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"Maravilla" Martinez: contratiempos que opacaron la velada histórica

La organización de la velada en la cual "Maravilla" defendió su título no pareció estar a la altura del acontecimiento y terminó con un reprobado.

Más allá de la lluvia, que estaba anunciada desde hacía varios días y no falló, los encargados de llevar adelante la jornada boxística en la cancha de Vélez Sársfield no cumplieron con las expectativas de una reunión de clase mundial.

Desde el vamos, la velada arrancó una hora más tarde de lo anunciado, por lo cual el público y la prensa tuvieron que esperar dicho tiempo para ingresar al estadio José Amalfitani, haciendo cola bajo la lluvia que recién comenzaba a amenazar.

Luego, la pelea entre el dominicano, radicado en Buenos Aires, Diego Pichardo y el español Iván Ruiz, que iba a ser a 10 rounds por el título Latino FIB de los gallos se modificó sin previo aviso y se acortó a seis capítulos.

Lo mismo sucedió con el combate entre el argentino Damián Marchiano y el español Franco "Kiko" Martínez, que iba a ser por el titulo Fedelatin AMB supergallo pero fue acortado a seis asaltos (igualmente terminó en dos).

Durante los combates preliminares, donde hubo varios resbalones de los boxeadores, quedó en evidencia que el techo que se colocó sobre el ring no era lo suficientemente grande como para evitar que el mismo se humedeciera.

Otro tema que molestó a la gente fue la estructura de las torres que sostenían las luces, el sonido y el techo sobre el ring, que por su voluminosidad obstruían la visión del público.

Este último no es un detalle menor, ya que las personas ubicadas en las populares, que pagaron precios relativamente módicos, tuvieron que seguir la pelea por las pantallas Led, pero las que estaban en las primeras filas del campo de juego, que pagaron hasta 5 mil pesos, también.

Pequeñas manchas en una velada que pretendía emular a las grandes citas de Las Vegas o Nueva York pero que, a la luz de lo expuesto, quedaron sólo en intenciones