para los dos.

-¿Qué se acabó?¿El misterio, la pasión...? -Es más complejo. Nos dimos cuenta de que no éramos el uno para el otro. Subimos al auto, fuimos al tribunal y nos divorciamos de absoluto y común acuerdo. Fue difícil, pero lo más honesto. Me casé con la convicción de que sería para toda la vida, y me separé segura de que no sería así.

-¿Dolió? -Sin duda. Mucho. John era mi marido, mi confidente, y el hombre que dormía a mi laclo todas las noches.

-¿Y ahora qué? -Estoy más tranquila y en busca -¡otra vez!- de la felicidad.
-¿Usa búsqueda incluye tus treinta kilos menos, tu nuevo look, tus proyectos? -Eso no fue planificado. En la vida, las cosas suceden y punto. Gorda me sentía enérgica, pero era falso. Yo soy muy eléctrica, pero empecé a hacer yoga y descubrí mi silencio interior.

-¿Ahora, armonía total? -No... Después del by pass gástrico me cuesta dormir, y no logro apagar mi cerebro: pienso, pienso, pienso... Pero ya lograré el equilibrio entre la ansiedad y la serenidad.

-¿Te pesa la soledad? -Como a todos. Pero la compenso cultivando mi lado creativo. Hoy sé muy bien qué quiero hacer con mi carrera y mi negocio.
-¿Estando gorda, bajó tu autoestima? -No. Mi seguridad, gorda o flaca, es la misma.
Además, soy puertorriqueña.

-¿Qué significa eso? -Que los estándares de lo adecuado, aceptado y bonito no son lo mismo en mi país que aquí. En Puerto Rico la mujer es linda si es muy coqueta (peluquería, uñas pintadas, etcétera), pero aquí la linda es la flaca. No lo entiendo.
-¿Por qué? -Porque para mí la belleza no pasa por la flacura.

-¿Cómo fue tu vida después del by pass? -Nada fácil. Dos meses a puré. Siete meses sin carnes rojas, que adoro. Los atracones, imposibles: no me cabe tanta comida, ni puedo -como antes- canalizar mi ansiedad comiendo. Hoy, en vez de comer mucho, exploro mi parte creativa.
-Fantasía inevitable: los hombres, al saber que te divorciaste, avanzan como lobos hambrientos.' ¿Tenés más levante, como decimos en estas playas? -¡No! Tengo la misma cantidad que antes. O peor: se acercan menos. Creo que divorciada... ¡les doy miedo! -¿Por qué? -Porque casada el levante es una fantasía de los hombres, pero saben que es imposible. En cambio divorciada lo ven posible, y...

-¿Arrugan? En este país le decimos así.
-Sí, eso. Y me da risa, porque nunca sentí que mi profesión fuera un escollo para mis relaciones personales. Súmale que hablo de sexo, que soy joven, que hablo con acento caribeño: ¡una bomba! Pero en realidad soy muy, muy normalita.
-¿Poco sexo personal? -En mi vida hay fuego y pasión, pero no voy por esta vida teniendo sexo todo el día. Creo que soy inteligente, informada, simpática, buena persona, y no tengo mala onda. Como toda chica, quiero sentirme deseada... Es más: necesito saber que los hombres mueren por mí.

-¿Algún romance concretado o en camino? -Estoy... conociendo a algunas personas... No me quedo sentada en mi casa. Si me invitan a salir, ¡voy! Estoy abierta. U experiencia del romance me gusta...
¿Por qué no vivirla? Pero no estoy enamorada ni de novia. -¿Quiénes se acercan más? -Los más jovencitos. Es raro, porque no estoy acostumbrada. Para mí, los de veintipico son como niños. Tal vez intimido a los más grandes, porque se acercan menos..

-¿Cómo tiene que ser tu próxima pareja? -No quiero imaginarla: quiero que me sorprenda. No quiero que sea de tal o cual forma y manera. Pero eso sí: debe ser inteligente y tener sentido del humor. Sin eso, ¡borrado! -¿Y en materia de sexo? -Me encanta el sexo, pero no es lo único. No quiero compartir mi futuro con alguien que sólo busque sexo.
-Te casaste con John Hernández en junio del 2007.

No llegaron a cuatro años de matrimonio. ¿No es un plazo demasiado corto para decir "adiós"? -No. Cuando ambos se dan cuenta de que la relación no funciona ni los hace felices, no importa el tiempo: cuanto antes se corte, mejor. Estirar una relación es enfermizo.

-Admitamos tu teoría de que el sexo en la pareja no lo es todo. ¿Pero, intentaste aplicar a esa historia algunos de tus consejos sobre la sexualidad? ¿No pudo ser un salvavidas? -Hubiera sido totalmente inútil: el sexo no salva al matrimonio. Cualquiera que haya estado casado sabe que esa unión tiene infinitas fases mucho más importantes que la fase sexual.
-Pero también parece cierto, según media biblioteca, que no hay buen matrimonio sin buen sexo.
-Mira: es posible tener el mejor sexo del mundo, pero eso no garantiza un buen matrimonio. ¡Sí! (se ríe) Por supuesto que probé muchas de las cosas que pregono en mis libros y mis programas, y que me parecen infalibles.

-¿Cuáles por ejemplo? -No te voy a contestar, porque no viene al caso. Lo privado es lo privado.
-¿Ser madre es una materia pendiente? -De alguna manera, Dios me va a poner esa experiencia en el camino. Tengo fe. No sé cuándo, pero vendrá. Todavía tengo tiempo. No estoy en el límite de la oportunidad, ni tiene que ocurrir mañana.

Es una cuestión demasiado seria como para hablar de ella así como así.
-Pero la curva de la fertilidad no es eterna.

-Es cierto. Pero mi reloj biológico no está sonando con la estridencia de un despertador.
-¿Qué dice sobre eso tu ansiedad? -Algo, sin duda. Pero cuando habla la ansiedad, la equilibro con mi silencio interior. Todo llegará a su tiempo.

-Tenés planes muy ambiciosos sobre tu carrera y tu negocio: programas de tevé, más libros, más clases, versiones latinas para casi todos los países de la región, etcétera. ¿Podrás? ¿No es abarcar demasiado? -No. Si de algo estoy segura es de mi energía, de mi electricidad, y también de mis límites. Jamás daría un paso más allá de lo que soy capaz. Querer es poder, y yo quiero y puedo hacer lo que me propongo.

-¿Y también algo más, si hubiera mucho dinero en juego? -No. Ni por todo el oro del mundo, porque eso sería confundir el trabajo con la locura, la sensatez con la insensatez.