Manso: "La belleza nos salva de la locura"

Soy muy feliz con mi trabajo y quiero hacerlo de manera honesta. Creo que cualquiera que haga lo suyo en forma honesta de algún modo lo hace bien.

Su balcón tiene una jaula de madera con la puerta abierta. Todo un símbolo. En otra habitación de la casa, está el canario que le regalaron, en jaula con puerta cerrada. Al principio, Leonor lo soltaba en su escritorio para que el bicho no se olvidara del placer del aleteo. Hasta que se dio cuenta de que el pájaro se alteraba mucho, era un flaco favor el que le hacía a quien solo sabía de vivir en cautiverio. El balcón es un pulmón verde, un microclima amoroso que sirve de marco al living en donde ella nos espera con café caliente y almendras. Verde que te quiero verde, un empecinamiento de la vida por abrirse paso y mostrar su belleza. La belleza es uno de los temas que Leonor hoy tiene en la punta de la lengua. El personaje que interpreta de modo impecable en "El cordero de ojos azules" (acompañada por Carlos Belloso y Guillermo Berthol y dirigida por Luciano Cáceres) tiene este mambo de lo bello, lo feo, el amor y la traición. Además de ser parte del elenco de "Los poetas de Mascaro" (sábados a las 18, en el teatro de la Cooperación), acaba de probarse en un nuevo reto: fue la directora escénica de la ópera Lucia

di Lammermoor, de la Juventus Lyrica.

Noticias: ¿Cómo se hace para hacer tanto y tan bien?

Leonor Manso: Eso de bien, no sé. Lo que sé es que soy muy feliz con mi trabajo y quiero hacerlo de manera honesta. Creo que cualquiera que haga cualquier cosa en forma honesta, lo hace bien. El tema es cuando estás escindido, cuando estás en un lugar haciendo algo y en realidad no estás ahí, y eso no te importa y lo hacés más o menos. Yo creo que ese es un peligro muy grande para las personas porque uno es lo que hace. Eso me lo enseñaron mis padres, y no con palabras, los vi haciendo todo con amor. Hacer con amor es hacer lo mejor posible.

Noticias: ¿A que se dedicaban sus padres?

Manso: Mi padre era colectivero y mi madre ama de casa, pero todo lo hacían de esa manera, con la actitud de "yo soy esto que hago entonces trato de hacerlo lo mejor posible por mí y por los demás".

Noticias: ¿Empezó estudiando biología?

Manso: Sí, no tengo ningún antecedente artístico en la familia pero mi primo Roberto Castro, que es actor y director, empezó a ir a un grupo de teatro cuando estaba en la secundaria y me llevó. A mí me encantó porque nos encontrábamos, leíamos cosas, hablábamos sobre lo que leíamos. Yo era muy tímida, sigo siendo muy tímida, un poco el carácter ariano a veces sale pero en general es lo que ves acá... sereno, muy bajo perfil. A mí me gusta mucho la tranquilidad, lo sereno... me siento muy bien así, en mi casa, con amigos, conversando tranquilamente, riéndonos.

Noticias: ¿Es una apuesta al aquí y ahora?

Manso: Exacto, porque en realidad es lo único que existe, el aquí y ahora.

Noticias: ¿Es verdad que de chica quiso ser monja?

Manso: ¡Sí! Monja no, santa. ¡Ahora en la obra me di el gusto! (el personaje que hace en "El cordero..." pretende encarnar a Santa Lucía)

Noticias: ¿Qué recuerdos tiene de esos anhelos de santidad?

Manso: Que hablaba con Dios, por ejemplo.

Noticias: ¿Qué edad tenía?

Manso: Tenía 9 años y eso me duró como hasta los 13.

Noticias: ¿La religión estaba muy presente en su familia?

Manso: No, mis padres eran católicos pero no de ir a la iglesia.

Noticias: ¿Y cómo eran esos momentos en los que hablaba con Dios?

Manso: Hermosos, ¡imaginate el lujo de hablar con Dios! (Se ríe) En ese momento creía yo que era así. Tenia una Biblia para niños que te despierta una imaginación y una espiritualidad...

Noticias: Querer ser santa era querer ser la mejor y la más buena, ¿no?

Manso: Claro, además era con cartel francés, no era una simple monja. Ya ahí había una falta de humildad muy grande... ninguna santa se propone serlo (se ríe)

Noticias: ¿Hacía buena letra para merecerlo?

Manso: Sí, sí, era buena. No es por lo de santa pero cuando tenía 11 años, y como hasta los 13, había una villa cerca de donde vivíamos en Villa Ballester y, no sé cómo pero yo les daba clases a los chicos. Los bañaba, les daba de comer. Mi madre y mi padre me respetaban, con el tiempo, cada vez lo valoro más. Seguramente en algún lado tengo todavía una carta de algún padre de esos chicos agradeciéndome.

Noticias: En general, se piensa que el artista pretende perdurar y trascender, ¿cuál es su pretensión?

Manso: Veo en "Volver" a compañeros que ya no están y me impresiona que mi hija en unos  años le diga al hijo "ahí está la abuelita"... esa cosa de los primitivos de negarse a las fotos...