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Mariana Antoniale quiso sorprender a Jorge Rial

“Una vez le hice bife a la criolla y los huevos estaban podridos”

Nota extraída de la revista Pronto.

Además de participar en desfiles y hacer campañas publicitarias, se incorporó a La Pelu, con Flor de la Ve, y estudia ofertas para hacer teatro en Mar del Plata o Carlos Paz, Mientras, no descuida su romance con el conductor de Intrusos, con quien suele ir a cenar afuera, sobre todo desde que Loly intentó cocinar una exquisitez...

En el último tiempo le pasaron muchas cosas, pero así y todo ella no pierde la calma y conserva su manera de hablar pausada. A los 24 años, Mariana "Loly" Antoniale asegura que está más enamorada que nunca de su novio, Jorge Rial (50), y cada vez que lo nombra sus ojitos adquieren un brillo especial. La modelo cordobesa, integrante de la agencia de Leandro Rud, cuenta que no le fue fácil asimilar la noticia del fallecimiento de su papá, Luis, pero que gracias al apoyo y la compañía del conductor de Intrusos, pudo salir adelante. Hoy, volvió a recuperar la sonrisa, y se anima a una charla íntima con Pronto. "¿Cómo estoy? Muy bien, contenta, feliz. Fue un año bastante movidito, pero estoy bien, disfrutando de la vida. Estoy súper enamorada, y además con mucho trabajo: todos los lunes estoy en La Pelu, el programa de Flor De la Ve, y como ahora arranca la temporada alta de los desfiles, estoy promocionando las colecciones de primavera-verano. A eso le sumo muchos viajes, más desfiles, gráficas, y hasta tengo propuestas para hacer temporada de teatro en Carlos Paz y en Mar del Plata", cuenta.

-Si hacés temporada, te tenés que separar en el verano de Rial.
-Me estoy preparando en baile, pero todavía no tengo bien en claro qué quiero hacer. Si Jorge se queda en Buenos Aires y yo me instalo en Carlos Paz, se nos va a complicar bastante. El me dijo que puede salir los viernes para Córdoba y volver el domingo a la noche, pero igual no va a ser fácil. Estamos acostumbrados a estar tan pegados que nos resultaría jodido separarnos. Igual, todavía no está definido, no sé qué vamos a hacer.

-¿Cómo marcha la relación?
-¡Excelente! Muy, muy bien. Encontré al hombre de mi vida. Disfrutamos de cada momento juntos, de salir a almorzar, de estar viendo una película. Y los planes no siempre son de a dos: nos encanta estar con sus hijas, con mi prima Melina y el resto de mi familia. Estamos muy bien.

-¿Conviviendo?
-Y... pasamos mucho tiempo juntos. No sé si a eso lo podemos catalogar de convivencia, pero prácticamente nos la pasamos juntos. Cada cual tiene su casa, pero casi no nos despegamos.
-¿Qué te enamora tanto?
-La personalidad que tiene, el amor que me brinda, cómo me cuida, y el trato que tiene con sus hijas. Yo lo veo y no puedo dejar de admirarlo: es un gran padre y un gran hombre. Está todo el tiempo al cuidado de que me sienta bien, de que mi familia se sienta tranquila mientras yo esté a su lado. Este año para mí fue muy intenso, y siento que hace mucho que estamos juntos con Jorge. Está todo muy bien. No bien se conocieron, salió la noticia del romance. Es cierto, no hubo mucha previa. Si bien lo conocía de ir a su programa, este verano nos encontramos en un evento, nos intercambiamos los pin y ahí empezó todo. No bien empezamos a salir, saltó la noticia, y se dio todo de golpe. ¡Siento que hace años que estamos juntos!
-¿Te hubiese gustado mantenerlo un tiempo en secreto?
-No, lo viví con naturalidad. Al principio fue muy fuerte, tapa de todas las revistas, e incluso hasta el día de hoy nos sigue sorprendiendo que nos persigan los fotógrafos por todos lados. Es fuerte, y yo no tenía idea de lo que se iba a venir cuando empezamos a salir. En Roma y en Venecia, cuando nos fuimos de viaje, me divertía que nos siguieran los paparazzi, pero cuando vinimos siguió todo. Aún nos siguen haciendo guardias, y me pregunto: "Bueno, ya está, ya tienen la foto, ¿qué más quieren?".
-Ahora queremos verte con pancita.
-(Risas) Sí, ya sé que quieren todo: la panza, el casamiento, los anillos. Nada de eso por ahora: nosotros vamos tranquilos, disfrutando el día a día, aunque es cierto que tenemos muchos proyectos de pareja.

-¿Soñás con casarte y tener hijos?
-¡Por supuesto! Me encantaría, obvio, sino, estaría perdiendo el tiempo. Sin duda que quiero tener mis hijos y casarme.

-¿Y Rial qué dice?
-El también quiere, ¡por algo estamos juntos! Si uno desea una cosa y el otro apunta a otro lado, no podríamos estar juntos. Tengo 24 años, y anhelo casarme y formar mi propia familia. No estoy diciendo nada del otro mundo, es lo que sueña cualquier mujer.


-El tiene dos hijas, podría plantarse ahí.
-Sí, pero no es el caso. Jorge quiere formar una familia conmigo, ya lo hablamos. No nos ponemos plazos porque será cuando Dios quiera. Soy joven, dejo que la vida me siga sorprendiendo.

