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Multitudinaria marcha por la muerte de Juan Viroche, el cura de Tucumán que denunció a narcos

Mientras las fuerzas policiales sopesan si se trató de suicidio o asesinato, vecinos se movilizaron para reclamar justicia por Juan Viroche.

Los vecinos de la localidad tucumana de La Florida realizaron ayer durante la tarde una marcha de silencio para pedir el esclarecimiento de la muerte del sacerdote Juan Viroche, quien denunciaba la violencia y la venta de drogas y apareció ahorcado en su parroquia.

La marcha partió desde el ingreso a la localidad de La Florida, a unos 65 kilómetros de la capital provincial, hasta la parroquia Nuestra Señora del Valle, donde ayer fue encontrado el cuerpo cura.

Además, los vecinos anticiparon que hoy se realizará una segunda marcha, esta vez desde La Florida hasta la Plaza Independencia, frente a la catedral, en pleno centro de San Miguel de Tucumán.

En tanto el Arzobispado de Tucumán mostró su "pesar y dolor" por la muerte del sacerdote, y expresó que espera "un pronto esclarecimiento del hecho". En tanto, José Cano, presidente de la UCR de Tucumán y titular del Plan Belgrano, señaló que la muerte del cura "apaga una voz valiente en la lucha contra los narcos".

A través de un comunicado hizo referencia a la muerte de Viroche: "Comunicamos con dolor que el padre Juan fue encontrado muerto en circunstancias que se están investigando".

"La justicia está actuando y ha ordenado la autopsia a fin de determinar con claridad las causas de su muerte. Esperamos un pronto esclarecimiento del hecho y confiamos en la acción de la justicia", expresa.

La Iglesia remarcó además su intención de colaborar en todo lo que dependa de ella en torno de la investigación y manifestó que acompaña a la familia de Viroche y a los fieles de la parroquia en su dolor por la pérdida de su pastor.

Según catequistas y allegados a la comunidad parroquial, Viroche les habría dicho a algunos allegados en los últimos días que había pedido el traslado a otra localidad, a causa de las amenazas que había recibido. Aseguraron a la prensa que el sacerdote esperaba que el arzobispo Alfredo Zecca lo trasladara de parroquia, ya que estaba muy atemorizado.

En un artículo, la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), informó: "A raíz de los robos reiterados que sufrió el año pasado, el sacerdote resolvió enrejar la iglesia, y responsabilizó por los hechos delictivos al avance del narcotráfico que 'corrompe' a adolescentes y jóvenes de la zona". 

La situación de violencia venía siendo denunciada por el sacerdote y un último testimonio quedó en su cuenta de Facebook en la que, entre otras cosas, recordó la muerte a golpes de un joven y señalaba: "Constantemente hay robos de moto, celulares y mas venta de drogas, y ojalá las realidad cambie, pero que cambie para bien, no soy profeta de calamidades pero esto está poniéndose muy feo".

Fuente Télam