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Mariano Iúdica, el mejor de su generación

Con su sello particular jugó en toda la cancha y demostró ser un animador de éxito en distintos roles y programas.

En esta página nos gusta, cada algunas semanas, reivindicar y valorar el laburo de la gente del medio. Hablamos de Verónica Lozano "la todoterreno"; Guillermo Francella "el imbatible"; Marcelo Tinelli "el nuevo Olmedo"; Mariana Fabbiani "la gladiadora"; Julián Weich "el guerrero solitario".

Hoy hacemos mención al trabajo de Mariano Iúdica, otro número uno de la tele que hizo su carrera desde la base misma del medio hasta posicionarse -con su estilo- como un referente del entretenimiento.

Multifacético, Iúdica ha demostrado ser el maestro de ceremonias perfecto para un gran show en vivo como el del "Soñando por cantar" -programa que está en sus finales- y que lo consagró como líder de rating en el 2012; anfitrión ideal para este tipo de programas masivos.

También supo ser el aguerrido cronista en permanente búsqueda del título de cada nota que le tocó presentar en los móviles de "Este es el show", transmitiendo la adrenalina de impacto en un programa de la tarde.

En "La cocina del show" apareció el Iúdica más divertido e histriónico, un animador en su mejor forma que se permitía llevar el tono a tope, cantando, bailando, entreteniendo un programa ómnibus.

Este año enfrentó el desafío de conducir un programa que se fue convirtiendo en un ciclo de espectáculos aunque no fue concebido como tal: "Dale! la tarde", que a pocos días de llegar a su fin lo mostró en una nueva faceta.

Mariano Iúdica empezó como técnico detrás de cámara, fue productor y luego pasó al rol de cronista y al piso de "Venite con Georgina" con quien hizo gran dupla en televisión. Actor de comedia probadísimo, acompañó a Gerardo Sofovich hasta llegar a la factoría Ideas del Sur donde tuvo su salto cualitativo desde la pantalla de El Trece.

Un auténtico laburante que, lejos de buscar sus "quince minutos de fama", hizo la escuela de la televisión desde el pre escolar hasta graduarse. Dueño de su estilo particular -condición fundamental  para diferenciarse e identificar al público y tener sello que se instala y traspasa la pantalla- sabemos que Mariano Iúdica, más allá de la coyuntura televisiva que lo atraviesa, es un conductor hecho y derecho, instalado en el medio y con mucho más para dar.