Pedro Pablo Mieres tenía 37 años y una vida dedicada al conocimiento, la solidaridad y la música. Fue hallado sin vida este martes en su departamento del barrio Hipódromo de La Plata, y la autopsia confirmó lo que ya se temía: murió por asfixia mecánica provocada por estrangulamiento. El hallazgo de su cuerpo, desnudo, maniatado y con signos de violencia, dejó atónita a toda la comunidad educativa de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde se desempeñaba como secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Exactas.
La escena fue descubierta por un compañero de trabajo que, preocupado por su silencio, se acercó hasta la vivienda de la calle 115, entre 46 y 47. Al ingresar, se encontró con el cuerpo atado con los cordones de sus propias zapatillas, el rostro golpeado y una marca evidente en el cuello. Una remera en el lugar podría haber sido el arma homicida, aunque los investigadores no descartan que el asesino haya usado sus propias manos.
Si bien una de las hipótesis iniciales apunta a un crimen en ocasión de robo —faltaban objetos de valor, dinero en efectivo y su celular—, no se forzaron puertas ni ventanas, lo que refuerza la sospecha de que Mieres conocía a su atacante. Algunos electrodomésticos habían sido preparados para ser sustraídos, pero quedaron abandonados, como si algo hubiera interrumpido la huida.
Durante la madrugada anterior al hallazgo, algunos vecinos escucharon gritos provenientes del departamento, pero no dieron aviso a la policía creyendo que se trataba de un televisor encendido.
La Unidad Fiscal de Instrucción N°6 de La Plata, a cargo del fiscal Gonzalo Petit Bosnic, trabaja junto con la DDI en la recolección de pruebas. Una huella dactilar hallada en el lugar será peritada, y también se están analizando grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona. La pareja de Mieres declaró que se encontraba de viaje al momento del crimen y su coartada está siendo verificada.
Mieres, oriundo de Neuquén, había llegado a La Plata para estudiar Biotecnología. Su compromiso social lo llevó a integrar las Brigadas Ramona Medina durante la pandemia, y a trabajar como vacunador en el Hospital San Martín. También era profesor de química en una escuela secundaria y un ferviente promotor de la educación pública.
La Facultad de Ciencias Exactas expresó su profundo pesar por la pérdida y recordó a Mieres como una persona cálida, solidaria y comprometida con los estudiantes. "Su paso por nuestra institución dejó una huella imborrable", afirmaron en un comunicado. Como símbolo de duelo, las puertas de la facultad permanecerán entornadas.
Mientras su entorno lo despide entre lágrimas y homenajes, la investigación continúa sin detenidos, con la esperanza de que la justicia encuentre pronto una respuesta a un crimen tan brutal como incomprensible.
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