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Más restricciones a las carnes

Las nuevas medidas restrictivas de Moreno pueden traer consecuencias desastrosas, como ocurrió en el pasado reciente.

COMO si fuera poco el daño provocado por el gobierno nacional a la ganadería vacuna, el secretario de Comercio Interior, ejecutor de los perjuicios, se propone ahora darle un nuevo impulso a su tarea destructiva. Como consecuencia de la persecución ejercida por la política oficial sobre los productores ganaderos a partir de 2006, acentuada por la sequía durante 2008 y la mayor parte de 2009, el inventario ganadero perdió diez millones de animales, y descendió estimativamente de 60 millones a 50 millones, es decir, un grosero 13 por ciento. A partir de allí, la reducción de la oferta de ganado para faena dio lugar a un fuerte aumento de los precios del ganado y de la carne vacuna.

Tratando de morigerar el daño, se otorgaron subsidios al engorde de animales alimentados con granos en corrales, que han dejado como lastre una deuda del orden de los 600 millones de pesos a cobrar según se estima recién después de satisfacer similares compromisos con la industria molinera, que reclama 2000 millones, y de las granjas avícolas, también en la fila de los acreedores.

Ahora, ante un nuevo pico de aumento de los precios de la carne, Guillermo Moreno citó a los empresarios para anunciar sus instrucciones destinadas a contener los precios del ganado y de la carne vacuna. Se trata de la reiteración de medidas cuya consecuencia será retardar la saludable retención de vientres iniciada un año atrás, destinada a recomponer los planteles. Mientras tanto, se acaba de conocer la reducción de las exportaciones del producto del primer trimestre del año en un gigantesco 41 por ciento respecto de igual tramo de 2010, en este caso en clara contradicción con los objetivos puestos en práctica para detener la paulatina erosión del saldo de la balanza comercial externa, cuya respuesta por parte de los socios comerciales, y particularmente de Brasil, ha sido contundente. La nueva vuelta de tuerca sobre la exportación se nutre con mayores restricciones a las exportaciones y la reiterada obligación de volcar al consumo una tonelada de carne por debajo del costo por cada dos y media destinadas a la exportación.

En tanto esto ocurre, este año se repetirá el déficit de abastecimiento de la cuota Hilton de la Unión Europea de carnes de alta calidad, que debe ingresar en puertos europeos entre el 1° de julio y el 30 de junio de cada año. Se trata de 28.000 toneladas de carnes de muy altos precios, cuyo defecto de abastecimiento afecta a ganaderos, industriales y por cierto a los ingresos externos. Los barcos frigoríficos que zarpan de puertos locales después de los primeros días de junio no llegan en término para entregar los productos, y el costo de los que se envían por avión esteriliza la ventaja de precios aludida.

Reiteradas demoras en la asignación de las cuotas a las empresas exportadoras y en la asignación de los permisos de exportación son, entre otros motivos, las causantes de tal desatino. Así, en el período 2009-2010, el incumplimiento alcanzó las 10.000 toneladas y el correspondiente al período actual será de 2000 más. Se añade a lo descripto una gran crisis industrial frigorífica con numerosas empresas en venta que no hallan respuesta, con cierres de operaciones industriales y varias otras convocando a sus acreedores, todo ello con gran desempleo. Nada más aconsejable entonces que reclamar a Moreno y a sus mandantes la eliminación de restricciones y persecuciones, cuyos desastrosos resultados son conocidos aquí y en el mundo entero.