-¿La diferencia de edad afecta?
-No, para nada. Somos muy compinches. Igual, tengo muy en claro que yo me acoplé a la vida de él: lo banco y lo estoy siguiendo a él. Soy su compañera.
Jorge obviamente que responde. Cuando falleció mi papá, por ejemplo, fue un alivio tenerlo a él y a las nenas en ese momento. Hizo todo lo posible para que me sintiera mejor.

-De hecho, fue Rial quien te acercó a tu papá.
Es cierto, porque yo no tenía tanto trato con mi padre. Jorge me incentivó a verlo, y mi papá estaba contento de conocerlo a él. Papi nunca perdió el conocimiento, y se puso feliz porque me vio bien. Mi mamá, en cambio, al principio tenía miedo con nuestra relación. Hasta que después se relajó, está más que tranquila.

-¿Cómo le presentaste a Rial a tu mamá?
-Soy muy pegada a mi mamá, tenemos una relación súper especial, y era imposible ocultarle esto. Cuando sentí que mi relación con Jorge iba en serio, supe que tenía que contárselo. Una vez, estábamos juntos con Jorge y sonó el teléfono. "Hija, ¿con quién estás?", me preguntaba mi mamá del otro lado de la línea. "¿Por qué mami?", le decía yo, tirándola afuera. "Porque estás con alguien, no me podés mentir a mí", me retrucaba. Encima Jorge me pedía el teléfono, para hablar él con ella.

-¿Y se lo pasaste?
-¡Nooo! Entonces, mi mamá me preguntó el nombre de la persona con la que estaba.
"Ricardo", le dije, porque es el segundo nombre de Jorge. "No, nena, vos no tenés ningún amigo Ricardo", insistía ella. "Mariana, me estás mintiendo", me decía, como retándome. El quería hablarle, pero yo pensaba que si le daba el teléfono, mi mamá se moría del miedo. Cuando no me quedó otra, le dije que estaba con Jorge, "mi tío". Y ella lo sacó al acto: "¡¿Estás con Jorge Rial?! Hija, Mariana, me vas a matar, ¿qué querés?". Después, ese mismo fin de semana, mi mamá viajó de Córdoba, y se conocieron.

-¿Cómo fue el encuentro?
-Mi mamá, Beatriz, tenía muchos nervios, porque Jorge es una figura muy importante.
Cuando se vieron, se pusieron a hablar, y él le dijo que se quedara tranquila, que me iba a cuidar. Hoy, está todo más que bien. Es más, como yo nunca tengo mi teléfono encima, mi mamá lo llama a Jorge directamente para preguntarle por mí. Tienen una excelente relación, él conoce a toda mi familia.

-Tenés un hermano, Sebastián. ¿Te cela?
-Sí, sí. Estuvo muy celoso cuando se enteró. No estaba enojado, pero sí un poco celoso porque soy su única hermana y siente que le pertenezco. Sebas tiene 26 años, es súper protector, me re cuida, pero cuando lo conoció a Jorge quedó encantadísimo. Ahora se hablan por teléfono, está todo súper bien, ensambladísimo. Gracias a Dios, las cosas suceden por algo, y ahora nosotros estamos disfrutando.

-¿El mejor plan cuando están solos?
¡Dormir! No hay nada mejor que estar en la cama mirando tele. ¡Eso es genial! Vivo a mil, y él también, entonces no vemos la hora de tirarnos a dormir. Por lo general, nos encontramos a la tarde o nochecita, bajamos dos cambios, miramos tele y comemos algo rico.

-¿Le cocinás?
-Sí. Igual, él prefiere que salgamos a comer afuera. A Jorge le gusta la buena comida y salir a cenar. Te voy a contar una intimidad: una vez le hice bifes a la criolla y me salieron riquísimos. También le cociné unas milanesas bárbaras. Después, él me acostumbró tanto a salir a comer, que dejé de cocinar. Entonces, cuando quise volver a hacer los bifes a la criolla, tuve un percance.

-¿Qué pasó?
-Iba todo bárbaro, hasta que le puse los huevos. La cuestión fue que terminé de hacer la comida, y empecé a sentir un olor feo. ¡Los huevos estaban podridos! Me arruinaron la comida, pero me había costado tanto trabajo hacerla, que se la di igual. Me hice la romántica, apagué las luces y puse velas, pero en realidad quería que no se viera tanto la comida, ¡ja! No hubo forma de arreglar nada.

-¿Comieron eso igual?
-Intentamos, pero no pudimos. Mientras servía la comida, estaba tentada de la risa.
"No puede ser tan asqueroso esto", pensaba. Al final, comimos un poco y después lo tiramos. Jorge no me dijo nada, le gusta todo lo que hago, es un amor.
Se lo nota muy enamorado.
Sí, ¡qué lindo! Y yo también lo estoy, somos muy felices.

-Con sus hijas, Morena y Rocío, ¿cómo te llevás?
-Genial, somos re compinches. Nos queremos mucho y también quieren mucho a mi familia. Las nenas día a día me sorprenden, porque me respetan y me brindan mucho cariño. Todos los fines de semana estamos juntas, porque ellas van a la casa de Jorge. Tenemos un vínculo muy lindo y especial.

-¿Es cierto que las sentís tus hijastras?
-No, eso quiero aclararlo porque salió esa frase que nunca dije. Las nenas tienen a su mamá, y yo soy la novia del padre. No soy ni la madrastra ni nada que se le parezca.
Soy compañera de su papá y de ellas. Nos encanta salir de compras juntas, nos divertimos mucho.