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Muerte de Lautaro Alvaredo: buscan a otro sospechoso y analizan las coincidencias con el caso Báez Sosa

El presunto agresor fue identificado, pero está prófugo. Al igual que en el asesinato ocurrido en enero de 2020, la Justicia se centra en investigar la “división de roles” de parte de los agresores y en la presunta intencionalidad de matar.


A una semana de la muerte de Lautaro Alvaredo, el joven de 19 años atacado a golpes a la salida de un boliche en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, la Justicia se centra en la búsqueda de un tercer agresor y la hipótesis del caso es similar a la de Fernando Báez Sosa.

Según indicó a TN un vocero de la causa, hubo una “división de roles” por parte de los atacantes y hubo también intención de matar. De allí las coincidencias, en cuanto al abordaje investigativo, con el caso del joven asesinado en Villa Gesell.

Esto explica la acusación que recae sobre los dos detenidos que tiene actualmente la causa: Fabricio Román Stella, de 18 años y que -según los detectives- le dio la trompada en la nuca que provocó que Lautaro cayera al suelo; y Ian Noguera, de 19 años y señalado como el responsable de la patada en la cabeza que dejó con muerte cerebral a la víctima.

Las coincidencias con el caso Fernando Báez Sosa

“En el ataque intervinieron tres personas. Ahora estamos trabajando sobre esa tercera persona, que ya está identificada pero sobre la cual no podemos referir más detalles para no entorpecer la investigación”, mencionó el vocero.

A Noguera y a Stella se les imputa un homicidio agravado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en los términos del artículo 80 incisos 2 y 6 del Código Penal.

La figura, similar a la que valió la condena a prisión perpetua a cinco integrantes del grupo -en su mayoría, rugbiers del club Náutico Arsenal de Zárate- que asesinó a Báez Sosa, también recae sobre el tercer sospechoso que, por el momento, permanece prófugo.

“Los tres son coautores; los tres intervinieron siguiendo una división de roles; y los tres deberán responder por eso”, situó la fuente, y se refirió al accionar del tercer atacante: “Interviene junto a Stella en el momento previo a la caída. Le pega una patada a Lautaro”.

La hipótesis en relación a la presunta intencionalidad de matar se determina, según la fiscalía, a partir “de un aprovechamiento de la superioridad numérica”.

“Eran dos contra uno, y hay un tercero -Noguera- que se suma cuando la víctima ya estaba indefensa. El dolo homicida surge inequívocamente del propio video y cómo finalizó la secuencia”, explicó la fuente.


“Necesitamos saber quién es el de la motito blanca”

Los familiares de Lautaro, por su parte, lanzaron una campaña para encontrar a ese tercer atacante. “Necesitamos que nos ayuden para que paguen todos los que tienen que pagar. Les pedimos de corazón a quienes sepan quién es el de la motito blanca que nos aporten datos, así lo encontramos y nuestro hijo puede tener justicia y descansar en paz”, publicaron Tamara y Diego, padres de Lautaro, en sus redes sociales.

En paralelo, la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Temática de Homicidios de La Matanza, a cargo del fiscal Matías Folino, continúa recibiendo declaraciones testimoniales, mientras aguarda por el informe final de la autopsia y el resultado de pericias vinculadas a los videos del caso.

En la madrugada del 6 de noviembre, Lautaro salió a bailar con amigos a “Cyrux”, situado en la Avenida Luro al 5700. El joven no era fanático de la vida nocturna: prefería juntarse en alguna casa, escuchar música y tocar la guitarra.

Hacia el final de la noche, uno de los amigos de la víctima acusó a otro joven de romperle los anteojos, lo cual derivó en una discusión que segundos después sumó otros actores y motivó a la seguridad del local a echar a ambos grupos. Fue el inicio de la pesadilla, y la primera de las coincidencias con el caso Fernando Báez Sosa: una pelea trivial que deriva en un horror incomprensible.

Ya en la calle, cerca de las 7 de la mañana del lunes, Lautaro recibió un golpe en la nuca que lo tumbó en el suelo. Segundos después le asestaron una patada en la cabeza que lo dejó inconsciente. Horas más tarde, el diagnóstico de los médicos fue demoledor. “Tiene muerte cerebral”, fueron las palabras que escucharon sus padres. El corazón del joven se apagó, finalmente, el viernes 17.

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